CAP. 0. PRÓLOGO; "El inicio del fin".
𝐒𝐑𝐀. 𝐙𝐇𝐀𝐎.Venid, y tomar asiento, mis pequeños retoños.
¿Quién soy yo?Solo una mujer mayor, sabía, tal vez, ingenua, como todo ser humano, pero con sangre mágica.
Pero yo no importo por ahora, y no pienso alargar más esta introducción. Mi trabajo es, contarles de él.
¿Y quién es él?
Él, era el dios del amor. Sus padres, unos admirables dioses, con amor y honor, siempre velaron por su armonía y bienestar.
Pero un día, el dios, a la tierra quiso bajar.
La madre Luna, diosa creadora, sabía, amada, cariñosa y adorada, le permitió al joven dios bajar, y a las creaturas, humanos y bestias, a su alma gemela ayudar a encontrar.
Él fue adorado, amado, y muy bien alabado, pero un día, en un gran baile, su corazón, fue flechado. El dios se enamoró de una humana, y la humana se enamoró de él.
Su amor fue tan puro y verdadero, como la brisa del océano.
Fue tan dulce, como el canto de un ruiseñor.
Tan radiante, como el mismísimo dios Sol.
Y tan eterno, como el tiempo mismo.🎍🎍🎍
La familia Zhao, desde hace siglos, hemos sido orgullosos portadores, de «Los ojos del alma».
Podemos percibir, y sentir, los sentimientos, pero, sobre todo, podemos ver el hilo rojo del destino.
Aquel que te une gracias a algo aún más fuerte que el poder de un dios, a otro ser, aquel al cuál amarás, y te amará, más que nada en el mundo.
Uno de mis más antiguos ancestros, en la edad a la cual los hombres corrientes le llaman «Antes de Cristo», se enamoró de un celestino, y en nuestra sangre mestiza siempre ha corrido ese don, que solo los celestinos poseen.Pero, se preguntarán, ¿Por qué les cuento todo esto?
Porque para conocer esta historia, necesitan conocer el inicio del fin.
—¡¡Mamá!! —. Vociferó mi amada, y única hija.
—¡Jay! ¡Jay! Ya voy —me acerco a ella, evitando a mi yerno, quien baja del auto una caja muy pesada.
—Toru, en esa caja hay muchas reliquias de la época donde la muralla china aún no estaba hecha, así que, si rompes algo haré que todo el karma de mis ancestros caiga sobre ti, querido —sonreír. El menor asintió, aterrado.
Estamos de mudanza, hemos llegado de Kioto, la antigua capital del imperio japonés.
A mi querido yerno le han otorgado un excelente trabajo en una empresa de los alrededores, así que mi hija no vaciló en aceptar la mudanza y comenzar a empacar todo.
Nuestro nuevo hogar se ubica en el bulevar de la ciudad, y he de admitir, que las calles de esta pequeña ciudad en crecimiento son agradables, en Japón hay demasiado ruido, y en China, donde yo nací y me crie, no es muy diferente.
—Qué bueno es el aire fresco ¿No, mamá? —Xia sonrió.
—He de admitir que sí, pero será difícil olvidar las tradiciones —. Ella chasquea la lengua, fastidiada.
—Mamá, por favor, hemos cruzado el mar, tal vez el destino desee que alejemos el negocio familiar, y comencemos de —. Abro mi abanico abruptamente, indignada por su insinuación.
—Los Zhao somos orgullosos portadores del don de los ojos del alma, y...
—Descendientes de celestinos, ya se —. Menea la cabeza mientras habla.
—Xia, olvidar el negocio es negar nuestra sangre, es como sentir vergüenza de nuestros ancestros, y eso sería una bajeza —dirijo mi andar hacia el interior de lo que será nuestra nueva tienda, y ella no hace ademán en seguirme.
La fachada delantera del edificio es de ladrillos con madera, un gran ventanal deja ver el interior desde afuera, y viceversa, al entrar, está el recibidor, 4 habitaciones, las cuales se usarán para el negocio, y los 3 pisos superiores comprenderán la casa en sí.
Aunque el atractivo de por qué elegimos este edificio como nuestro hogar no es tanto el espacio, sino el patio trasero, el cual tiene un árbol en el medio, un fuerte y gran árbol que nos trasmite prosperidad, fortuna, y bienestar.
Me aventuró al interior del primer piso, y llegó a las puertas corredizas, que dejan ver al árbol. Respiro hondo y me siento en el porche trasero.
—¡Abuela! ¡Abuela! —Shoo se acerca corriendo. Es mi adorado nieto.
—¿Si, Shoo? —le invito a sentarse en mi regazo.
—Acabo de ver un hilo raro pasar frente la tienda —. Dice tan serio y curioso como lo haría un niño de su edad. Exactamente tiene 5 años.
—¿A sí? ¿Me explicas?
—El hilo está muy desteñido —fruncí el ceño —¡Y...! ¡Y...! —estiró sus brazos —¡Está lleno de nudos! ¡Y manchas!
Lo miré con severidad: —¿Seguro, Shoo? ¿Muy seguro?
Que se vean una o dos uniones en un hilo es normal, pero que este desteñido, y manchado... Eso es casi imposible, ningún celestino debería permitir que un hilo rojo del destino se deteriore tanto.
—Lo juro, abuela.
Shoo tiro su meñique hacia el mío, jurándolo, y le creo. Él no es un niño mentiroso, y tampoco jugaría con un tema tan delicado, como son los hilos rojos.
Tal vez el destino nos puso aquí por algo.
Pero... ¿Por qué un Celestino se esmeraría tanto es unir a dos personas?
¿Qué tan grande es su confianza por ese amor?
—Sabes Shoo... —el pequeño me miró con sus luceros oscuros: —creo que tenemos una misión en nuestro nuevo hogar.
El sonreí, emocionado, me recuerda a Xia de pequeña. Ella deseaba seguir con la tradición, pero esta época moderna la ha hecho olvidar algunas cosas que son importantes.
Como la familia.
[29. Abril, 2021]

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Beloverd The Celestino.
FantasiPerla no conoce a Ayxel. Ayxel no conoce a Perla pero, por alguna rara razón, ambos se extrañan. Destino, promesa y un atroz intercambio de cuerpos ¿Que mejor mezcla para el desastre y la magia?