Capítulo 4

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La noche llegó, me puse un pantalón negro junto a una blusa blanca, me había bañado y mi pelo seguía mojado, luego de vestirme fui hasta el baño y prendí el secador,  ahí movía el pelo para que se secara más rápido.


- Megan, Erick y Diana llegaron - Oí como mi mamá gritaba desde la sala -
- Voy - Grité terminando en lo que estaba haciendo -

 
Bajé junto a ellos, saludé a la mamá de Erick con un abrazo, y a él le extendí la mano.

- Hola Megan - La verde mirada de Erick se cruzó con la mía - ¿como estás?
- Bien - Miré a mi madre que en pocos minutos se había ido a la cocina con Diana y allá hablaban cómodamente - tú sabes que no quiero nada contigo, verdad? No lo digo por mal, solamente no quiero dañarte o ilusionarte de alguna manera.


- Yo también ya lo dije a mi mamá, no lo entiende al igual que la tuya, solamente me gustaría ser tu amigo, no soy mala persona, sólo molesto a veces.
- ¿Y porque quieres ser mi amigo? Soy aburrida, mi vida es aburrida - solté un suspiro y lo miré - Pero ¿que te gusta hacer?

 
- A mi me gusta salir, bailar, beber, esas cosas, ¿y a ti?
- Me gusta quedarme en casa, cuando llueve me gusta observar la lluvia, me gusta mucho el café, tengo un amor gigante por los libros y muchas canciones.
- Eres demasiado aburrida - Se quedó en silencio por algunos segundos - y rara
- Tú eres muy común, eres igual a la mayoría de los chicos y no dije nada acerca de ello - Dije haciendo una mueca -
- Cierto, pero en realidad no me importa lo que digas de mi- Escuché como reía - sigues siendo rarita.
- Si, como sea - Entrecerré los ojos viéndolo - yo soy la rara aquí...


Estábamos todos sentados en la sala, yo leía el libro que me recomendó el chico de la cafetería, Erick molestaba a cada cinco segundos, y las señoras seguían hablando.

 
- ¿Que cenaremos? - Él miró a su madre -
- Megan, podías pedir una pizza, ¿que tal? Hoy es sábado, es más barato - Dijo mi mamá viéndome -
- Claro - Respondí  -


Agarré mi celular para llamar al lugar donde siempre comprábamos pizza, quería pedir lo más pronto posible, ya que cuánto antes llegara, más rápido se iría Erick, y sólo necesitaba paz en este momento.

 
Treinta minutos después, una larga espera junto a las actuales visitas, llegó nuestra la pizza, y nos sentamos a comer. 

- Hice un amigo hoy mami - la miré esperando que preguntara algo acerca del tema -
- Que bueno cariño, ¿y Erick? ¿Como va su amistad eh? - ella me sonreía con esperanza, ignorando mi comentário anterior -
- No somos amigos - contesté, sonando involuntariamente fría -

|| 𝐄𝐥 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐟𝐞𝐭𝐞𝐫𝐢́𝐚 - 𝐂.𝐕 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora