CAPÍTULO UNO.- la manada de jacob

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—Edward me ha llamado.

Eileen escuchó una voz proveniente del living, y un apestoso olor llegó a su nariz.

«Hombre lobo».

Era igual a uno de los que olió en el bosque.

No quería salir, pero le daba mucha curiosidad saber porque un hombre lobo estaba en una casa plagada de vampiros. Cerró la puerta de su habitación, la cual le habían dado cuando al fin la aceptaron. Emmett la construyó, lo cual dijo orgulloso, mientras que Alice la decoró.

Y como si hubiese sido llamada, Alice se acercó a ella, sonriente.

—Ha llegado el novio de Edward —dijo, y salió dando pequeños saltos como si fuera una especie de hada del bosque.

«¿Novio?».

Eileen estaba confundida. Había oído que la principal razón por la cual Edward enfrentó a los Vulturi fue por la humana Isabella, ella era su novia. ¿Acaso la había cambiado por un hombre lobo?

Bajó las escaleras, siguiendo el camino de Alice y pudo ver a un chico moreno, sin camisa, en el living de la casa. Él pareció oler el aire, vio en su dirección y le gruñó.

—¡Tú! —bramó, señalándola—. ¡Invadiste nuestro territorio!

Eileen dio un paso hacia atrás, nerviosa.

—No fue a propósito…

Su rápida excusa quedó en el olvido cuando Edward apareció y se colocó al lado del hombre lobo, que pareció relajarse con su presencia.

—No la asustes de esa manera, Jacob —dijo, regañándolo—. Ella nos estaba buscando, es la nueva integrante de la familia. Eileen Cullen.

El lobo, Jacob, la miró por unos segundos y luego le extendió la mano.

—Jacob Black, un placer —sonrió. Eileen le estrechó la mano. Jacob se volvió a Edward—. La manada estaba nerviosa por su olor, pensaban que era un vampiro de Victoria. Iban a venir a verte, pero como llamaste antes, creyeron que ya lo habían controlado.

—De eso quería hablarte. Carlisle piensa que es buena idea llevarla con tu manada, para que se familiaricen con su olor y conozca las leyes.

«A tu orden, amor». Eileen escuchó en su cabeza el pensamiento de Jacob y no pudo evitar la risa que salió de su boca. Edward la miró enfadado, retándola a que se burlara más.

—Bueno, vamos.

Ante la indicación de Jacob, este salió de la casa y Eileen esperó la seña de Edward para seguirlo.

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Cuando el Volvo de Edward se detuvo y los tres bajaron de él, Eileen pudo echar un vistazo al bosque. Estaban en lo que ellos llamaban ‘la frontera', que era el espacio que separaba el territorio de los hombres lobo con el de los Cullen. Pero ella lo reconoció como el pequeño acantilado que saltó para llegar a la casa Cullen.

«Con razón no siguieron persiguiéndome».

Eileen sabía que la única persona capaz de atravesar ‘la frontera’ sin sufrir represalias era Edward, al ser la imprimación de Jacob. Jacob tuvo que explicarle que era una especie de pareja para los hombres lobo. Tenía muchas ganas de preguntar como era eso posible, si se suponía que los lobos y los vampiros eran enemigos por naturaleza, pero se contuvo. Al parecer a Edward le molestaba ese tema y a Jacob le avergonzaba.

1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora