CAPÍTULO ONCE.- sospechas y preparativos

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Había veces en que la hora del almuerzo en la cafetería del instituto eran horribles, como en ese momento. Sentada junto a Bella y sus amigos que hablaban animadamente acerca de la graduación que era en menos de tres semanas.

—Debemos ir de compras —le dijo Alice, sacándola de sus pensamientos—. Necesitas un vestido para la graduación y el otro para la fiesta.

—¿Qué fiesta?

Edward a su lado soltó una risa.

—La fiesta sorpresa que está preparando —respondió—. Aunque ya no es una sorpresa.

—¡Es nuestra graduación! —chilló Alice, sonriente. Jasper, a su lado, le sonrió—. Es obvio que nosotros, los Cullen, debemos hacer algo grande y extraordinario.

Justo en ese momento, Bella y sus amigos se levantaron de la mesa despidiéndose. Eileen sonrió, ese era lo que estaba deseando desde hace unos cinco minutos.

—Alice, ya la graduación no tiene emoción alguna. ¿Cuántas veces nos hemos graduado ya?

Las palabras de Emmett no tuvieron ningún efecto en Alice.

—Ya he perdido la cuenta —bufó Edward.

—Es la segunda vez que me gradúo —admitió Eileen, recibiendo de inmediato toda la atención de sus demás hermano.

—¿Hablas en serio? ¿La segunda? —preguntó Jasper.

Eileen asintió.

—Me gradué cuatro meses antes de convertirme y después de ahí me la pasé viajando por el mundo y huyendo de los Vulturi.

—¿Ves, Emmett? La fiesta si será emocionante —sonrió Alice—. Y la haremos en honor a Eileen, por graduarse y ser la nueva integrante de la familia.

—Tú solo quieres una excusa para hacer una fiesta —se mofó Rosalie.

Alice cabeceó, dándole la razón.

 —Y no se hagan los tontos, debemos darnos regalos de graduación —continuó. Edward, Rosalie y Emmett rodaron los ojos—. Y esfuércense un poquito que ya he visto lo que piensan regalarme.

Eileen soltó una risa baja.

—¿Sirve de algo decirte que no me gustan las fiestas ni los regalos? —preguntó.

—Lo único que conseguirás es que mi emoción vaya en aumento.

—Y después de la graduación se supone que Edward debe convertir a Bella —bufó Rosalie, mirando mal al de cabello cobrizo.

Eileen alzó una ceja.

—¿En serio harás eso? ¿Y que pasa con Jacob?

Edward tomó el voto de silencio y solo atinó a voltear la cara.

—Yo le apuesto a Jacob —rió Emmett—, en un segundo a otro Ed le terminará a Bella.

Jasper cabeceó.

—Él se siente muy culpable por todo lo que ha pasado Bella —debatió—. De seguro se quedará con ella por eso y en unos años se arrepentirá.

—También le apuesto a Jacob —se entrometió Eileen—. La imprimación no se puede deshacer y estoy segura que Ed no es un imbécil como para dejar ir a su verdadero amor.

Alice y Rosalie también se unieron a la apuesta, resultaba interesante y una verdadera sorpresa ya que Alice no podía ver el futuro de Edward por su cercanía con Jacob.

Edward gruñía, enojado con todos por hablar de él como si no estuviera presente.

Tuvieron que dejar de hablar de apuestas, vampiros e imprimación porque Bella y sus amigos volvieron a la mesa. Eileen rodó los ojos, a lo lejos puso observar a William comiendo solo en una mesa apartada, por no que no dudó nada.

1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora