71 - Princesas

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Ella era, sin duda, la más llamativa de entre todas las chicas que esperaban afuera del colegio. Su presencia de inmediato llamó la atención de los estudiantes que salían de mi colegio y también de los que acostumbraban a venir de otros centros educativos para coquetear con chicas que no eran de sus colegios.

Nunca pensé que ella aparecería afuera de un colegio nacional porque su presencia no encajaba para nada con el lugar. Ella miraba concentrada a todos los chicos que salían, con la esperanza de reconocer a la persona que buscaba. No se percató que las miradas de los colegiales estaban puestas sobre sus singulares características.

No era común ver a una chica como ella en nuestro colegio. Su aspecto de princesa sacado de un cuento de hadas deslumbró a todos. Es que ella no lucía unos falsos cabellos rubios, sino unos relucientes cabellos dorados que ondeaban dóciles al compás de sus movimientos; sus bonitas facciones eran adornadas con sus impactantes ojos pardos que intimidaban a cualquier chica que se atrevía a mirarla celosa.

A su lado estaba su amiga, una chica de cabello castaño, esbelta, pero un poco más baja. Su expresión era graciosa y asustadiza. Miraba por todos lados, quizá esperando cualquier motivo para salir corriendo. Estaba muy alerta porque los chicos de mi colegio y los chicos de otros colegios empezaron a piropearlas con confianza.

Me sorprendió mucho verlas paradas esperando afuera de mi colegio. Nunca pensé que Gema y Pilar cruzarían calles que siempre consideraron inseguras, pero ahí estaban, esperando afuera de mi centro educativo.

Pilar me vio a lo lejos. Noté un alivio innecesario en ella cuando me vio, como si la hubiese salvado de lobos salvajes que la asechaban. Corrió hacia mí sin esperar a Gema. Debió ponerse feliz de ver a alguien conocido en ese lugar ajeno, lleno de chicos piropeándolas.

— ¡Caramel! —Me llamó para asegurarse de que la viera y no desapareciera entre los estudiantes.

—Hola —saludé aún con sorpresa de verlas.

—Qué bueno que te encontramos, Caramel, estaba muy asustada —dijo Pilar abrazándome—. Casi se nos acercan unos chicos para hablarnos y...

—Que exagerada eres, Pilar —dijo Gema, la amiga de la asustadiza Pilar.

Pilar recuperó su falta de serenidad luego de llamarme. Gema se mantenía serena, pero muy atenta al portón del colegio.

—Es la culpa de Gema —dijo Pilar acusadoramente—. Ella quería venir para conocer el colegio donde estudia Max, pero ya es tarde, deberíamos regresar.

—Pilar, no te hagas la inocente, bien que no lo eres.

— ¡Cállate!

—Es que tú también querías venir, pero para conocer a Cristalita —Gema se acercó a mí—. Es que Pilar piensa que la inventaste, Caramel.

—Cállate, Gema, que poco linda eres.

—Además, también queremos encontrarnos con Max —agregó Gema—. Necesito que nos vea.

Ambas chicas eran compañeras de trabajo de Max, mi mejor amigo. Trabajaban en la misma agencia de modelos, pero no solo eso, porque también se hicieron buenos amigos desde que se conocieron. Ellas eran dos modelos, hijas de padres adinerados que querían divertirse apareciendo en catálogos y en propagandas de televisión.

— ¡Es Max! —Gritó Gema cuando vio a mi amigo saliendo con sus compañeras de su salón.

—Al fin aparece, ahora ya nos podemos ir —dijo Pilar mirándome —. Es que Max le dijo a Gema que ella nunca se atrevería a venir al colegio de ustedes.

— ¿Solo están aquí por un reto? —Pregunté.

—Es obvio, sino Gema nunca hubiera venido a este distrito. Ya sabes, a ella le gusta darle la contra a Max.

Max estaba con sus compañeros y amigos de otro colegio, pero se alejó de ellos para reunirse con nosotros. Las chicas que lo acompañaban se sintieron celosas cuando Max saludó con confianza a Gema, la pituquita gringuita de otro colegio. No muy lejos pude escuchar lo que un compañero del colegio les decía a sus amigos:"Tontas, era cuestión de tiempo para que Max se luciera junto una chica como ella. Ninguna de este colegio es competencia para esa nena tan bonita". Mis compañeros miraban a Gema y a Max con  curiosidad por saber si los dos tenían algo ya que se veían como la pareja perfecta frente a la mirada de Todos.

—Hacen una bonita pareja, ¿verdad, Caramel? —me dijo Pilar.

—No, ellos son amigos, no pueden hacer una pareja.

Gema se burlaba de Max porque sí había sido capaz de viajar más de dos horas para llegar a nuestro colegio. Ambos se mostraban mucha confianza en la manera de tratarse. Hacían qué me sintiera a un lado, muy alejado, pero esa era la amistad de ambos. Era natural la confianza entre dos amigos.

—Sí, son amigos, pero eso qué —dijo Pilar convencida.

—Max no saldría con un amigo, porque...

—Eso dicen todos —me interrumpió—, pero cuando menos lo piensas ya están con las manos sobre la carne. A mí me encantaría que Gema y Max salieran porque no me gusta que mi amiga siga teniendo a Estefan como enamorado. Es muy molesto, además, algo me dice que la está engañando con su ex, pero ella no me cree. Yo haré que terminen y lo siguiente será que se enamore de Max.

No supimos en qué momento Max y Gema nos comenzaron a escuchar. La poca delicadeza de Pilar, hablando todo aquello, había llamado la atención de Gema.

—Que tonterías dices, Pilar, ya te dije que no hables mal de Estefan, además, deberías preocuparte más por ti que por mí —dijo Gema.

Nos quedamos conversando en la puerta del colegio un buen rato. Los demás estudiantes se fueron poco a poco hasta ser los últimos en quedarnos afuera del colegio. El trascurrir de las horas les había dado confianza a Gema y a Pilar de estar en nuestro barrio, al menos en ese momento. Se les notó la felicidad de haber venido a nuestro colegio sorpresivamente, pero se tuvieron que ir porque se les hizo muy tarde.

Max se acercó cautelosamente a mí y luego jugueteo con mis cabellos.

—Yo podría salir con ella, con Gema —me susurró al oído.

No me sorprendió, después de todo, Max tenía la costumbre de decir A y después cambiarlo por B. Imaginé que no me iba a sorprender si empezaba a salir con Gema, pero ella tenía a Estefan. Esa era la razón del porque ellos, Max y Gema, no tenían que ser nunca una pareja perfecta.

—Ella tiene a Estefan, por eso nunca saldría contigo. Gema no lo traicionaría.

—Yo le gusto a Gema, por eso vino a verme desde tan lejos. Se nota que se muere por mí.

—Si te gusta, entonces sal con ella, Además, se ven muy bien juntos, todos lo creen, porque no dejaba de escuchar: "Miren, Max y su perfecta novia. Ella es muy bonita y Max no podría fijare en nadie más que en ella, porque...".

Max Me abrazó...

"Me haces feliz", me susurró restregando su rostro en mi cabello. Bajé la mirada avergonzado por su tacto, y a pesar de haber sido rápido, sentí esa cercanía como una eternidad. Reaccioné alejándome rápidamente de mi amigo, ya que su impulso había sido muy imprudente. Estábamos en un lugar público. La gente no transitaba por aquel lugar a esa hora de la noche, pero el comportamiento de Max en la calle me inquietó mucho.

—Gema es muy bonita, pero no te preocupes, porque ella nunca será más importante que Caramel.

—No me importa, puedes hacer lo que quieras...

—Caramel, solo quiero dejártelo en claro, porque después no quiero que me muestres tu carita tan triste cuando salga con ella, como amigos me refiero —Max se volvió a acercar a mí, frente a frente, muy cerca el uno del otro—. Caramel y yo saldremos, por eso no tendré tiempo para nadie más que para mí princesa.

Gema y Pilar eran chicas muy lindas. Ellas podían ser princesas, cualquier chica lo podía ser y andar de la mano con su príncipe. Yo no era una chica, no podía ser una princesa, no podía tener un príncipe, Max no podía ser mi príncipe...

Yo ya tenía a mi princesa...

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |1RA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora