CAP. X; "Campamento de gitanos".
𝗔𝗬𝗫𝗘𝗟 𝗔. 𝗚𝗔𝗟𝗘𝗦.El crepitar de la leña, y el olor a fogata me hacen abrir los ojos con rapidez, y confusión.
Puedo ver la punta de los pinos, y el cielo nocturno. Todo es tenue, y la brisa es amable. Me incorporo sobre el suelo. El parecer mi sueño de hoy será más calmado de lo normal.
Soltando un largo suspiro, el sonido de aplausos aparece y el crepitar de la leña se aviva.
Giro mi perfil en dirección al sonido.
Una gran fogata impregna mi campo visual, varias personas bailan al son de una peculiar melodía a su alrededor.
—¡Ileana! ¡Ileana! —. Vocean con ánimo.
El sueño tranquilo que esperaba se ha vuelto interesante.
Me puse de pie, caminando sin prisa hacia la fogata.
—¡Denle paso! —. Desgaña un moreno, sentado sobre un tronco. Simplemente lleva pantalones de época, y una sucia camisa blanca.
—Oh vamos... —. Suelta en noto agobiado una figura femenina: —no es para tanto...
La chica lleva un mechón de su largo cabello detrás de su oreja. Su mirada abandona al moreno, era como si me mirada a mí, como si supiera que estoy aquí, pero al instante retoma su antigua dirección, adoptando una postura firme.
Pudiera estar a un kilómetro de ella, pero reconocería a dónde fuera a esta gitana rebelde.
—¡No seas tímida Ileana! —. Agrega otro hombre, con rasgos finos: —nos salvasteis antes de que los guardias del conde nos buscarán para llevarnos a la orca.
—Si la virgen María existe, eres tú —. Ofrece esas palabras con devoción el moreno, haciendo una reverencia.
—Serán... —. Murmura ella, soltando un suspiro —solo me alegra que estén bien...
Sonríe de medio lado, regalándoles un abrazo a ambos.
Mirando esa escena, me di cuenta que es la primera vez donde le oigo hablar, y también, que no conocía su nombre.
El moreno ánimo al resto de gitanos a seguir bailando, aunque Ileana se mantuvo firme al decir que no bailaría, pero al final cedió.
Se acercó a la fogata, la melodía cambio, y a su lado se posicionaron tres chicas.
La melodía les invito a mover sus hombros y caderas, deslizaron con suavidad y destreza los pies sobre el suelo.
Mientras la melodía se hacía más enérgica, sus movimientos igual, las sonrisas de ellas animaron con brío el corazón de todos.
Los aplausos comenzaron a nacer nuevamente, y sin darme cuenta, también me encuentro aplaudiendo.
Los hombres se emparejaron con las muchachas, y más parejas se unieron al baile.

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Beloverd The Celestino.
FantasyPerla no conoce a Ayxel. Ayxel no conoce a Perla pero, por alguna rara razón, ambos se extrañan. Destino, promesa y un atroz intercambio de cuerpos ¿Que mejor mezcla para el desastre y la magia?