|| 𝐄𝐥 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐟𝐞𝐭𝐞𝐫𝐢́𝐚 - 𝐂.𝐕 ||

Capítulo 31

En ese mismo día, volví a mi casa, agarré el libro que me dio Chris, era interesante. Todos los libros que elige, son buenos, es increíble.

Mi celular sonó, me estaba llamando, por estar leyendo sólo contesté. Y me arrepentí.

 
- Quiero hablar contigo, porfavor.
- ¿Erick?
- Yo - guardó silencio - necesito hablar contigo, explicar mejor las cosas, juro que empezó como una apuesta, y luego me enamoré, lo hice de verdad, quisiera volver en el tiempo, y quererte desde el comienzo.

 
- Fue una pérdida de tiempo estar contigo, perdí personas que eran importantes para mi, que no sé cómo aún después de todo siguen para mi, Erick... Tuvimos buenos momentos, pero ya puedes olvidar todo y ir para tu próxima chica, no me busques, estoy muy bien lejos de ti - Intenté sonar lo más calma y pacífica posible - ¿De acuerdo?

 
- Claro, como digas...

 
Suspiré y entonces le colgué. Simplemente.

Christopher.

Después de trabajar en la mañana, y en la tarde, llegué agotado a mi casa, ahí me esperaban mis papás, estaban entretenidos viendo su novela de las nueve.

- Buenas noches, familia - les sonreí -
- Christopher, ven aquí, queremos hablar contigo.
- Si señorita Catherine - me senté al lado de mi mamá - ¿Que pasa?
- ¿Como va tu relación con Amanda?
- Bien, vamos bien..
- Chris, estás seguro? - Mi padre dijo mientras seguía viendo a la televisión -

Acuérdense, si te preguntan algo, más de una vez, probablemente ya saben la respuesta, entonces no podría mentirles.

- Ya, está bien, estaba pensando en terminar, no sé si siento las mismas cosas por ella, y es mejor dejarle, no quiero dañarla tanto.

- Haz lo que tu corazón diga - Mi madre me sonrió -
- Lo haré - me levanté y fui a mi habitación, agarré el celular y llamé a Megan, si, ella.

- ¿Hola?
- Hola Cooper - sonreí -
- Chris... ¿Como estás?
- Bien, estoy bien...
- que bueno, y ¿que haces señorito?

Hablamos por mucho tiempo en llamada, como cinco horas, a las dos de la mañana, miré mi pantalla donde seguía encendida la llamada, Megan se había dormido y así se veía extremadamente tierna a mi parecer.

 
- Buenas noches, tonta - sussuré y le colgué, luego me acosté para dormir.