Capítulo 24 ¿Lo hiciste?

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- ¡Inoperantes!!!! ¡Les dije que si alguno de los señores salía de la casa los debían acompañar!!!!!- gritaba Morel furioso a sus oficiales al volver a la finca.

  - ¿Cuánto hace qué salió?

  - Quince minutos señor...

  - ¡Vos! ¡Acompañame!! ¡Ustedes se quedan y esperan novedades!- Morel era muy experimentado, sabía que los trastornos mentales pueden ser muy peligrosos si no son tratados.

Aceleró su auto y fue en busca de Félix.

Lisandro lo rodeaba mirándolo fijamente, sus ojos recorrían su rostro, su cuerpo y se posaron en sus ojos.

  - No voy a negar que Noah tiene buen gusto. Mirame a mí sino...

  - ¿Qué querés? Estoy apurado.

  - ¡No!!! Acá las preguntas las hago yo, vos calladito.

Félix giró para irse a su auto. Lisandro rodeó su cuello con su brazo y le dijo firme:

  - Vos no vas a ningún lado. Me vas a escuchar...

  - ¡Soltame ya!!! Seguramente estén viniendo los efectivos policiales.

  - Ohhh entonces tengo poco tiempo. ¿Por qué Noah??? ¿Por qué ella??- lo soltó, pero lo acorraló contra el auto. A Félix le preocupó su mirada desquiciada.

  - ¡Porque la amo!!!

  - ¡Nooooooooooooooo!!!! ¡Respuesta incorrecta!!!!!! ¡Ella es sólo mía!! ¡Yo tengo que estar en tu lugar y casarme con ella hoy, vos no!!!!!

  - Estás tan equivocado. Tenés que entender que ella siguió su vida. Somos perfectos juntos, nos amamos demasiado...

  - ¡Otra vez incorrecto!!!!- dijo acercándose al cuerpo de Félix al momento que él sentía un objeto duro en su mano derecha. Se dió cuenta que era un arma. Cambió su actitud.

  - Lisandro, estás a tiempo de seguir tu vida, te podemos ayudar, hay muchos profesionales...

  - ¡Cállate imbécil!!!! ¡No necesito tu ayuda!!- sacó el arma de su bolsillo, quitó el seguro y apuntó a la frente de Félix.

  - Tranquilo, tranquilo.

  - ¿La besaste??? ¿Te acostaste con ella??

  - Tranquilo, no necesitás...

  - ¡Te pregunté algo!!!!!!- y apretó el frío caño del arma en la frente de Félix. La cara desfigurada de Lisandro era aterradora. Félix estaba sudando, no veía un final feliz a ese encuentro desafortunado.

  - Si.

  - ¿Si qué??

  - Si la besé...

  - ¿Le hiciste el amor??- todo tipo de fluidos cubrían la cara del atormentado joven. ¿Cómo escapar de ésta situación??? De pronto un auto se acercaba a toda velocidad.

  - ¡Bajá el arma Lisandro!!!!!

  - ¡Noooooo!!!!! ¡Necesito escucharlo!!!!!- decía el nervioso joven mirando a Félix a los ojos.

Morel sabía que tenía que ser inteligente, el agente pidió refuerzos.

  - Lisandro, si lo soltás te llevo con Noah.- por primera vez desde que comenzó a apuntarlo, le sacó los ojos de encima y miró a Morel.

  - ¿Conocés a Noah?

  - Si, la conozco y sé dónde está. Bajá el arma.

  - ¡Me estás mintiendo!!!!!
¡Todos me mienten!!!!
Me traicionan!!! Mis amigos, mi novia!! Y éste tipo no me responde...- volvió a apretar el arma contra la frente de Félix y le preguntó:

  - ¿Lo hiciste o no? Contestame o vas a tener un agujero en la frente hermoso.

  - Lisandro por favor. Escuchá al detective, te lleva con Noah...

  - ¡No la nombres!!!! ¡No quiero que tu horrible boca pronuncie su nombre!!!!

  - Si, lo hice...

Lisandro dio unos paso atrás, apuntó a Félix en el pecho y le juró:

  - Quiero ver tu cara cuando termine con tu vida...

Se escuchó un disparo y Lisandro cayó al piso, un charco rojo se comenzó a formar, rápidamente el oficial tomó el arma que había caído en la tierra. Félix observaba inmóvil, con la marca roja del caño del arma  en su frente.

  - ¿Estás bien Félix???

  - Si detective, estoy bien.

  - Tranquilo, disparé a su pierna, va a estar bien.-

Félix sintió alivio, aunque muy adentro hubiese deseado que el disparo fuera mortal. Enseguida llegó la ambulancia, patrulleros y todo fue un caos.

-

Tres horas después, Fran y Manu acompañaban a Félix. A pesar de todo, estaba calmado.

  - Siento que no pego una. ¡Perdón Félix! Fue mi culpa, yo tendría que haberlo dicho todo. Pero es Licha, nuestro amigo...

  - Era Licha, éste asesino descarado no es nuestro amigo.- respondió Manu tomando el café humeante.

  - Chicos, no hay que culparse. Piensen ésto. No llegó a lastimarme, por suerte no se acercó a Noah, ahora se está recuperando en el hospital con la compañía de sus padres y por lo que me dijo Morel, lo van a internar en un centro especializado para que mejore.

  - Félix, ¡qué buen tipo sos! Estuviste al borde de la muerte y tú actitud generosa está intacta. Te admiro hombre, ¡te ganaste el cielo!!!

Y los tres amigos se abrazaron y al mismo tiempo dijeron:
  - ¡Fiesta!!!!!

Arena PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora