SASHAWow, el trabajo de mamá debe ser divertido, todos ellos entrenando con esos maniquís, la bolsa de arena, campo de tiro, el ring. Todo eso encaja para ellos, pero para mí no, no me veo usando un arma y disparando así sea un delincuente, se supone que quiero estudiar para salvar vidas, no puedo darle un golpe o un tiro y luego curarlo ¿qué demente haría eso?
Sé que mamá quiere enseñarme, lo hace para aprender a defenderme, pero una cosa es entrenar y otra poder ponerlo en práctica, cosa que lo dudo mucho. Llevo desde niña viniendo aquí, he aprendido algunas cosas, mi puntería con el arma no es tan mala, pero mamá dice que tengo que mejorar, en combate cuerpo a cuerpo soy un asco, sé que no debo sentirle lástima a mi oponente, pero si lo veo sangrando obvio me voy a detener, y ese es un grave error según mamá, dice que ningún enemigo te va a tener lástima y que al más mínimo descuido va a matarme. No me siento cómoda haciendo esto, menos cuando me gritan y me levantan la voz, eso es muy feo por parte de los capitanes.
Hoy le digo a mamá que ya no quiero, o quizá busque alguna excusa para ya no venir, como que estoy en exámenes o algo por el estilo, después de todo, no es que tenga espacio como para poder salir, creo que a partir de mañana me enseñan otro idioma, no porque lo quiera, es lo que tengo que acatar, SEILD es muy estricto, no sé cómo lo hace mi hermano, él debe estar peor que yo.
Salgo de la sala de entrenamiento para irme a la duchas y luego vestirme. Al terminar, tomo mi mochila y me dirijo a la oficina de mamá. Entro sin tocar, no la encuentro por ningún lado y deduzco que tuvo que hacer algo importante. Me siento en su silla y empiezo a dar vueltas, es divertido, siempre quise intentarlo. Hay varios archivos y documentos extendidos sobre su escritorio y empiezo a curiosear uno por uno. No sé cómo puede con tanto, ¿los tendrá que leer todos?
Las pequeñas fotos engrapadas con sus respectivos documentos me hacen detallarlas, como que a la gran mayoría de estos tipos les gusta tatuarse. Me detengo en uno, en la parte de la foto está vacía, eso me llama la atención porque los anteriores tenían una. La curiosidad me dice que busque su expediente y antes de que lo haga, la puerta es abierta dejándome ver que mamá ingresa.
- ¿Qué haces? – pregunta mientras entra. Una sonrisa de dientes es lo único que le doy.
- Nada – me levanto de la silla para que ella se siente – ¿puedo preguntar algo? – mamá está acomodando los documentos de su escritorio y asiente con la cabeza sin mirarme – ¿por qué hay uno que no tiene foto? – se detiene con lo que estaba haciendo y levanta su mirada hacia mí.
- ¿Estuviste revisando todo esto? Sasha sabes que no debes hacerlo, confío en ti, cielo, y sé que no vas a decir nada a nadie, pero esto no puede ser visto por alguien fuera de la agencia.
- Perdón, no lo vuelvo hacer, pero mamá ¿por qué no tiene foto? – insisto.
- Sasha, basta, lo único que voy a decirte es que está entre los más buscados, lo llaman el Verdugo, el sistema no arroja nada de él, es como si no hubiera existido. Ahora nena, sé que terminó tu entrenamiento, tu escolta te espera en el estacionamiento.
- Con respecto a eso, mamá... – no termino porque la puerta es abierta y entra un señor, un capitán para ser más precisa, mira en mi dirección y le sonrío dándole un saludo por educación como siempre me han enseñado.
- Marina.
- Adelante, toma asiento – el señor hace lo que le dice y entiendo que yo debo salir.
- La DEA y el FBI necesitan... – es lo último que escucho y salgo.
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El Verdugo (1) © ✔
RomansaNo todos los dioses te llevan al paraíso, algunos te arrastran al infierno, y así como en el cielo está la luz más brillante, en el infierno habita la oscuridad más misteriosa. PROHIBIDO LA MANIPULACIÓN, ADAPTACIÓN O ALTERARON PARCIAL O TOTAL DE EST...