Capítulo 14

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- Adiós señorita, vuelve cuándo quieras - Él se levantó, entrando a la casa -
- Megan, vamos - Abrí la puerta del auto, y ella entró -

 
Empecé a manejar hasta su casa, su mamá debería estar preocupada con ella, lo imaginé por la hora.

 
- Chris - murmuró -
- ¿Que pasó? - La miré por pocos segundos -
- ¿Estás enojado conmigo?
- ¿Por que me enojaría?
- Porque estoy en otro planeta ya, bebí mucho, y besé a Erick dos veces.
- Es tu vida, eres grande y sabes las mierdas que haces, sólo no creo que sea necesario quedarte en ese estado.

 
- Sabes que te amo, no te enojes conmigo, porfavor Christopher, no me hagas eso - cuándo volví a verla, sus ojos estaban mojados, no quería reír ante su situación -
- No estoy enojado, no te preocupes - solté un suspiro y luego llegamos a su casa -


- Gracias, muchas gracias, cosita - me miró, y puso una mano en cada una de mis mejillas y me acercó a ella, y entonces juntó mis labios con los suyos, se sintió tan bien, pero estaba mal, esa chica ni sabía lo que estaba haciendo.
- Ops - Sonrió poniendo sus manos en la boca, como si hubiera hecho algo malo -


- Ven - Salí del auto y la llevé hasta la puerta - ¿tienes las llaves?
- Tengo, no, no sé si tengo
- Busca en tu bolsa, porfavor - dije casi sin paciencia -
- Ya, ya - empezó a buscar, y no sé cómo tantas cosas cabían en una bolsa de aquél tamaño, ella agarró las llaves luego encontradas, y abrió la puerta -
- Buenas noches - la miré, y sonreí al igual que ella - descansa, nena.

 
Ví como asintió y cerró la puerta, entonces me fui.


Minutos más tarde recibí un mensaje de ella diciendo "Ya llegué en casa, Chris", le respondí un "verdad? Que bueno " y apagué el celular.


Megan.

 
Al jueves desperté con un fuerte dolor en la cabeza, estaba acostada en el sofá, no sé cómo llegué... Claro, la fiesta de Erick.

 
La última cosa que me acuerdo fue que lo besé, mierda, no debería haber hecho eso.
El resto, no me acuerdo, ni siquiera sé cómo llegué.
Me levanté de ese lugar tan incómodo para dormir, y fui a mi habitación, eran las diez de la mañana, dormiría un poco más.


Una y cuarenta de la tarde, fue la hora que volví a despertar, me di una ducha y puse una ropa cómoda, entonces llamé a Christopher.

|| 𝐄𝐥 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐟𝐞𝐭𝐞𝐫𝐢́𝐚 - 𝐂.𝐕 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora