CAPÍTULO 14

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SASHA

El frío que siento en todo en mi cuerpo más el dolor en las muñecas me hace abrir los ojos lentamente dándome cuenta que estoy encerrada dentro de alguna de las habitaciones en las mazmorras, me asusto pensando en lo peor que me puede pasar, me veo a mi misma confirmando que me quitaron el vestido quedando solo en ropa interior. Empiezo a moverme ocasionando que la cuerda puesta en mis muñecas empiece a lastimarme más, todo mi peso se lo llevan mis brazos, me siento adormecida de tanto estar colgada, entonces empiezo a recordar...

Jhonson vino por mí y yo no me fui con ella, dijo que mamá me estaba buscando, hizo de todo por encontrarme y decidí quedarme, ¿soy mala hija por eso? Lo siento mamá... siento haberme negado ir contigo... siento mucho haberte desobedecido y no seguir siendo la niña que tanto querías... te arriesgaste para encontrarme y me quedé...

La puerta se abre entrando el Verdugo por ella, logrando que mis nervios hagan acto de presencia al verlo, tienes los ojos oscurecidos, más de lo normal, confirmando que está enojado, esos ojos los conozco bien, creí que ya no los volvería a ver así.

Deja una laptop sobre la mesa frente a mí.

- ¿Por qué estoy aquí? – intento que mi voz no se entrecorte – no hice nada, no te desobedecí, no intenté escapar, entonces, ¿por qué?

- ¿Por qué te quedaste, Sasha? – pregunta mientras va algunos de los cajones de esta habitación logrando que me asuste.

- No lo sé, quizá si soy estúpida después de todo – el látigo que nunca más pensé ver lo tiene entre sus manos, esto me va a doler... – ya basta, no me fui, ya déjame salir de aquí...

- ¿Creíste que algo cambiaría si te quedabas? – el primer golpe cae en mi espalda logrando que me retuerza del dolor mientras cierro los ojos que empiezan a humedecerse por el golpe.

Quizá sí creí que algo cambiaría, quizá creí que las cosas raras que siento él también lo hace, pero él no siente nada, él no ama a nadie...

» Estás muy equivocada si pensaste algo así – otro golpe me arde hasta el alma, pero no grito, no lloro, mucho menos me quejo... ahí está el verdadero Verdugo, el cruel, el sádico, el que tortura y mata a sangre fría...

Escucho el "click" de la tecla mostrando en la pantalla unos pocos segundos después a mamá. Él se encuentra en el otro extremo mientras se pone la ya conocida máscara para luego situarse a mi lado. Miro a mamá por unos largos segundos transmitiéndole que siento mucho no haberme ido con ella.

- Nos volvemos a ver – habla el Verdugo

- ¿Qué la hiciste?

- Yo no la obligué a nada, Sasha decidió quedarse por voluntad propia en mis manos, es una buena esclava tengo que admitir.

- Le lavaste el cerebro a mi hija maldito infeliz, me voy a encargar personalmente de que sufras lenta y dolorosamente, porque créeme que, si te encuentro antes que alguno de mis colegas, voy a matarte.

- Mamá... – hablo finalmente – ¿qué fue lo que hiciste? – pregunto aún adolorida – ¿por qué todos me quieren muerta? – por favor, quiero que me responda.

- Sasha... – es lo único que dice.

- Dile Marina, cuéntale a Sasha el por qué esta fichada desde antes que nazca – el comentario del Verdugo me hace mirar a mamá esperando una explicación, pero ella no dice nada, absolutamente nada, bajo mi vista al suelo por el cansancio, no tengo nada que decir ya.

Cada golpe me hace arquear la espalda ante el dolor que me retuerce por dentro, siento cómo hiere mi piel y los ojos se me cristalizan. Jadeo por el dolor que se intensifica con cada impacto, como si me quisiera abrir la piel.

El Verdugo (1) © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora