CAPÍTULO CUARENTA Y UNO.- la verdad de rue

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Eileen alzó una ceja al ver la hoja pegada a su refrigerador llena de nombres, los chicos de la manada se habían tomado en serio la tarea de nombrar a su bebé, aunque otros, como Quil, que lo hacían más que todo para bromear.

Ni ella, ni Paul habían agregado algún tipo de nombre a esa lista. Más que todo porque las reglas absurdas de Jared se lo impedían y era algo que le molestaba, ella quería tener el derecho de participar para nombrar a su bebé.

Agarró la lista y la leyó, con una sonrisa en su rostro. Decía:

LISTA DE NOMBRES PARA EL BEBÉ

(idea de su tío favorito, todos ya sabemos quien soy)

Atenea | Artemis

Luna | Lyall

Cassie | Michael

Quillie | Quil

(No hay que ser un genio para saber quien propuso los nombres anteriores)

Fiorella | Fionn

Lyanna | Liam

Danielle | Danny

Jade | Joseph

Winnie | Will

(¿Winnie? ¿En serio? ¿Cuál sigue? ¿Piglet, Tiger, Igor? Tampoco hay que ser genio para saber quien propuso los anteriores)

(Oh, cállate amargado. Son nombres bonitos)

Thea | Thiago

Sylvie | Sthephen

Arya | Ares

Escojan con sabiduría, preferentemente escojan los míos. Atte.: Jared ;)

Eileen dejó el papel donde estaba, le habían gustado algunos de los nombres, mientras que otros era no mejor pensar en ellos. Paul le confesó que algunos de esos les habían gustado mucho, pero aún no le decía cuales eran, solo tenía una cosa en claro y ella estaba de acuerdo eso, el segundo nombre del bebé debía ser «Dante».

—¿Quillie? —bufó Paul, tomándola de la cintura—. ¿En serio piensan que le pondremos ese nombre a nuestro bebé?

Eileen rió.

—Luna y Sylvie son mis favoritos. Luna Lahote, Sylvie Lahote… Me gusta como suena.

Paul rió y le besó la mejilla.

—Me gusta Thea y Lyanna —se encogió de hombros—. También Ares y Liam. Bastante poco comunes en la tribu, sería lindo ponerle así.

—Bueno, luego nos pondremos de acuerdo —sonrió.

Paul volvió a dejarle un beso en la mejilla, justo cuando entraban a la cocina dos lobos bastante traviesos. Eileen sonrió al ver el rojizo pelaje de Lizzie, a la cual le había encantado ser un lobo como su padre, todo el día se la pasaba de esa forma jugando con Theo.

Y Theo, su pequeño ahora era más feliz ya que tenía a alguien que le seguía en sus travesuras. Eileen adoraba verlo así, por eso no decía nada cuando alguno de los dos, de forma accidental, terminaban ensuciando de lodo y tierra los pisos de su casa.

1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora