SASHA
Mi cuerpo solo es un pedazo de carne para todos esos monstruos vestidos con traje, ya me cansé de llorar, ya no grito, ya no pongo resistencia, ya no hago absolutamente nada. No solo le basta con tomarme a la fuerza, deja que otros lo hagan, y si no hago nada, si no me muevo como ellos me lo piden, empieza la tortura no solo conmigo, también he escuchado los desgarradores gritos de Ernesto, me ha repetido una y otra vez que de aquí no hay salida, la última vez que intenté escapar me torturó tantas veces como sea posible hasta que le dijera que no lo volvería a hacer.
Tres días han pasado, mi sonrisa se ha ido, no puedo ni fingir una, no estoy bien y siento que cada día solo empeora, si al menos sigo viva, es por Ernesto, no quiero que muera, ni siquiera sé en qué estuve pensando aquel día en que me quise suicidar, mientras el rubio aún esté vivo, yo voy a resistir.
Sentada en la mesa escucho como hablan entre ellos, los gritos de parte del hermano de Santino se hacen cada vez más fuerte, mi vista está clavada en el plato que apenas ni voy por la mitad de comer, no tengo hambre...
El estruendo que hace la mesa me hace dar un pequeño salto, algunos platos caen deliberadamente hasta hacerse añicos, se escucha como sale de la sala haciendo que las pisadas sean ecos en mis oídos.
- Que no te incomode, amore - toma una de sus manos sobre la mía y la retiro, me da asco su tacto - al parecer estás enojada, te recuerdo que nadie sabe que eres la hija de Marina, pero eso puede cambiar si así lo quiero - sus palabras me tensan unos segundos, no puede decir eso, más personas van a venir a hacerme daño.
Las puertas se abren entrando por ella aquel hombre de ojos verdes, se sienta en uno de las tantas sillas a pesar de el desorden.
- Si la sigues dando a cualquier idiota que pague bien por ella, vas a terminar apagándola por completo hasta que nadie va a querer pasar ni un minuto disfrutándola - habla con tanta seriedad y calma al igual que mantiene el rostro sin ni un ápice de expresión - solo es un simple comentario.
- ¿Ya lo pensaste? - pregunta Santino al hombre.
- Sí - responde con simpleza - por cierto, todos los que están en el auditorio no sé cómo les puede encantar el show si el imbécil tiene la polla más chiquita que la de un bebé - el idiota se ríe mientras el tipo de ojos verdes se mantiene tan tranquilo, pero con esa aura peligrosa de siempre.
- Les va a gustar más cuando llegue el angelito como premio sorpresa - su mirada recae en mí, entonces comprendo...
- Jefe - entra el asqueroso de su escolta para hablar con Santino - hora de irnos, belle - me levanta por los hombros mientras pienso en todos los horribles escenarios posibles.
En un impulso golpeo su cara para luego romper la silla en su cuerpo, escucho el sonido de las armas no solo de dos o tres personas, me detengo y noto que acabo de cometer un error que me va a costar tanto a mí como a Ernesto.
Caigo de golpe al suelo escuchando el eco que hicieron mis rodillas al caer, Santino me hace mirarlo a la fuerza dando un agarre cruel a mi cabello, siento la presión del cuchillo en mi clavícula, es tan fuerte que presiono mis dientes entre sí para no gritar, segundos después el ardor es tanto que de mis labios brota un grito de dolor insoportable, me callan metiendo el tubo de un embudo hasta donde es posible mientras siento el sabor ardiente del licor lastimar mi garganta, bebo a la fuerza en grandes cantidades al punto que no puedo e intento toser ahogándome en el proceso.
Me quitan el tubo y empiezo a tomar grandes bocanas de aire luego de toser como desesperada, el ardor vuelve a mí al sentir como vierten lo que queda en la herida... mis gritos no se dejan esperar al tiempo que lo hacen, pero luego paran una vez terminan de vaciar el licor sobre el corte.
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El Verdugo (1) © ✔
RomanceNo todos los dioses te llevan al paraíso, algunos te arrastran al infierno, y así como en el cielo está la luz más brillante, en el infierno habita la oscuridad más misteriosa. PROHIBIDO LA MANIPULACIÓN, ADAPTACIÓN O ALTERARON PARCIAL O TOTAL DE EST...