1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔

CAPÍTULO SEIS.- el plan de jacob

Eileen sabía que después de ese día de clases, a la primera oportunidad que se quedara sola con Edward, éste iba a darle una enorme charla acerca de no hablarle de ese modo a Bella.

—Jacob me cae mejor —fue lo que le respondió Eileen, luego de todo el monólogo de Edward.

Como también era de esperarse, Edward no le dijo nada acerca de eso y volvió al tema principal: Bella. Eileen fingió escucharlo mientras hablaba mentalmente con Rosalie acerca de salir de compras.

—Si sabes que no te está escuchando, ¿verdad? —le dijo Emmett a Edward, pasando por su lado—. Lo digo porque Rose está haciendo planes de compras y Eileen aprendió a hablar a través de la mente.

Eileen dejó a Rose para darle una sonrisa a Edward.

—No voy a cambiar mi actitud con Bella —dijo—. Me cae mal, me da dolor de cabeza, te trata horrible y Jacob la pasa mal al saber que estas con ella.

—¿Y que te importa a ti lo que pase o no con Jacob?

—Él si me cae bien —aclaró—. Y la imprimación es muy fuerte, según me explicó Paul, y muy importante para él. Mínimo deberías interesarte un poco en él.

Edward abrió la boca para responder, la cerró y terminó yéndose a su habitación. La cual cerró con un portazo.

—Infantil —bufó Eileen.

Fue a sentarse con Rosalie en el living, a pesar de que no fue la mejor que la recibió al llegar, se habían vuelto algo cercanas. Rose era muy inteligente, fuerte y valiente, no era una chica a la que le podías tomar el pelo con facilidad.

—No se lo digas, pero prefiero más a Jacob que a Bella —dijo Rosalie, una vez se sentó a su lado.

—Oh, por supuesto que le voy a decir —sonrió.

Rosalie rodó los ojos y continuó leyendo su revista.

Eileen estaba muy aburrida ese día, tan solo jugaba con su teléfono. Estuvo tentada a ir a la frontera un par de veces para ir con Paul, pero quizás el podría estar ocupado y no querría interrumpirlo.

La puerta sonó, Eileen se levantó de inmediato a abrirla. Hizo un imperceptible puchero cuando captó un olor horrible y no el habitual olor a café y lavanda que desprendía Paul.

—Hola, Jake.

Jacob le sonrió y saludó levemente a Rosalie, que le gruñó.

—¿Cómo te fue en tu primer día?

—Bien, supongo, un Cullen nunca puede pasarla mal —se burló.

No pasó mucho antes de que Edward bajara las escaleras y se colocara frente a ellos. Jacob le sonrió e inmediatamente Eileen pudo escuchar una canción de pop que estaba en su cabeza.

«Oops, i did it again…», frunció el ceño. No sabía que a Jacob le gustara Britney Spears.

—¿A dónde me llevarás hoy? —le preguntó Edward a Jacob. Eileen se preguntó mentalmente el porque no dijo nada acerca de la canción de pop.

—Oh, no vine por ti hoy —dijo Jacob, desinteresadamente.

Eso pareció un golpe duro para Edward que inmediatamente se encogió de hombros, fingiendo que no le importaba.

—Vine por Eileen —continuó Jacob. Eileen alzó una ceja—. Paul te invitó a la fogata, ¿verdad? —asintió—. Bien, quise venir por ti, ya sabes, para conocernos mejor.

—Bien, espera que…

—¿No quieres que yo vaya, Jacob? —preguntó Edward.

«Alguien está molesto porque está siendo ignorado», escuchó la voz burlona de Rosalie en su mente. Eileen tuvo que contener su risa al ver la cara de enojo de Edward. «Bien, ahora sabes lo que él siente», le dijo Eileen a Edward mentalmente.