CAPÍTULO 7

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SASHA

Si yo me quedo con las ganas, él también. Espero no tener un castigo después de dejarle con su doloroso problema. Dolorosa tengo también la cara, debo parecer una papa hinchada de tantos golpes, aquel tipo que ni sé cómo conoce a mi mamá...

¿Cómo rayos es que todos saben el nombre de mi mamá? Es agente del Sistema Especial de Espionaje, Inteligencia y logística de la DEA, pero, ¿eso qué tiene que ver? Hablan de ella como si la conocieran tan bien ¿qué relación tienen en verdad? Tengo tantas dudas, incluso el Verdugo al parecer no tiene nombre, otra curiosidad más. Puedo averiguarlo, si llego a saber su nombre puede que mamá de con él.

Bajo hasta la sala principal, encuentro a Ernesto hablando con Irina, interrumpo su conversación y me siento frente a ellos. Supongo que Ernesto le dice que se vaya porque ella se levanta y desaparece del lugar. Me siento junto a Ernesto y le sonrío, cosa que él no me devuelve y me mira raro.

- ¿Enserio? ¿Irina? – ahora recuerdo la vez que ella salió de la cocina agitada y el Verdugo estaba dentro – ¡no puede ser! Se están follando a Irina.

- Y a Lía, todos tenemos ciertas necesidades, niña estúpida – seguro que sí – ¿ya te había dicho que no estás en tu jodida casa como para que te estés paseando por todos lados?

- Sí, me lo dijiste, y ambos sabemos que no iba a hacer caso.

- Sí, lo noté, tu cara está echa mierda, Connor debió quedarse con las ganas de darte más.

- ¿Así se llama el tipo?

- Enserio eres una niña estúpida, por no hacer caso vas a resultar muerta en cualquier momento – haré como que no escuché eso.

- ¿Cómo se llama realmente el Verdugo? – al parecer mi pregunta lo toma por sorpresa y termina por darme una sonrisa sarcástica.

- No tienes ni idea en lo que te estás metiendo, al Verdugo no le gusta que se metan en sus asuntos, no has escuchado el dicho de ¿la curiosidad mató al gato?

- Pero el gato murió sabiendo - menea la cabeza de un lado a otro con una sonrisa - dime.

- Nadie lo sabe - o miente muy bien, o enserio no sabe. Pero opto por la primera opción, vamos Sasha, nadie delataría al Verdugo, no seas tan estúpida.

- Por cierto, ¿dónde está? – no lo he visto desde el incidente en su baño, desde la tarde para ser exacta.

- Salió por negocios, niña.

- ¿Qué haces hablando con el enemigo? – entra Dominik seguido de Fabio

- Digamos que esta niña me agrada un poco – habla Ernesto.

- Lárgate de aquí, si no quieres que te mate – esa amenaza de Dominik no me gusta nada.

- Ajá ya, ¿y luego que le dirás al Verdugo? ¿La maté sin tu permiso porque quiero? Vamos Dominik, ambos sabemos que, si me matas, el Verdugo te mata a ti, no es algo que me reconforte, pero él mismo dijo que el único que va a matarme es él – la risa de Ernesto no se hace esperar, Fabio, aunque en un inicio me miraba como Dominik, ahora está que mira divertido esta escena.

- Debes tener los ovarios bien puestos, como para decirle eso a Dominik. Ahora deberías correr antes de que te mate – ni bien las palabras de Ernesto terminan, entra un Verdugo muy enojado gritando en italiano.

- ¡Pero ya! ¡muévanse! – no sé qué les dijo, pero Ernesto solo asiente y se retira. Fabio y Dominik salen de la sala después de algunas palabras del italiano.

Me quedo quieta por un momento, todo ese enojo que no se por qué razón, desprende de él, espero que no sea por lo ocurrido en su baño. No digo nada, no quiero hacerlo enojar más de lo que ya está, no quiero estar otra vez en las mazmorras, si está enojado por mí culpa espero que no me mate, no aún.

El Verdugo (1) © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora