29 - Solo los Dos

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Mis amigos y yo habíamos quedado en un parque cerca del colegio para hablar sobre un trabajo grupal que nos habían dejado. La división de la tarea fue rápida, por eso, al poco rato, estábamos tirados en el pasto hablando sobre trivialidades. Mi mejor amigo Max no estaba con nosotros. Él había salido a divertirse con otra persona. Las risas que me rodeaban no me hacían tan feliz como las de él, pero no siempre iban a estar presentes animándome.

— ¿Y dónde está Max? —Preguntó Noche muy curiosa.

Ella no había sido citada en el parque, pero vino porque era la enamorada de mi amigo Fabián. Noche era una chica romántica, tierna, amable y muy agradable.

—Salió con su enamorada —respondí.

— ¡En serio! ¡No es justo! —Saltó mi amiga Cristal—. Si Max se está divirtiéndose, entonces nosotros también vamos a divertirnos. ¡Salgamos!

—Vamos a ver una película, jugar en los juegos y hacer más cosas divertidas —nos animó Clara, mi otra amiga.

—Yo estoy de acuerdo —se animó Fabián mirando dulcemente a Noche, su enamorada.

Max solía salir con nosotros a todas nuestras reuniones, pero su presencia se redujo a la mitad desde que comenzó a salir con chicas. Al principio para mí había sido muy duro compartirlo, porque su compañía era muy importante, pero poco a poco me fui acostumbrando a su ausencia. Ya no me sorprendía cuando iba a su casa y su madre me decía que había salido con una chica.

Caminamos por un Jirón comercial donde habían varios cines, el cual estaab ubicado en el centro de la ciudad. En el cine había mucha gente, por eso apenas pudimos conseguir entradas para los cinco. A pesar del tumulto, pude ver a una melosa rubia peli teñida junto a un joven apuesto, alto y con unos hermosos ojos azules resaltantes. La presencia de mi amigo no podía pasar desapercibida entre las personas.

— ¡Chicos, chicos, miren, ese de ahí es Max! —gritó Noche.

—Sí, verdad, y está con su novia —dijo Fabián.

—No puede ser. Si se nos acerca con su enamoradita nos echará a perder nuestra salida ¡Que no se acerque! —rogó Cristal.

La fila para entrar a la sala de nuestra película escogida no era muy larga. Max y su enamorada eran uno de los primeros, y nosotros estábamos casi al final. Ellos entrarían primero, y con suerte para cristal, ellos no se nos acercarían.

— ¡Caramel, chicos! — Max nos llamó de inmediato al vernos parados al final de la fila.

Su enamorada no se veía muy feliz. Max caminó hacia nosotros y ella lo siguió desganada por haberle arruinado la cita. Sus muecas de desagrado no le favorecían para nada a su cara bonita. Cristal y Clara eran unas locas. Su pasatiempo favorito era provocar a las enamoradas de Max con sus falsos coqueteos y abrazos poco recatados.

— ¡Max, Max!— Cristal y Clara gritaron eufóricas como si no lo hubiesen visto en años.

Su enamorada se mostró incomoda. Se notaba que quería regresar a la primera fila junto a Max para continuar su perfecta cita, pero mi mejor amigo se quedó junto a nosotros sin mostrar interés en regresar.

—Max, debes estar en tu cita con tu enamorada. Qué romántico —dijo Noche—. Aún recuerdo mi primera cita con Fabián. Salimos a comer helado de hielo, pero fue hermoso.

—Estaba en la primaria, no tenía dinero—dijo Fabián un poco avergonzado.

—Pero fue muy romántico. Aun guardo el palito para mostrarles a mis hijos.

La fila empezó a avanzar. Todos entraron. Pensé que él iba a sentarse junto a nosotros, pero Noche nos empujó hacia otra dirección con la intención de asegurarle una cita muy, muy romántica a mi amigo Max. Las siluetas de Max y su novia se veían muy bien juntas. Su enamorada se encontraba recostada sobre su hombro, mientras la gente aún seguía buscando buenos lugares para ver la película.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |1RA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora