1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔

CAPÍTULO QUINCE.- fiesta de graduación

Los cuatro días que siguieron después de aquel raro olor del bosque, pasaron sin mayor contratiempo. Eran los últimos antes de la graduación, Alice estaba sacando a todos de quicio por los preparativos de la fiesta, Edward dividía su tiempo entre ir a la Reserva con ella y Jacob e ir por la noches a dormir a Bella, y, por último, Will continuaba tratando de descubrir a vampiros, cada vez con técnicas más tontas.

Justo en ese momento se encontraba frente a Edward, acomodando su corbata, mientras Alice revoloteaba a su lado, dando indicaciones a todos junto a Rosalie de que parte de su vestimenta debía cambiar.

—Ella conoce el camino al instituto —se quejó Eileen, luego de ver a Edward coger su túnica amarilla de graduación—. Que se vaya sola y te la encuentras allá. ¡Vamos, Ed! ¿Cuántas otras graduaciones tendrás con tu familia?

Ante su última burla, Edward rodó los ojos y salió de la casa rumbo a la de Isabella, vio a Carlisle y Esme reír un poco para luego negar.

—Él tomará su decisión muy pronto, Eileen —le dijo Esme con cariño—. No lo apresures.

—Eso significa que todavía estamos a tiempo —rió Emmett. Eileen lo miró extrañada—. De cambiar la apuesta —aclaró—. ¿Alguien quiere cambiarse de bando?

Nadie dijo nada. Alice hizo un suave sonido entre labios, el cual sonaba como un quejido. A pesar de seguir revoloteando por toda la casa dando indicaciones y hablando sobre la fiesta después de la graduación, parecía muy distante a todo, como si estuviera metida en sus pensamiento.

Eileen extrañada ante la actitud de su hermana, quiso entrar en su mente para saber que era lo que le preocupaba, más que todo porque se había comportado así de rara después de visitar a Isabella, pero era algo imposible. Lo único que conseguía al entrar en la cabeza de Alice era escuchar una especie de himno raro.

Una ves que todos estuvieron listos se apresuraron a subir en los coches, sin olvidarse de la espantosa toga amarilla y pusieron rumbo al Instituto, directo a la graduación.

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—¿Puedes creerlo?

Eileen se separó de Emmett y Jasper, para voltearse hacia su amigo, el cual lucía emocionado y algo atemorizado por el inicio de la ceremonia.

—¡Ya llegamos a nuestra graduación! —chilló, haciendo que varios alumnos voltearan a verlos—. Y pensar que nos conocimos hace cinco meses.

—¿Te vas a poner sentimental?

—Sí, siguiente pregunta.

Eileen rodó los ojos ante el acto de dramatismo de su amigo. Miró a su alrededor un momento, se dio cuenta que salvo sus hermanos adoptivos y Will no había tenido alguna otra relación en el Instituto, y no era algo que le importaba. Will valía por más de quince amigos.

—Finalmente me quedaré en el pueblo —anunció—. Me tomaré un año sabático para escribir ni historia y luego, si tengo ganas, iré a la universidad.

—¿Ese fue el trato que tu madre aceptó?

—Sí —suspiró—, deberías conocerla. Ella, al igual que tu, disfruta de ridiculizar mis intentos para descubrir a los vampiros del pueblo.

Eileen no supo que decir, se quedaron unos segundos en silencio mientras las voces de sus compañeros se escuchaban a su alrededor.

—¿Por qué crees que existen los vampiros? ¿Y por que crees que están aquí, en Forks?

—Porque, mi querida e incrédula amiga, no hay pruebas que demuestren lo contrario.

Eileen balbuceó, sin saber como responder a eso. Rodó los ojos, nuevamente, mientras negaba con una sonrisa en el rostro. No era la mejor respuesta, ni la que ella quería; pero era un buen punto de su muy inteligente amigo.