He pasado una noche terrible ya que apenas he dormido. Me resultaba imposible olvidar mi conversación con Luc y lo sucedido después en su habitación. Como no conseguía conciliar el sueño acabé poniéndome nerviosa, así que me levanté para coger un libro y leer un rato en la cama, pero terminé quedándome dormida en una mala postura y con la cara apoyada sobre mi ejemplar de "El señor de los anillos".
Me levanto de la cama y me dirijo al espejo que hay sobre la cómoda para comprobar las consecuencias de mi insomnio. Tengo unas ojeras tan grandes que se me podría confundir con un mapache. Espero que una buena ducha y un poco de maquillaje puedan solucionar este estropicio, porque no tengo ganas de tener que enfrentarme a un tercer grado cuando Luc y As vean mi cara.
Tras casi una hora en el cuarto de baño intentado reparar lo irreparable, me dirijo a la cocina donde Lucifer y As me esperan ya con el café, un zumo y unas tostadas preparadas. Se me sigue haciendo extraño que Luc me prepare todos los días el desayuno. ¿Conseguiré acostumbrarme algún día a tanta atención?
-¿Una mala noche, preciosa? - Lucifer me mira un poco preocupado.
-¿Tanto se me nota?
Obviamente mis intentos de disimular mi mala cara no han servido de nada
-Te he oído moverte durante toda la noche prácticamente - aclara Luc.
-Sí, yo también te oí. Estuve a punto de pasar a tu habitación a preguntarte si necesitabas compañía - dice As sonriendo.
Lucifer lo fulmina con la mirada. Mmm, mi señor diablo siempre tan protector.
-¿Querías que volviera a patearte la cara? - le pregunto de forma socarrona.
-Bueno, si eso es lo que te va... No me importaría dejarme azotar por ti, nunca le he hecho ascos a nada. Además, tienes que estar para devorarte vestida de cuero. - As pronuncia la última frase lentamente, con voz baja y ronca mientras me mira con deseo.
Me parece que Asmodeo se ha emocionado en exceso. ¿No comprende que no quiero nada con él?
Observo a Luc que empieza a estar demasiado tenso.
-As, más vale que pares o seré yo el que te azote, y estoy seguro de que eso no lo ibas a disfrutar - dice Lucifer.
-Tranquilo, solo era una broma. Sabes que no la voy a hacer nada, ya te lo dije. - Tras un segundo de silencio Asmodeo continúa. - Salvo que ella me lo pida, claro.
-Pues entonces puedes esperar tumbado porque incluso sentado te acabarías cansando - respondo.
Lucifer empuja una taza de café en mi dirección.
-Desayuna, Meridiana, y no hagas caso a este imbécil. Tantos días sin sexo le están afectando seriamente a la cabeza.
-Compréndeme, Lucifer. Hace casi una semana de la última vez y teniendo en cuenta que ahora no puedo moverme de aquí, no sé cuándo será la próxima.
No puedo parar de reír. En verdad son como dos niños pequeños. Y en cuanto a Asmodeo, me parece que va a estar una buena temporada en ayunas así que ya puede empezar a acostumbrarse, aunque supongo que eso es mucho pedirle al demonio de la lujuria. De todas formas, está claro que "mucho tiempo sin sexo" no tiene la misma connotación para él que para mí. ¿De verdad está así por menos de una semana?
-¿Unos pocos días significan mucho para ti? Empiezo a pensar que tienes un problema muy serio - digo entre risas.
-Pues claro, el sexo debe ser un ejercicio diario - responde Asmodeo.
-No le hagas caso. A veces puede ser un poco fantasmón - interviene Luc.
Me bebo el café mientras observo la cara de As que parece ofendido. Creo que acaba de recibir un golpe bajo.
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Meridiana: la hija de la ira. (TERMINADO)
FantasyObra registrada en Safe Creative. Primera parte e la saga Meridiana. ¿Y si un dia descubrieses que eres la hija del demonio de la ira? ¿Y si el mismísimo Lucifer se propusiera protegerte a toda costa? Y lo peor de todo: ¿y si te enamorases de él? ...