‘Bienvenidos a Forks, Washington'
Eileen respiró, deteniéndose a leer el cartel. Estaba en la dirección correcta. Le había costado mucho encontrar el lugar; pero aún no cantaba victoria, todavía debía encontrar el clan de vampiros del que todos hablan. Aquel que tiene poderes inigualables y que ha enfrentado a los Vulturi.
Volvió a correr, adentrándose en el bosque para no ser vista por ningún humano. Debía encontrar pronto a aquel clan, antes de que algún otro vampiro la encontrara a ella.
Con su velocidad sobrehumana podía sentir la brisa mover su largo cabello castaño. A su alrededor los árboles se movían, daban la impresión de que eran ellos y no ella los que lo hacían.
Un olor llegó a su nariz. Era terrible y realmente repugnante.
«Hombres lobo»
Corrió más rápido, hasta saltó una pequeña separación entre la tierra, que podía confundirse como un acantilado. No quería que ellos la atraparan, no quería más problemas de los que ya tenía.
Cuando el olor desapareció y los gruñidos ya no se oyeron. Sabía que había evitado un enfrentamiento con el enemigo numero uno de su especie, los lobos.
Se detuvo abruptamente. Una casa enorme y sumamente hermosa estaba frente a ella. Tenía miedo de equivocarse. Tenía miedo de que ellos no la aceptaran, eran su única salvación.
Estaba parada en la puerta, debatiéndose internamente si tocar. Antes de que pudiera decidirse, un hombre abrió la puerta. Era realmente hermoso, cabello rubio y unos brillantes ojos dorados, como los de ella.
—Sea bienvenida a mi casa. Soy Carlisle Cullen, el jefe de este clan —se presentó, con una voz suave.
Eileen boqueó por un momento. De había visto sorprendida por el acto de aquel hombre.
—So… soy Eileen y me gustaría unirme a ustedes.
Carlisle sonrió, y si se sorprendió Eileen no pudo saberlo. La invitó a pasar y ella aceptó gustosa. No debía perder más tiempo. Una vez dentro, en el living ya habían seis personas observándola.
«Estaban esperándome».
—Sí, lo hacíamos —dijo un chico alto y de cabellos cobrizos. Edward—. ¿Cómo sabes mi nombre?
—Me han hablado de ustedes —le respondió Eileen—. Son famosos por desafiar a los Vulturi por una simple humana. Isabella, si no me equivoco —miró a Edward fijamente.
—¿Y porqué deberíamos dejar que te quedes? —habló de mala gana una rubia. Todos los miembros de la familia eran hermosos, pero ella era otra cosa, le ganaba a los demás por mucho. Rosalie—. No te conocemos, estás siendo perseguida. Y sinceramente no veo el porqué debemos confiar en tu palabra.
—Ustedes son mi última oportunidad para librarme de los Vulturi. No he roto ninguna regla, no he hecho nada malo salvo tener un don que ellos quieren.
Estaba desesperada, si ellos no la aceptaran era su muerte. Una ola de tranquilidad albergó su cuerpo, y así pudo respirar tranquilamente.
—¿Tan excepcional es tu don, cariño? —le habló una mujer—. Soy Esme Cullen, la esposa de Carlisle.
Eileen sabía quien era. También le habían hablado de ella, de todos en realidad.
—Alice vio que venías y que eras perseguida —comentó Carlisle—. Por eso nos preparamos para tú llegada.
Rosalie volvió a bufar. A su lado, un muchacho enorme en músculo le acarició el brazo. Ese era Emmett.
—Eso no significa que vamos a dejar que te quedes…
—¡Rosalie, basta!
—Eileen —habló una voz cantarina. Alice—. Nos gustaría mucho que nos enseñarás tu don.
Y Eileen no debatió. Lo hizo. Se los enseñó. Empezando por quitarle los sentidos a Rosalie, el don de Alec. Seguido de hacer sufrir a Jasper, el don de Jane. Le leyó la mente a Emmett, el don de Edward. Vio el futuro de Esme, el don de Alice. Y siguió así hasta que Carlisle le pidió parar.
Los Cullen estaban sorprendidos por ese don. No era uno solo, eran todos en uno. Habían escuchado de personas escudos, tal y como lo era Isabella Swan; pero nunca de personas esponja, como lo era Eileen. Podía adquirir los dones de los demás vampiros a su alrededor.
—Eso es fascinante —halagó Carlisle—. ¿Es así de fácil? ¿Solo debes llegar y tenerlo?
—No, deben usarlo en contra de mi. Edward leyó mi mente, por eso lo pude obtener, Jane y Alec hicieron lo propio conmigo y les salió contraproducente.
Eileen vio como los Cullen se fundían en sus pensamientos. Quizás debatían sobre si era un riesgo tenerla entre ellos.
—En serio quiero quedarme —suplicó Eileen—. Son mi única oportunidad de librarme de ellos. Ya saben como son las reglas: si un vampiro no tiene clan debe ir con los Vulturi, y si un jefe de clan entrega a uno de sus miembros, éste debe obedecer a los Vulturi.
—No temas, confiamos en ti —dijo Carlisle, colocando una mano en su hombro.
—Puedes quedarte —dijo finalmente Esme—. Tener más niños que cuidar es algo que me gusta.
Rosalie bufó, pero asintió. Esme se acercó a ella para abrazarla y Eileen pudo finalmente estar tranquila. Estaba a salvo.
—Bienvenida oficialmente a la familia —dijo Alice, abrazándola efusivamente—. Es un gusto tenerte.
Y con unas sonrisa de Edward, Emmett y Jasper, Eileen pudo sentirme por fin feliz. Esperaba que los Vulturi se dieran por vencidos y dejaran de buscarla.

ESTÁS LEYENDO
1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔
Fanfic⁛᚛ᚔ Saga Criaturas Eternas 𝐨𝐨𝐢. extraña imprimación ∥ 🐺 ∥ Donde Eileen, después de años de persecución, termina uniéndose a los Cullen para huir de los Vulturi, sin saber que acabaría enamorada de un malhumorado hombre lobo ᚔ᚜⁛ ...