No se podía concentrar. Por las noches no dormía, veía a Lisandro pidiendo ayuda y hundiéndose en el mar oscuro de la noche, se despertaba gritando, no comía, no quería salir de su casa.
Los padres de Noah estaban preocupados, tenían que ayudar a su hija a salir adelante, el médico de la familia les recomendó una psiquiatra y pidieron una consulta, fueron ellos dos primero y le contaron todo lo que pasó. La doctora enseguida quiso conocer a Noah.
Se sentó de mala gana en la sala de espera. Vio una pila de revistas, ojeo un par y nada le llamó la atención. Miró para un costado, había un señor calvo como de unos cincuenta años que tenía muchos tics, el lugar tenía ventanas grandes y la calefacción estaba prendida, era invierno.
Una señora rubia, de unos cincuenta y pico de años, ojos grandes color azul oscuro la llamó y ella entró al consultorio, con más ganas de irse que de quedarse.
El lugar era cálido, los cuadros en las paredes blancas muy agradables y coloridos, una gran biblioteca, dos o tres plantas y un sillón muy cómodo con muchos almohadones llenaban el lugar de color y texturas.
—Bienvenida Noah, soy la doctora Laura Butare, un gusto conocerte.—dijo la doctora sonriendo y mirándola fijamente a los ojos.
— Hola, un gusto doctora, nunca antes vine a un psiquiatra, estoy un poco nerviosa.— confesó la joven.
— Te entiendo, no hay problema, te voy a hacer unas preguntas de rutina y te voy a invitar a ponerte cómoda, así te puedo conocer un poco.—dijo Laura muy serena.
Noah colaboró, la doctora era amable y estaba ahí por pedido de sus padres, no los quería defraudar. No sabía bien cómo la iba a ayudar la doctora, lo que si sabía era que después del accidente, su vida era un infierno.Al cabo de cuarenta minutos salió a la calle. Se acomodó su gorro de lana y subió el cierre de su campera. La entrevista con Laura había estado bien, le dio una receta para comprar medicina.
Pensó que lo iba a hablar con sus padres antes de comprarlas, la doctora le aseguró que iban a calmar sus nervios y la iban a ayudar a dormir.Eran las seis de la tarde, no lo dudó y caminó hacia la playa.
Miró el mar, ya estaba oscureciendo, miró hacia la escollera, tratando de visualizar a ese extraño que la llamó por su nombre. No vio nada. Bajó hasta la arena. Tenía el celular en su bolsillo por si tenía que pedir ayuda.
Y el mar ...
La atraía de una manera magnética...Ya era oscuro y no podía dejar de ver la cara de su amor hundiéndose una y mil veces.
Era un tormento, se quedó sin aire, sintió que se ahogaba y de pronto sintió la presencia de alguien, cerca, muy cerca de ella.No se atrevía a mirar, se apresuró a sacar su celular y se le cayó a la arena. Cuando se agachó, agarró un puñado, todo lo que más pudo, giró y se lo tiró a la persona que sintió a sus espaldas.
El hombre se tapó los ojos para sacudirse la arena y ella aprovechó para correr. Corrió lo más rápido que podía, el corazón le latía tan fuerte que pensó que se le salía por la boca, el chico le gritó:
— No te vayas Noah, no te voy a hacer daño, necesito hablar con vos.
Ella salió corriendo sin mirar atrás. Cuando estuvo lejos pensó en toda la situación. Es un chico, como de su edad, la conoce, sabe su nombre y tenía que hablar con ella...Todo ésto es muy misterioso, pero demasiado atractivo...
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Arena Peligrosa
Romance(COMPLETADA) Noah es una chica hermosa y llena de vida, tras sufrir un accidente que la dejó vulnerable, sintió en la arena peligrosa del mar nocturno, a la persona que cambiaría el curso de su vida. ¿Estaba lista para dejarlo ir? ¿Estaba lista par...