Pasaron 4 años.El niño corría tan rápido que su madre no lo podía alcanzar. De repente se tropezó con una gruesa rama y cayó rodando, lloró desconsolado.
- No llores Kalo, ¡siempre te digo que correr así termina mal!- le dijo su mamá mientras limpiaba su carita triste.
Kalo era un niño de cinco años, de piel muy morena, cabello largo hasta los hombros y unos exóticos ojos grises que eran el orgullo de su mamá.
Oh si, es el hijo de Lisandro.
Ainhoa tuvo que enfrentar muchas tormentas y enfrentamientos para tenerlo. Fue la burla de la aldea. La trataban de prostituta por haber tenido sexo antes del casamiento y por supuesto que nadie había querido casarse con ella.
El anciano Jano ya tenía más de ochenta años y seguía siendo el curandero del lugar. Aunque después de que Lisandro se fue desarrollo una tristeza inusual en él, los pobladores aseguraban que lo sintió como su hijo y que se fuera de esa manera, fue una traición difícil de superar para el anciano.
Pero una aparición estaba por cambiar la paz del lugar.
Jano meditaba, como hacía a diario, escuchó pasos cerca de él, no tuvo que abrir los ojos para saber quién era.
- Bienvenido, de nuevo...-
- ¡Jano Sin!!!! ¡Estoy muy arrepentido de haberte dejado, espero que puedas perdonarme!!-
- Me has hecho mucho daño con tu partida- miró a Lisandro a los ojos - Y también a Ainhoa-
- ¡Por eso volví!!! Para enmendar mis errores. Estoy dispuesto a enfrentar mi castigo.-
- ¿Incluso la muerte?-
Lisandro miró sorprendido, arrepintiéndose de su decisión de volver. Pero sin mostrarse aterrado por las palabras que acababa de escuchar respondió seguro... O eso creyó:
- Si.-
De repente escuchó una risa contagiosa y un hermoso niño ingresó en la cabaña, gritando muy alegre:
- ¡Jano!!!! ¡Jano!!!! ¿Puedo esconderme acá???- Lisandro sintió su corazón acelerado cuando lo vió.
El niño lo miró a los ojos sorprendido y esos ojos idénticos se cruzaron por primera vez. Estaba en presencia de su hijo y lo sabía.
- Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo te llamás?
- Me llamo Kalo señor.
- Un gusto conocerte. Sos muy lindo, ¿sabés?
- Si, mi mamá siempre dice que tengo los ojos de un ángel.
Lisandro estaba conmovido por lo que ese inocente niño le decía, sintió lágrimas caer por su rostro y Ainhoa le dijo de repente:
- ¿Qué estás haciendo acá?
El secó sus lágrimas rápidamente. Ella agarró fuerte a su hijo, en actitud protectora. Kalo era ajeno a esa situación.
- Tiene mis ojos...
- Ajaa...
- Perdón, estoy muy arrepentido- y sus lágrimas volvieron a caer sin control.
- Tus palabras no me afectan. Podés irte, otra vez.- ella estaba evidentemente herida. No quería volver a vivir el tormento de unos años atrás, no tenía fuerzas.
Ainhoa miró a Jano seria y salió de la cabaña con su hijo.
- Te lo dije...- dijo el sabio hombre.
- No voy a rendirme sin luchar. Quiero recuperar lo más cercano a una familia que tengo- decía aflijido mientras se sentaba frente al anciano.
- Mi vida en Argentina fue un infierno. Mis amigos me dieron la espalda y mi novia se casó con otro. Casi cometo un crimen y estuve internado en un psiquiátrico mucho tiempo. Ahí tuve tiempo de pensar, en vos, en Ainhoa y mi hijo y ese pensamiento me ayudó a sanar. ¡Ustedes salvaron mi vida!!!- trató de tomar las manos de Jano pero él lo apartó.- Jano Sin, quiero vivir acá y ser parte de la aldea.
El anciano sentía mucho cariño por él, a pesar de su traición.
- Te daré una oportunidad. Pero escúchame bien, una. Si por el motivo que sea me traicionas, te espera la hoguera.-
- No te voy a defraudar Jano Sin. Ya lo verás.-
Pasaba el tiempo y Lisandro era un aldeano más, se había acostumbrado a todo y se adaptó de maravilla. Tenía un espíritu libre que logró convencer a los pobladores y lo aceptaron. Pero Ainhoa era otro tema.
Estaba dolida, se sentía engañada, tenía razón. Pero por otro lado Lisandro siempre le dijo que tenía novia.
- Hola.-
- Acercate por favor, no tengas miedo.-
- Así empezamos hace tiempo.-
- Pero ésta vez es diferente, estoy para quedarme, para recuperarte y que me dejes ser el papá de Kalo.-
Ainhoa se puso sería. Realmente había sufrido humillación no sólo por los habitantes de la aldea, sino por su familia y eso le dolía en lo más profundo. Su padre la miraba con asco, no lo podía soportar.
El nacimiento de Kalo suavizó un poco las cosas, pero nunca nada fue igual.
- Te daré una oportunidad, pero con una condición...
- Decime, ¡lo que sea!!.-
- Quiero irme de ésta aldea, quiero vivir en una ciudad, mi hijo merece un mejor futuro...
Lisandro creyó morir cuando la escuchó, ¡literalmente! Porque Jano le dió una última oportunidad y le juró la muerte si no cumplía.
- No te puedo prometer eso... Ya te dije, vine para quedarme.-
- ¡Pero yo quiero irme!!!! ¡Y eres la única oportunidad que tengo! ¡Sino, olvídate de mí y de Kalo!!!-
Se levantó enojada y se fue.
La cabeza de Lisandro era un torbellino. Tanto desear volver, para tener que irse otra vez.
Pero si se iba, lo haría con una familia, pero ¿si no funcionaba? Se sumió en pensamientos profundos y amargos.
Su inestabilidad emocional estaba volviendo a él, pero iba a luchar, no podía rendirse tan rápido...
Tomó una decisión...
Fue a hablar con Jano...
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Arena Peligrosa
Romance(COMPLETADA) Noah es una chica hermosa y llena de vida, tras sufrir un accidente que la dejó vulnerable, sintió en la arena peligrosa del mar nocturno, a la persona que cambiaría el curso de su vida. ¿Estaba lista para dejarlo ir? ¿Estaba lista par...