EL ENTRENAMIENTO

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Luc y yo nos hemos vuelto a quedar solos en el salón de su ático, donde la paz y la tranquilidad habituales vuelven a hacerse presentes.

Me gustaría saber que pasa entre estos dos. No puedo vivir bajo el mismo techo que ellos si siempre van a estar discutiendo.

-Luc, ¿se puede saber qué es lo que te pasa con As?

Lucifer toma mi mano y me arrastra con él hacia el sofá. Me estoy acostumbrando a su contacto; cada vez me siento mejor a su lado.

-Meridiana... sólo quiero protegerte.

¿De Asmodeo? ¿De verdad?

-¿Por qué tienes que protegerme de él?

-Ya te comenté que Asmodeo es el demonio de la lujuria, ¿no?

-Sí.

-Pues al igual que tu padre tenía el don de la clarividencia, As también tiene un poder único. Asmodeo puede hacer que los deseos sexuales de cualquier persona salgan a la luz y se vuelvan incontrolables.

Oh. Vale. Eso aclara la actitud de Lucifer con As durante toda la mañana pero, ¿de verdad cree que sería capaz de hacerme algo así?

-¿Y por qué iba a usar su poder conmigo?

-Porque se ha encaprichado de ti.

-¡¿De mí?! - No puedo ocultar mi sorpresa. Asmodeo ha debido estar con miles de mujeres, ¿por qué se iba a fijar en mí?

-¿Todavía no te has dado cuenta de lo apetecible que puedes llegar a ser? - susurra.

Luc acaricia mi mejilla suavemente con el pulgar y siento el calor instalarse en mi pecho. Tengo su rostro tan cerca que me cuesta contenerme. Sé que no es buena idea dejarme llevar, sobre todo con lo que está pasando. Además, lo que Luc siente es sólo atracción física, ¿no? ¿Y yo? ¿Qué es lo que siento yo?

Joder, Meri. ¿Pero en qué estás pensando? ¿Quieres acabar con el corazón roto? Porque eso es lo que va a pasar.

Me aparto ligeramente. No quiero ser brusca pero tengo que protegerme.

-Otra vez te has puesto la coraza, ¿eh?

-Es que... simplemente creo que es lo mejor.

-Aunque me cueste toda la eternidad conseguiré que confíes en mí.

-No es que no confíe en ti, Luc. Es solo... - ¿Cómo puedo decirle que por primera vez en mi vida creo que me siento atraída por alguien pero que no sé si para él soy solo un capricho más?

Sé que no va a hacerme daño conscientemente pero siempre hay factores externos que escapan a nuestro control, y si no que se lo digan a mis padres.

-Tranquila, preciosa, no tienes que darme explicaciones. Sé que me va a llevar tiempo que te abras a mí, pero tiempo precisamente es lo que me sobra. - Luc me mira por un momento. - Ahora será mejor que vayas a comer. Tienes que coger fuerzas para esta tarde.

-¿Y eso por qué? ¿Qué sucede esta tarde?

-Qué dará comienzo tu entrenamiento.



Tras la comida, Luc y yo hemos decidido descansar un rato en el salón viendo una película mientras esperamos la vuelta de As. No es bueno ir a entrenar con el estómago lleno.

Mientras me relajo en el sofá noto que alguien se acerca. Empiezo a acostumbrarme a esta sensación.

Unos segundos después, Asmodeo aparece por la terraza cargado con varios bolsos de viaje y una maleta color marrón que completa el juego.

Meridiana: la hija de la ira. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora