CUENTO NÚMERO NUEVE:
𝐄𝐋 Á𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐎𝐅𝐑𝐄.
La edad de oro acaba de finalizar, y la edad de plata comenzaba. La nobleza humana, junto a la nobleza de las criaturas, vivían bajo gran tempestad.
Los dioses, necesitaban todo apaciguar, sino, una guerra estaría por comenzar, y no sabrían a qué bando beneficiar.
Lo que no esperaban, es que los vampiros, una revolución estaban por armar.
Ellos creían, que los humanos eran la mayor de las plagas, porque desde que fueron creados, muerte era lo que entregaban.
De su sangre bebieron, y muchos murieron, pero otros se levantaron, y a su bando emigraron.
Los humanos gran ofensa les pareció, y un gran pleito se volvió.
Buscado la paz, se le ofreció a un noble humano, la mano de una princesa vampira, y al tercer rey de los hombres, a la nieta de Hécate.
La princesa roja, aceptó sin protestar, porque si algo pasaba, al humano podría matar, pero la nieta de la magia, no quería aceptar, porque sin amor, no se quería casar.
La pequeña diosa del amor, le pregunto a su cuidador, si a un celestino, podía invitar para ayudar. Berón negó, pero luego pensó, que tal vez, sería lo mejor.
Con el permiso de Berón, el primer caballero del amor, a la princesa intentó ayudar.
Le hablo de los buenos humanos, y endulzó sus oídos para que al rey intentará aceptar. Pasaron tanto tiempo juntos, que ella se enamoró.
Berón noto la mirada de la princesa, y al padre amenazó:
"—Si el corazón de Crissolorio se envenena, y se vuelve incapaz de un hilo rojo atar, regalaré mis favores a los hombres —".
El dios de la guerra creía, que, si el ángel se enamoraba de la princesa, más caos ocasionaría.
Por lo que la boda adelantó, pero pronto el rey de los humanos se dio cuenta, que su reina, al ángel prefería.
El rey hizo un trato con un demonio. Él le daría la escénica vital de la princesa, si el ocasionaba un gran huracán de sangre no humana.
El demonio aceptó, porque después de todo, ellos fueron creados para medir el veneno del corazón.
El demonio volvió loco al noble, que con tanto amor, trataba a la princesa roja, y esa locura, la asesinó.
El alboroto fue tan grande, que a la nueva reina de los hombres, pidieron cuidar con recelo, y el ángel no pudo evitar, velar sus sueños.
Todas las noches iba a cuidarla, para asegurarse, que nadie la tocara, pero una noche encontró, su cuerpo frío, y un gran llanto soltó.
Su dolor tan grande fue, que su corazón ennegreció, pero Berón no era capaz de acabar con un ángel roto, por lo que en un cofre lo metió.
"—Cuando vuelvas a estar cerca del motivo de tu felicidad, del cofre podrás salir, y libre serás al fin —". Sentenció el dios, dejando al triste ángel, dormido en el interior de ese viejo y desteñido cofre.
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Beloverd The Celestino.
FantasyPerla no conoce a Ayxel. Ayxel no conoce a Perla pero, por alguna rara razón, ambos se extrañan. Destino, promesa y un atroz intercambio de cuerpos ¿Que mejor mezcla para el desastre y la magia?
