Siete

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Salimos corriendo del aula, aunque normalmente salíamos algo tarde, esta vez nos habían castigado por una travesura de un compañero de cabello rojizo, había hecho explotar un inodoro y aunque pensó no ser atrapado chicos de otros grados le vieron y acusaron. El rubio y yo habíamos decidido sentarnos juntos cerca de la puerta esta hora extra, podíamos ver a la pareja de ojos grises y verdes recargados en la pared contraria a la ventana que estaba dentro del salón dando a los pasillos, mikasa con una expresión neutra fija en su celular, mientras que eren daba vistazos hacia nosotros.
Tanto era nuestra desesperación que ya teníamos preparadas nuestras maletas en nuestros pecho y sujetas al hombro y cuando aquel hombre dio la orden de salir, nos paramos al instante.

Las puertas se abrieron del impacto, había sujetado a los otros del de las muñecas para jalarlos mientras corríamos, armin llevaba la delantera pues yo llevaba peso extra. Al salir de las instalaciones corrimos hacías las bicicletas, la chica subiéndose detrás del ojiverde y nosotros de manera individual, la euforia al comenzar a pedalear era fantástica, digo nadie tenía tantas energías un lunes siendo las 4pm. La casa de la azabache quedaba pasando la calle principal a unas cuantas cuadras y ese fue el trascurso. Eren estaba más emocionado que nada pues no había salido en un buen tiempo y el divertirse algo era algo que le tenía con expectativas. El rubio aunque no era totalmente fan de estar con tanta gente y de fiestas lo tomaba como excusa para despejarse de sus estudios, mikasa... Ella no consumía casi nada, mas bien nos cuidaba y le servía para convivir con otros amigos suyos, yo, yo pensaba que era una buena ocasión para escapar de la realidad.

Llegamos a su casa y saludamos a su madre, que cargaba a un niño pequeño con cabello largo y negro, rápidamente fuimos a su habitación, donde yo me recosté en la cama a la primera que tuve oportunidad, pero eren no se quedaría atrás y se lanzó hacia mi.

- ¡Dios! Son unos pesados - exclamó mikasa - espero tengan ropa suficiente y tu -me señaló - espero hayas traído tu maquillaje, siento que el mio no será suficiente -.

-¿suficiente? - pregunté - ¿cómo para que? -.

- estuve hablando con jean... Me dijo que lo de brillante era algo literal y que debíamos ir con la temática - dijo - y lo digo por ustedes dos - señaló a los chicos -.

Armin en respuesta subió y bajó los hombros quitándole importancia, eren por su parte se sentó rápidamente y miró a la chica.

- ¿Con jean? ¿Cuando? - dijo relativamente celoso - ¿desde cuando hablan? -.

- bien... Eren ve a bañarte que tardas mil años, de ahí armin y después nosotras dos - sentenció ignorandolo - ustedes siempre se tardan y por si quieren mas privacidad vayan al cuarto de mi hermano, no lo usa - rio al final -.

Comenzamos a sacar nuestra ropa y la extendiamos en la cama. Después de todos estar bañados y cambiados, eren con unos jeans ajustados negros y una camisa holgada verde, la parte delantera quedaba entre su pantalón y abdomen quedando atrás un tipo de cola, armin llevaba unos pantalones de mezclilla azules, una camisa lisa blanca y una camisa azul más grande que el dejándola abierta, mikasa usaba una falda y camisa de tirantes negras, un cinturón y blusa básica debajo de la camisa color rojo, yo tenía unos shorts cortos de mezclilla oscuros, una camisa de tirantes negra y una camisa de vestir mucho más grande que yo de un color lila. Los maquillajes eran relativamente sencillos, a los chicos les habíamos colocado brillantina al inicio de su cuero cabelludo y en el cuello o clavículas, además de intensificar sus ojos, mikasa se hizo uno de sus delineados y haciendo sombras rojas, poniendo algo de brillo dorado en sus párpados y labios. Mis ojos estaban delicados de negro mate con unos tonos de iluminar y dejé que la brillantina cayera de manera natural sobre mi rostro.
Pará eso ya eran pasadas de las 8pm, el plan era divertirnos, regresar en la madrugada, dormir un rato e irnos de la casa de mikasa a la escuela, nada nuevo, estuvimos otra hora en su cuarto, tomando algunas fotos y publicandolas en redes sociales fingiendo que nuestra vida era genial y llena de adrenalina. Antes de irnos decidí tomar algunas fotos con mi cámara y guardandola en un bolsillo de mi camisa.

R u n s | Hange ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora