Salgo del salón del trono con la intención de ir al dormitorio pero cuando me dispongo a ascender por el cilindro central del castillo, una mano me detiene, sujetando mi brazo.
-¡Levi! - exclamo sorprendida al verla tan cerca. - ¿Sucede algo? - Madre mía, casi me atropella.
-No, no, en absoluto. Es que Lucifer siempre te acapara y nunca tengo ocasión de hablar contigo.
-¿Conmigo? - ¿Por qué ese interés tan repentino?
-Sí, contigo. Por cierto, me he enterado de lo que ha sucedido con Azazel. No sabes cuánto lamento habérmelo perdido - dice con una sonrisa de oreja a oreja.
Creo que no llegaré a comprenderlos nunca. Ahora resulta que mi lucha con Azazel ha sido como una atracción para ellos.
-Levi, estuve a punto de matarlo - digo mostrándome seria.
Sus brillantes ojos de rubí se posan sobre mi rostro como si intentasen descifrarme. ¿De verdad es tan difícil entenderme? Me hacen sentir como si fuese un bicho raro.
-Ahora entiendo por qué Lucifer y tú hacéis tan buena pareja, os parecéis mucho.
-¿A qué te refieres?
-Los dos os preocupáis demasiado, aunque supongo que en el caso de Lucifer es normal. Quiero decir que gracias a eso todos nos hemos mantenido a salvo durante tantos años.
La mirada de Levi se transforma y creo ver veneración en sus ojos. Hasta su tono de voz a cambiado, se ha vuelto más dulce y suave, algo que no pensé que fuese posible.
-Y hablando del jefe, ¿dónde está? Es muy raro que te deje sola.
A mí me lo vas a decir. Adoro su compañía, no hay cosa que más me guste que sentirle junto a mí pero con tantas emociones desbordadas últimamente, necesito un poco de tiempo para mí.
-Al parecer, ha habido una disputa y tenía que hacer de juez.
-Oh. La verdad es que no me extraña. Todos estamos un poco alterados con lo que está pasando y eso hace que se produzcan algunos altercados. Espero que sea cosa de poco. - Vuelve a mirarme entornando los ojos. - ¿Y por qué no te has quedado con él? ¿A dónde te dirigías?
Creo que mi momento de relax en soledad se va a ir al traste.
-Iba a mi habitación. Necesitaba estar un rato tranquila para practicar lo de las visiones. Debemos averiguar dónde están Astartea y los demás.
-Deduzco que la reunión con sus hijos no ha ido bien.
Uff. Si tu supieras. "No ir bien" es quedarse corto. De hecho ha ido mal, muy mal. Claro que, podía haber sido peor, ¿no?
-La verdad es que ha sido un desastre - continúo. - Los dos hermanos vinieron a pedir clemencia para su madre pero cuando Lucifer se negó a perdonarle la vida a Astartea, Amor me acusó de tener la culpa de esa decisión, diciendo que mi vida valía mucho menos que la de su madre, ya que yo era una mestiza hija de una furcia.
-¡¿Qué?! - exclama Levi sorprendida. - ¿De verdad dijo eso?
-Me temo que sí.
-Oh cariño, lo siento mucho.
Levi se abalanza sobre mí y me abraza con fuerza para consolarme.
Vale, vale, ya es suficiente. No necesito tantas muestras de cariño.
Me separo poco a poco, intentando no parecer desagradecida.
-Estoy bien, Levi. Empiezo a acostumbrarme a ese tipo de reacción. - En realidad no me he acostumbrado ni de lejos pero no quiero preocupar a nadie más. Ya tenemos bastantes problemas.
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Meridiana: la hija de la ira. (TERMINADO)
FantasyObra registrada en Safe Creative. Primera parte e la saga Meridiana. ¿Y si un dia descubrieses que eres la hija del demonio de la ira? ¿Y si el mismísimo Lucifer se propusiera protegerte a toda costa? Y lo peor de todo: ¿y si te enamorases de él? ...