1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔

CAPÍTULO DIECINUEVE.- la decisión de edward

Solo bastaron unos segundos después de la advertencia de Alice para que cinco figuras encapuchadas, vestidas con largas capas negras, unas más oscuras que otras, hicieran acto de presencia hasta detenerse a unos metros delante de ellos.

Eileen apretó más el brazo de Emmett cuando la figura que encabezaba a los Vulturi se quitó la capucha. Era Jane, sus ojos rojos pasaron por cada uno de ellos, brillando con malicia mientras los analizaba. El odio y el rencor se hicieron presente en su mirada justo en el momento en que la vio.

—No lo comprendo —habló Jane, con un tono aburrido pero sin ningún gramo de desinterés.

Confundida, Eileen miró a donde Jane tenia puesta su vista, estaba mirando a Bree Tanner, la neófita.

—Se ha rendido —explicó Esme.

—¿Rendido?

—Eileen le ha dado esa opción.

La respuesta de Esme hizo que Eileen obtuviera toda la atención de Jane.

—No hay opción para quienes quebrantan las reglas —zanjó Jane.

—Eso está en tus manos —dijo Carlisle, tranquilo—. No vimos necesidad de aniquilarla cuando se mostró a favor de no atacarnos.

—Nadie le ha enseñado las reglas —intervino Eileen, aún sosteniéndose del brazo de Emmett.

—Eso es irrelevante —insistió Jane.

Eileen tuvo que apretar los labios para no contestarle, no debía meterse en problemas. Prefirió prestarle atención a los demás miembros de la guardia mientras Jane hablaba con Carlisle. Félix y Dimitri estaban al lado de Jane, y detrás de ellos se encontraban dos miembros más de los cuales desconocía el nombre.

No iba a mentir, le resultaba extraño que Alec no se encontrara ahí con ellos, él siempre estaba al lado de su gemela. Su ausencia le hizo pensar en las cosas que le había dicho en el bosque. ¿Y si era cierto? ¿Aro ya no confiaba en él?

Un repentino golpe en su brazo la hizo volver al presente, donde todos la estaban mirando.

—¿Disculpa?

—Alec te manda saludos —repitió Jane, dándole una sonrisa que hacia lucir a su rostro como angelical.

Eileen aprovechó y le devolvió la sonrisa a Jane, divertida, no iba volver a dejarse pisotear por Jane.

—Lo sé —respondió—. Vino hace algunas semanas a dármelos personalmente.

Su actitud divertida y respuesta reveladora pareció descolocar a la rubia vampira, su rostro se contrajo, endurecido por la furia y sus ojos rojos brillaron con molestia. Los pensamientos de Jane llegaron a su cabeza como un flash, pero le prestó más atención a la frase que revoloteaba en la cabeza de Félix.

«Mentirosa, Alec ya no está en Volterra. Es un traidor».

—Él los dejó —afirmó, aún sorprendida por la línea de pensamientos de Jane y Félix—. Alec abandonó a los Vulturi, no sabes donde está. Él se fue, los dejó… te dejó.

Sus palabras parecieron ser tomadas como una burla, Jane estaba furiosa, dio tan solo dos pasos hacia delante antes de ser detenida por Félix, que la sujetó del brazo.

—Como decía —interrumpió Carlisle, con la esperanza de volver a obtener la atención—. Victoria, la creadora, iba en compañía de otro vampiro que no debería tener más de un año. Edward acabó con ella.

—¿Y donde está él? —cuestionó Jane.

—Uno de los nuestros ha resultado herido, está acompañándolo.