cap18

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Al día siguiente cuando la anciana despertó el joven ya no estaba en la vieja casa; se había ido durante la noche. Salió al patio y no lo encontró, su corazón dolió pues esperaba verlo y despedirse de él pero no había sido posible.

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La joven azabache despertó perezosamente en su enorme cama, por fin tuvo una noche entera de descanso; no había tenido aquella horrible pesadilla con el ojidorado y se sentía llena de energía para empezar su día con pie derecho.
Repentinamente una extraña sensación le recorrió el cuerpo; sentía q estaba siendo observada, miró a todos lados pero estaba sola en su habitación, salió de la cama con desconfianza y con el rabillo del ojo vió claramente a algo o alguien suspendido en el aire afuera de su ventana, cuando volteó para ver bien ya no había nada.
-q extraño, juraría q había algo ahi- susurró con el corazón acelerado. La sensación de estar siendo observada había desaparecido.

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Touga había llegado a su hacienda y esperaba a su hijo para hablar seriamente con él. Estaba furioso con Inuyasha, no le cabía en la cabeza como le había ocultado q habían robado el cadáver de Sesshomaru, empezó a experimentar un sentimiento de culpa por no haber ido en busca de él cuando fué herido gravemente por el toro pero él había visto segundos antes de q la monta de ese día sería el final de su primogénito más nunca pensó q su cadáver fuese robado.
-apresurate Inuyasha- susurró mirando por el espejo q su hijo menor conducía de regreso a la hacienda. Ya hablaría con él sobre lo de Sesshomaru y sobre dejar aquel pueblo pues había evidenciado q no era un humano normal y no podía vivir huyendo por siempre...
Una hora más tarde el joven estacionaba el Jeep, el mayor sintió el nerviosismo de su hijo pero esto no lo detuvo, cuando el joven bajó se acercó a ultra velocidad y lo tomó por el cuello.
-ahg! Pa..dre- habló con dificultad sintiendo la falta de oxígeno.
-eres un inútil!!!! explicame como es q el cadáver de tu hermano fue roba..- sus palabras fueron interrumpidas por un brusco movimiento por parte del hanyou quien se soltó del agarre y en sus mejillas se dibujaron un par de irregulares líneas púrpura.
-grrrrrrr no me hables de esa manera padre, todo esto es tu culpa; en lugar de ir al hospital por Sesshomaru me exijiste te acompañara a un bar, estabas tomando por tristeza o en celebración?... Luego te dejaste golpear por un simple humano q casi te mata, tuve q matarlo y por estar tan borracho no pudiste escapar cuando llegó la policía y bajo el pretexto de mantenerte como un humano normal dejaste q te encarcelaran, aguantaste hambre, frío y demás, todo por un estúpido capricho, si robaron el cadáver de mi hermano no fue culpa mía sino tuya; yo fui en busca de él pero ya no estaba, si en lugar de ir a tomar hubieses ido a buscarlo esto no habría pasado!!!- Touga no tuvo nada q alegar, sabía q su hijo tenía toda la razón, se transformó en una esfera luminosa y desapareció velozmente surcando los cielos; iba en busca de su primogénito, si lograba encontrar al hechicero q había robado el cadáver de su hijo él mismo se encargaría de volverlo mierda.
Inuyasha entró a la casa y por el espejo vió q el moreno de ojos azules salía de su casa nuevamente con rumbo a la morada Higurashi, Gruñó por lo bajo y chasqueó los dedos recitando el hechizo de teletransportación; iría a colocar más agujas en el camino para q Yöhei no pudiera ver a la azabache.

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-buenas tardes hermosa, me gustaría saber si tienes un par de horas para salir a dar una vuelta con éste humilde servidor- el elegantisimo varón de ojos marrones montaba su caballo favorito, iba con su cabello suelto, una camisa de manga larga, sus pantalones vaqueros y finas botas de cuero negro.
-por supuesto- respondió la pelinegra con una sonrisa ladina, Naraku bajo de su caballo y la ayudó a montar sobre Free. Kikyo estaba bajo un hechizo, ella estaba muy enamorada de Inuyasha y en sus 5 sentidos jamás le haría al joven una jugada como ésta pero estando bajo el conjuro de Naraku ella hacía lo q él le pidiese.
La llevó a su hacienda y estando junto al lago de las flores la tomó por la cintura y unieron sus labios en un demandante beso; mala idea...
Un enorme escalofrío recorrió el cuerpo del hechicero y cada terminación nerviosa fue activada, apretó el agarre en la pequeña cintura e intensificó el beso exigiendo más de aquella chica, su cuerpo le pedía poseerla, su erección empezaba a doler, deseaba besar cada parte del cuerpo de ella, hacerla suya de una vez.
-n..no- susurró ella deshaciendo el beso, Naraku asintió con la respiración agitada y volteó tratando de ocultar el bulto q se alzaba en su entrepierna.
-perdoname kikyo- pero q mierdas estaba diciendo? Por q le pedía perdón? Se suponía q él la había hechizado para q ella estuviese a sus pies, para cogersela y nada más. Se suponía q esto no era más q una venganza para joder a Inuyasha.
-todo a su tiempo- susurró abrazandolo por la espalda y provocándole una sensación electrificante. Aparentemente ésto tomaría otro rumbo.
-patron, disculpe q lo moleste pero le traigo malas noticias- uno de sus empleados había llegado, Naraku frunció el entrecejo y la joven le soltó de inmediato.
-q ocurre?- inquirió acercándose al joven, ambos dieron la espalda a la chica y hablaron en voz baja.
-taisho escapó de la penitenciaría, dicen q se transformó en un perro gigante delante de los guardias y rompió la pared para escapar, anterior a eso había llegado una mujer con cierto parecido a él y mató a un guardia clavando sus extrañas garras en el estómago del hombre- Naraku hacia rechinar sus dientes lleno de ira, su peor enemigo había escapado, ahora sería más difícil llevar a cabo sus planes.
-lleva a la señorita hasta su casa, tú me respondes por ella- ordenó a su empleado, este asintió y ayudó a la joven a subir sobre Free. -tengo q resolver unos asuntos de la hacienda, te buscaré en estos dias- ella asintió y se fue con el empleado quien montaba un caballo criollo.
-no van a dañar mis planes, te mataré Touga, a ti y a tu bastardo... Kikyo tiene q ser mía- siseó caminando hacia su casa. Esto estaba a punto de salirse de control, todo por una rivalidad q nació por celos, envidia hacia el peliplata mayor. Entró a su habitación y por medio del espejo vió a Touga; andaba en la capital, tenía unas extrañas marcas azulinas sobre sus mejillas y buscaba algo... Al menos estaba ocupado... Buscó a Inuyasha y lo vió burlándose del moreno ocultándose tras un árbol mientras q el moreno se retorcía en el suelo al haber caído de su caballo Ryuu y sentir aquel agudo dolor en su pecho al querer cruzar el obstáculo de las agujas.
-no entiendo cómo es q dices amar a kikyo y tratas de cerrarle el camino a Bankotsu... Q rayos quieres con Kagome?- se preguntó a si mismo mirando la escena.
Odiaba a los Taisho desde q Tsubaki había muerto; él sabía q ella le había enseñado otros conjuros a Touga y q como hechicero él no le llegaba a los pies al ojidorado... Inuyasha había sido aprendiz de su padre y Sesshomaru había desistido de aprender sobre el tema, quizá por eso había muerto ya q los otros dos así como cualquier hechicero mantenían su amuleto protector entre sus ropas.
-un día Touga... Un día te voy a agarrar con los calzones abajo y te mataré... Quitaré tu amuleto y morirás como la escoria q eres... Luego haré lo mismo con tu bastardo- gruñó molesto. -kikyo tiene q ser mía- repitió con el ceño fruncido, su subconsciente le decía q aquel beso había despertado algo en él más él se negaba esto repitiéndose a si mismo q solo era una venganza.

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Por la tarde Kagome salió en su caballo hacia la casa de su amiga kikyo, iba en busca de hierbas medicinales q le ayudaran a dormir... Nuevamente sintió aquella sensación de ser observada y temió puesto q el camino era desolado.
-hola?... Hay alguien ahí?- preguntó con el corazón acelerado, sentía q alguien andaba por ahí pero no veía a nadie. -sal y hablemos- propuso mientras apretaba las riendas de su caballo. No pasó nada... Continuó su camino unos 60 metros y un terrible escalofrío recorrió su cuerpo al mismo tiempo q su caballo empezó a temblar y se detuvo en seco, resoplaba y se quedaba marcando el paso sin avanzar, la joven se asustó pues sentía q algo extraño estaba pasando... Un grito aterrador hizo q las aves del bosque se espantaran y volaran lejos... El caballo se había parado sobre sus patas traseras y había tumbado a la joven quien gritó y cayó inconsciente.
Al ver esto el ser q le acechaba abrió los ojos como plato y se acercó a super velocidad, la tomó y la colocó en su regazo mientras la veía tratando de analizar el por q de aquella brutal atracción; su corazón latía desenfrenadamente al estar cerca de ella, no comprendía como es q una chica tan bella y pura podía estar en una relación con el estúpido de Yöhei... Esa hembra estaba destinada para él, de eso no tenía dudas pero no podía entrometerse entre ellos, no la obligaría a estar con él por más q la deseara. Quizá en algún momento Bankotsu echaría todo a perder y ella lo mandaría al diablo, quizá el la dejaría por ir tras alguna de las chicas con las q se revolcaba después de los rodeos, quizá ella algún día descubriría q el moreno no era alguien bueno para ella... Quizá... Solo quizá... la colocó sobre el suelo al comprobar q ella estaba bien.
La joven azabache lentamente abrió los ojos y en una distorsionada imagen vió el rostro del peliplata de sus sueños; trató de enfocar la mirada pero cuando su visión aclaró se dió cuenta de q no había nadie ahí, miró hacia todos lados y efectivamente estaba sola a excepción de su caballo. Un aroma a madera llegó a su nariz y sin saber por q sonrió.
-kagome, q sucede contigo? Por q alucinas con ese muchacho?- se preguntó a si misma y se paró para continuar su camino a pie y jalando las riendas de su caballo caminó sintiendo una alegría la cual era inexplicable.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora