R u n s | Hange Zoe

Dieciocho

El inicio de semana había pasado entre papeles pues, habíamos hecho entrega de proyectos y escritos, además de hacer los exámenes faltantes. La finalizacion del ciclo escolar estaba a la vuelta de la esquina, pues la siguiente semana sería la entrega de calificaciones y con ello una clausura del mismo, podía oler perfectamente mis planes en vacaciones y salidas varias con amigos, saboreaba el regresar a mi vida nocturna, y que mi día estuviera gobernado mayormente por la libertad.  La visita de hange el día domingo fue bastante... Amena, de cierta manera su presencia me mantenía tranquila, aunque le seguía guardado algo de rencor por la bebida y cigarros, igualmente había llevado un pequeño almuerzo y había revisado nuevamente mi mochila para asegurarse que no llevara nada.

Tras una semana y media de exámenes y llena de estrés, el miércoles llegó, ese día se decidiría si iría a extras por calculo o tendría libre la segunda semana de julio, no mentiría estaba nerviosa, tanto el rubio como yo nos habíamos pasado el receso estudiando pues después que terminará seguirían dos horas seguidos para el examen de números, tanto eren como mikasa nos decían que nos tranquilizaramos pues que estaba fácil, pero yo no confiaba en su palabra y menos la del moreno.
El timbre que anunciaba el cambio de hora zona, y fue inevitable que mi cuerpo saltará, sentía mis manos sudar, y temía que justo en este momento el pánico me atacará, al pasar por la salida del comedor pude sentir como unas manos alborotaban mi cabello que estaba peinado en media coleta, gire asustada, pero una cálida sonrisa apareció en mi vista, ella se alejaba caminando animada hacia atrás con los brazos extendidos y los dedos pulgares alzados. Volví a sentirme tranquila y mi tensión desapareció, llendo hacia el aula con una confianza mayor.

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Las clases restantes habían pasado volando y aún pasando la hora de calculo el nerviosismo seguía impregnado en mi cuerpo. Tanto el rubio como Mikasa y Eren irían al deportivo, para despejarse de los finales, me habían invitado pero aún no superaba el suceso de hace unas semanas. Me había tomado con calma el regresar a  casa, pues lo que restaba de la semana lo tenía libre, ya que retomaría el horario anterior de la tienda la semana que viene. Mientras quitaba el nudo de la bicicleta para dejarla libre, un pitido hizo que mi cuerpo saltará, tensa nuevamente voltee hacia atrás encontrándome con el azabache, me saludo con el mentón y me hizo señal que me acercara. Tomé la bici e hice lo indicado.

— hey... Erwin me pidió que te recogiera, vamos donde el y luego vemos que quiere — dijo — pon la bici atrás y sube — indicó —.

Yo solo asentí con la cabeza, colocando la máquina en la cajuela y luego adentrandome en el auto, rápidamente el pálido arrancó y se dirigió a la carretera, aumentando su velocidad y cerrando las ventanas.  Pasaron unos minutos, no sabía en qué colegio estaba el rubio pero definitivamente en uno privado por la lejanía del lugar.

— y dime... ¿Trabajas? — pregunte con desinterés — es que a veces te ves libre y no se, mantener una casa no es fácil — me excuse —.

- sí, trabajo — soltó un chasquido de su boca — tengo hora de descanso a esta hora, pero igual después de las doce es bastante flexible — dijo —.

— y... ¿Puedo preguntar de qué trata? — le mire por el espejo — si te molesta, esta bien no de — me interrumpió —.

— la curiosidad mato al gato — mencionó — en una cafetería, mayormente a empresarios y empleados que están desde temprano, por eso es más flexible desde las doce — dijo —.

Hice una expresión de sorpresa y asentí con la cabeza, voltee hacia la ventana, viendo las montañas que rodeaban al pueblo. Nuevamente regrese a ver a levi, pues era una ocasión perfecta para saciar mi curiosidad.