El Verdugo (1) © ✔

CAPÍTULO 21

SASHA

La boca se me seca, mi mente queda en blanco, mi cuerpo está inmóvil, a ella también la tienen... mamá debe estar buscándonos a ambas, mamá debe estar destrozada al saber que tienen a sus dos hijas.

Caigo de golpe a la cama despertando de mi trance, elevo la vista encontrando al causante de todo esto, mi respiración empieza a acelerarse, puedo sentir mis manos sudorosas, intento hablar, mi boca se abre ligeramente en busca de aire, los latidos de mi corazón los siento muy intensos, intento ponerme de pie mirando al suelo... no... no ahora...

- ¿Sasha? – escucho que me habla – joder, tranquilízate – siento que me quedo sin aire, me detiene por los hombros haciendo que lo mire – ¡cazzo! ¡cálmate! – mi mano queda en mi pecho como si le dijera que mis latidos son muy rápidos - no es divertido, ¡mierda!

- Ella... – me sienta en la cama mientras me ayuda a controlar mi respiración, intento calmarme tomando aire por la nariz y exhalando por la boca.

Me toma del rostro, su mirada azul es muy cálida en este momento, sus pulgares acarician mis mejillas provocando que cierre los ojos con su tacto, pasan largos minutos y mi respiración empieza a volver a la normalidad.

Me alejo de él mirándolo con enojo ¿qué hace Evie aquí?

- ¿Qué le hiciste a mi hermana? – pregunto enojada haciendo que se levante de la cama – ya me tienes a mí – no quiero que también la lastimen – ¿también tienes a Jared en algún lugar? Deja, a mi familia, en paz.

- Yo no tengo a la perra de tu hermana – habla con enojo

- ¿También la llevaste a las mazmorras? ¿qué te hizo? ¿qué te hice? ¿Por qué mi familia?

- Si no sabes nada, entonces cierra la boca – pasa por mi lado y corro hasta la puerta para evitar que salga.

- No, ¡no te vas hasta que me digas que la vas a dejar ir!

- ¡Muévete de la puerta!

- ¡Déjala ir! ¡desquítate conmigo! ¡pero deja ir a mi hermana! ¡deja de ser tan cruel! – empiezo a gritar – ¿¡no te basta conmigo!? ¿¡no te basta divertirte conmigo!?

- ¡Basta! - mi rostro gira, el ardor queda impregnado en mi mejilla por largos minutos - ¿¡tanto defiendes a la persona que te quiere ver muerta!? - sus palabras me dejan sin habla - ¿no sabes quién es tu hermanita? - una sonrisa burlona se forma en su rostro - ella es la mismísima Fittie - no...eso no es cierto - tu hermana que tanto quieres, es la misma que te quiere muerta.

- Eso no es cierto...

- Tienes un serio problema con la negación, Sasha - no... ella puede ser todo lo que quieran, pero no eso... somos familia, es mi hermana... me quiere... aunque sea un poco - tu hermana está metida en esto desde los quince años - mis ojos se cristalizan - nadie sabía de quién es hija hasta que tuvo al hijo de Connor - el nudo en la garganta se me hace difícil de pasar - jugó muy bien sus cartas, de cagna pasó a ser la mujer de Connor.

- Me vas a vender – hablo mientras mis lágrimas caen en un parpadeo – véndeme a ella, quiero que me entregues a mi hermana – ella es mi sangre, la quiero así tenga muchos defectos, es mi hermana... no va a lastimarme... me está mintiendo.

- Grábate esto, Sasha – se acerca hasta limpiar mis lágrimas haciendo que gire mi cabeza a un costado impidiendo su toque – entre todos los que te quieren, no te voy a dar a Fittie, nunca te voy a vender a la cagna de tu hermana, jamás – sale de la habitación dejándome sola.

Me tiro en la cama secando mis lágrimas, está bien, puedo aceptar que es Fittie, pero no que me quiera muerta, yo nunca quisiera ver muerta a mi propia hermana, a pesar de que quizá le tenga un poco de rencor, no quiero ni siquiera verla sufrir, la familia está para cuidarnos entre sí, es mi sangre, soy su hermanita menor... ella me quiere y no va a lastimarme... no lo va a hacer.