Capítulo 1

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Después de día tras día estar encerrada en mi habitación, aún ya estando acostumbrada a esta bella rutina y la vida de ser una chica antisocial, tomé la decisión de salir a caminar por la pequeña ciudad donde vivo, para ver los árboles y sentir el viento mover mi pelo, también para conocer personas, ya que pensándolo bien, nuevos amigos no aparecerán en mi puerta mágicamente.

Me levanté y fui hacia el baño, este queda al lado de mi habitación en el pasillo principal, llegando en él mantuve mi mirada en el reflejo del espejo, y repetí unas cuántas palabras que podrían ayudarme el día de hoy.

- Megan, sé que puedes, no debe ser tan díficil, puedes con eso -

Fue algo tan idiota de decir que no pude evitar reír de mi actual situación.

Me lavé los dientes, la cara y lentamente empecé a peinar mi pelo, cuándo terminé de hacerlo me hice una cola y volví a mi habitación, después de algunos minutos buscando ropa en mi armario, logré elegí un vestido amarillo con algunas flores blancas dibujadas en el, puse una chaqueta jeans y agarré mi bolsa.

Bajé hasta el primer piso de la casa, donde en la cocina se encontraba mi madre haciendo el desayuno.

- Buenos días - Sonreí y me acerqué para abrazarla por la espalda -
- Mira quién salió de la habitación - Escuché como una corta risa salía de sus labios - buenos días - Me miró enseñándome una media sonrisa -
- Saldré hoy ma - dirigió su mirada hacia mi - ¿Que?
- Nada, cuídate en la calle, no eres la mejor saliendo sola
- Si, yo, yo sé - Dije sentándome en una de las sillas en la mesa -

 
Ella sirvió los pancakes con miel, y se sentó a comer conmigo, eran las diez de la mañana, luego tenía que salir para sus cien mil compromisos.

Terminamos de comer, lavé los platos y usados, mientras ella arreglaba todas sus cosas para salir.

- Bien, cuídate, si necesitas algo, llámame - volteó a verme -
- Ya tengo diecinueve -reí levemente- pero está bien
- Una bebé -comentó- Hasta luego Meg -Dijo y salió de la casa luego después-

Agarré mi bolsa y salí algunos minutos más tarde. Comencé a caminar por la ciudad, en realidad no tenía un lugar exacto para ir, hasta que encontré una cafetería, llamada CoffeeBooks, decidí entrar y luego me sorprendí con lo hermoso que era adentro.

Varias tonalidades de marrón, beige y blanco adoraban el lugar, habían varias mesas perfectamente alineadas, me senté en una de estas ya agarrando el menú, viendo todo que había, variadas opciones de cafés, desayunos y dulces.

- Buenos días, bienvenida a CoffeeBooks- Un chico de bonitos ojos color miel, se acercó a mi con un cuadernito y una pluma en sus manos - ¿puedo anotar tu pedido?

|| 𝐄𝐥 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐟𝐞𝐭𝐞𝐫𝐢́𝐚 - 𝐂.𝐕 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora