ASTARTEA

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Cuando Luc y yo llegamos al salón, As está esperándonos sentado en uno de los sillones con un libro en las manos.

-¿Ya estáis? - nos pregunta As con tono burlón cuando nos ve aparecer.

¡Ay madre! Ya empezamos.

-Hola, As - saludo lo más sosegada que puedo.

-Hola, querida. Pensé que no saldríais de la habitación en todo el día.

-Tenemos cosas de las que hablar, Asmodeo. Hay mucho en juego - habla Luc poniéndose serio.

As asiente con la cabeza y su expresión cambia por completo. La gravedad de la situación es mayor de la que creía al principio. Algunos ángeles y demonios se han unido para eliminarnos definitivamente y por lo que pude ver anoche, harán lo que haga falta para conseguirlo.

Me acomodo en mi rincón particular del sofá y siento un ligero pinchazo en la zona de la herida, lo que me hace mostrar una pequeña mueca de dolor.

-¿Estás bien, Meridiana? - me pregunta Luc preocupado.

No pierde detalle de todos mis gestos, hasta de los más insignificantes. Un ligero signo de dolor ha sido suficiente para que se preocupe.

-Sólo es una leve molestia. No hace falta que te alteres - digo con cariño.

-Supongo que todavía está muy reciente - dice Luc acariciando con ternura la zona de mi herida.

-Se me pasará - aseguro intentando calmarlo.

Sólo necesito algo más de tiempo. Considerando que la flecha me atravesó por completo creo que me estoy recuperando bastante bien. Apenas tengo una pequeña cicatriz. Además, tenemos cosas más importantes de las que hablar.

-Bueno, dejando a un lado lo de mi herida, que está prácticamente curada, creo que hay algunas cosas que tenéis que explicarme, como quién era la loca que nos atacó anoche.

Ambos se miran durante un momento, como si estuvieran decidiendo quién debería tomar la palabra.

-Se llama Astartea. - Por fin Luc se anima a hablar.

Astartea... Recuerdo a Luc chillando su nombre tras el disparo que casi acaba con mi vida y como ella habló de un tal Astaroth.

-¿Y por qué quiere matarnos? ¿Y quién es eh... Astaroth?

¿Por qué cada vez que hablo con ellos surgen más preguntas que respuestas? ¿Se acabará esto algún día? ¿Conseguiré saber toda la verdad de una vez por todas?

-Será mejor que vayamos por partes - me responde Luc de forma pausada. - Astaroth era el marido de Astartea.

¿Su marido? ¿Es que los demonios pueden casarse?

-Espera un momento - interrumpo a Luc. - ¿Existe el matrimonio entre demonios?

-Sí, bueno, tenemos nuestra propia ceremonia.

-Aunque hace siglos que no asistimos a una. Claro que, hace siglos que no se produce una - explica Asmodeo.

No puedo ni imaginarme como será una boda repleta de demonios. ¿Y qué diferencias habrá con las bodas ordinarias que conozco?

-Las bodas entre demonios son muy escasas porque no nos enamoramos fácilmente, aunque hay excepciones, como has podido comprobar en tus propias carnes - continúa As.

Recuerdo cuando Luc me contó que la mayoría de las veces los demonios eran demasiado egoístas para enamorarse pero que cuando lo hacían, era para siempre. Me pregunto si mis padres...

Meridiana: la hija de la ira. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora