91 - También te Amo

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Max siempre fue mi mejor amigo, el único, el que siempre iba a estar a mi lado. No habían razones para imaginarnos separados, pero él lo creó cuando dijo que le gustaba. Desde ese día traté de alejarme de él a pesar de quererlo mucho, ya que sus impulsos incontrolados me asustaron.

Él se alejó de mí...Fue lo mejor para los dos. Su compañía se volvía peligrosa a cada instante, tanto como para hacerme cometer quiebres imperdonables.

Max viajo a Alemania, el país donde vivían sus abuelos. La distancia era dolorosa, pero sus constantes llamadas me aliviaban, me hacían sentir recordado a pesar de estar separados. Cada vez que me llamaba me daban ganas de decirle que lo extrañaba mucho , que me había envenenado con su sonrisa, que extrañaba sus manías impertinentes, que los días no eran los mismos , que me asfixia todas las mañanas cuando recordaba que él no estaba.

­ No tenía la costumbre de tener prendida mi portátil por mucho tiempo si es que no era para hacer la tarea, pero comencé a sentarme frente a mi portátil, más del tiempo acostumbrado, únicamente para conversar todas las mañanas con mi mejor amigo Max desde que se había ido a Alemania. Max me contaba sobre lo complicado que se le hacía pronunciar el idioma y sobre sus nuevos amigos extranjeros con quienes estudiaba. Yo le contaba sobre las salidas con nuestros amigos y lo mucho que nos divertimos cuando fuimos a una plaza de fantásticos juegos mecánicos. Nuestras conversaciones me fueron afligiendo cada vez más porque ya no compartíamos juntos esas diversiones que nos contábamos. Los temas en común entre ambos fueron disminuyendo cada día que pasaba hasta que solo quedaron las nuevas experiencias que vivíamos sin el uno con el otro.

Nuestra amistad de lejos no iba a funcionar...

Solo un día no quise conversar con él por internet porque presentí que algo sucedería si lo hacíamos. Esa sensación me enfermó desde que desperté aquella mañana. El día de San Valentín siempre había sido de los dos, nuestro día de la amistad, pero lo iba a dejar de ser. Max no estaba aquel día de San Valentín, por eso no quise salir de casa para no hacer recuerdos sin él.

—Qué harás —me peguntó. No quise mostrarme débil, por eso traté de oírme natural, pero un escozor en la garganta me lo empezó a dificultar. Forcé una sonrisa a pesar de lo tieso que se sentían mis músculos faciales—. ¿Saldrás? —insistió al no obtener una rápita respuesta.

Mi tonta actuación me dejó frente a él con una falsa sonrisa igual al de un maniquí. Debí haber hecho el ridículo al sonreír para mi mejor amigo por muchos segundos sin haberle dado una respuesta rápida a su pregunta.

Una risa inconfundible me regresó a la realidad. Francis, el primo de mi mejor amigo Max, a veces se inmiscuía durante nuestras conversaciones por internet. No me gustaba cuando lo hacía. Era incomodo escuchar sus comentarios tan desalentadores para molestarme. Le encantaba repetir una y otra vez que Max no regresaría a Perú.

—Qué lástima que no puedan pasarlo juntos el día del amor, Caramel, porque Max ya no tiene nada que hacer en tu país, peruanito —dijo Francis saliendo de la habitación.

— No le hagas caso —dijo Max al notar mi intranquilidad luego del comentario de su primo.

—Sí —respondí tratando de evitar su mirada.

Lamentablemente la ausencia de Francis fue muy breve, porque regresó con una enorme sonrisa en sus labios luego de un par de minutos. Francis le dijo algo en ingles a mi amigo y después se sentó en una butaca cercana al de Max. El abuelo de Max lo había llamado, por eso mi mejor amigo salió de la habitación. Antes de salir me dijo que no se iba a demorar, por eso me quedé a esperarlo.

Francis se sentó en su lugar. Él no me agradaba porque no le gustaba respetar el espacio de los demás. Era muy entrometido y descarado como para permitirme darle confianza, porque si lo hacía, se pasaba de la raya. Traté de no tomarle importancia a sus aires de saberlo todo con respecto a la nueva vida de mi amigo en ese país, pero su interés por llamar mi atención era muy exagerado, por eso no pude ignorarlo a pesar de intentarlo.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |1RA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora