cap23

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Bankotsu se había vuelto un mamarracho, no había sido capaz de superar el desprecio de la azabache, tomaba sin parar, pasaba días sin ducharse, había cortado su larga trenza, tenía enormes ojeras y había perdido peso considerablemente. Sus hermanos trataban de animarlo, de hacer q dejara de tomar pero al ver q sus esfuerzos eran en vano decidieron llevarlo de emergencia ante el único q podía "curarlo".
-está así desde q Kagome lo mandó al diablo- afirmó Renkotsu depositando a su hermano en una suave cama, la habitación estaba llena de velas e inciensos.
-necesitamos q deje de tomar y q vuelva a ser el de antes- chilló Jakotsu en tono suplicante.
-no.. te.. atrevas a..- hipeó el moreno completamente borracho.
-tranquilo bank, todo va a estar bien- afirmó el hechicero con una sonrisa ladina.
-naraku... No quiero q...- alegaba bankotsu cuando fue interrumpido por Naraku.
-sesshomaru no está muerto... Ese idiota logró sobrevivir de alguna manera- dijo con el ceño fruncido y apretando los puños, bankotsu abrió los ojos como plato, como era posible q Sesshomaru estuviese vivo? Él mismo había visto el grave trauma craneal del ojidorado. -no solamente está vivo sino q ha empezado a vigilar a Kagome, supongo q él no sabe q tu y ella terminaron y si no estoy en un error... El desea vengarse de ti por medio de ella- añadió muy molesto.
-santo vibrador XL!!!- exclamó el afeminado tapando su boca con sus manos.
-no.. se lo voy.. a permi..tir!- trató de levantarse pero Naraku se lo impidió.
-primero te voy a desintoxicar y luego iremos juntos por esos cabrones!- siseó el hechicero con rabia.
-iremos? Y a ti q te deben los Taisho?- demandó a saber el calvo con halo de desconfianza.
-Ya lo olvidaste cabron? Mataron a kuranoske! además inuyasha... Me ha quitado el amor de Kikyo, ella es ahora su mujer y yo aún la...- hizo una pausa bajando la cabeza, sus labios empezaron a temblar, apretó los puños y los 3 presentes lo comprendieron; Naraku estaba llorando más el flequillo de éste les impedía ver, no había q ser muy inteligente para darse cuenta, él se había enamorado perdidamente de la pelinegra y había pensado q con su hechizo la tendría a sus pies, q ella se enamoraría de él y q se entregaría a él antes de dar el siguiente paso con el estúpido de Inuyasha.
-no te preocupes Naraku, te comprendemos, nos desharemos de los Taisho y tú podrás estar con ella- aseguró Jakotsu en tono serio; había dejado de lado su amanerada forma de hablar y estaba junto al poderoso hechicero sobando su espalda en señal de solidaridad.
Naraku se sentía frustrado pues el comando de matones q había contratado para borrar del mapa a Touga e Inuyasha habían sido desmembrados y enviados en 33 cajas hasta la hacienda Onigumo donde Naraku quedó en shock al recibir los cadáveres.
-les daré amuletos para preservar sus vidas y nos vengaremos de esos infelices- azuzó aún con la cabeza gacha y secando discretamente sus lágrimas.
Diez días después el moreno ya estaba listo, había sido desintoxicado y le habían puesto al tanto de los planes para joder a los Taisho, había estado junto a Naraku  observando por medio del espejo como el peliplata vigilaba a Kagome, lo realmente extraño era de q ellos no podían girar el enfoque hacia ella; no podían ver q estaba haciendo ella mientras el ojidorado la observaba con una sonrisa ladina, además de q habían comprobado q el muy infeliz sólo había estado fingiendo no ser un hechicero ya q en varias ocasiones se dió cuenta de q lo estaban viendo y había lanzado algún objeto al medio reflectivo para romper el contacto, también lo habían visto desaparecer por medio del atempte porius y habían quedado estupefactos al verlo levitar a varios metros de altura, cada vez Naraku les odiaba más; sabía q tsubaki le había enseñado esos hechizos a Touga y quería poseer esa habilidad, deseaba volar como Sesshomaru y adquirir todos los conocimientos de ellos, era por eso q haría un triple ritual de sabiduría y juventud al asesinar a los 3 hechiceros.
Los 4 salieron muy bien preparados; llevaban sus amuletos y pistolas con balas de plata, iban rumbo a la hacienda Taisho donde sabían q encontrarían a Touga e Inuyasha, después irían por Sesshomaru.

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Touga estaba completamente recuperado de aquel enfrentamiento con Inuyasha y había estado viendo los planes de Naraku y los yöhei.
-no sabía q Sesshomaru estuviese vigilando a la novia de bankotsu para vengarse de él haciéndole daño a ella...- Touga detuvo sus propias palabras al tener un ligero dejavu.

// -nos vamos- decía Touga al ver a Inuyasha terminar su cena, no quería hacer enojar a Sesshomaru permaneciendo más tiempo en aquel bar restaurante.
-no- respondió tajantemente Sesshomaru.
-no? Pero si tu eras quien quería irse- exclamó Inuyasha algo descolocado pero Touga comprendió lo q estaba sucediendo o al menos lo sospechó.
-un whisky?- sugirió Touga mirando hacia los lados con una sonrisa ladina, quizá en ese lugar había alguien q había llamado la atención de su frío y antipático hijo mayor. Lo q le pareció extraño era q no percibía la presencia de ningún youkai, el lugar estaba lleno de humanos nada más... Sería posible q una humana llamara la atención del lord?//

-claro! Como es q no me di cuenta! Sesshomaru no desea hacerle daño a esa niña, mi hijo... Ha encontrado a su hembra- Inuyasha abrió los ojos con sorpresa al escuchar las palabras de su padre, no podía creer q Sesshomaru se había fijado en una humana.
-el almuerzo está listo!- exclamó la pelinegra desde el comedor. Ambos peliplata salieron de la habitación.
-kikyo... Ven conmigo- la tomó de la cintura y chasqueando los dedos recitó el hechizo de teletransportación desapareciendo así entre un espeso humo rojo. Llevó a la pelinegra a casa de Sango y le pidió q no saliera hasta q él llegara. Volvió a la hacienda y Touga asintió, ambos corrieron hacia la habitación donde guardaban las espadas; Inuyasha tomó tessaiga y Touga trató de tomar bakusaiga más ésta le dió una fortísima descarga eléctrica.
-padreee!- exclamó el hanyou con preocupación al ver a su padre ser lanzado contra la pared.
-pero q mierdas pasa?!- no entendía lo q estaba pasando, él siempre habia podido empuñar aquella espada y ésta vez q la necesitaba para defenderse de Naraku y los yöhei no podía ni siquiera tocarla.
Tomó la espada tenseiga y no ocurrió nada, tomó a tessaiga y tampoco ocurrió nada, al parecer el problema estaba en bakusaiga.
-comprendo- dijo el albino mayor en un susurro inaudible.
Si no podía pelear con bakusaiga entonces tendría q usar sus garras y colmillos a como lo había hecho siglos atrás antes de obtener aquellas espadas.

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-no puedo seguir con ésto!!!- gritó la azabache, había quedado sola en casa y necesitaba desahogarse, necesitaba sacar de una vez aquella extraña obsesión por el peliplata, ella no quería seguir tocándose pensando en un muerto, se había dado cuenta de q se había enamorado de él y eso no estaba bien ya q jamás le volvería a ver de no ser en sus sueños... O al menos eso era lo q ella pensaba.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora