Capítulo 11 Tranquila amor

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Félix volvía de la cocina con un té cítrico, lo apoyó en la mesita y se lo ofreció a Noah, ella estaba muy angustiada.

Le había mentido a su amiga y no lo podía soportar. Por otro lado, éste hermoso hombre que era su vida entera la consolaba con amor, la abrazó fuerte, dejó que apoye su espalda en su fuerte pecho y acariciaba su pelo mientras le decía:

  - Tranquila amor, ella es tu mejor amiga, dejala que procese todo a su manera y ya va a volver. Tu novio era su amigo también, le cuesta verte con otro hombre, pero con el tiempo lo va a aceptar.

Le dijimos juntos que somos felices y nos amamos y bueno, quizás no estaba lista para escucharnos, pero no te puede afectar así, ya va a pasar y vas a poder estar con ella y hablarlo mejor.

  - Sos tan dulce, sos tan necesario para mí, me decís siempre las palabras justas. Yo sé que va a volver y todo va a estar bien.

  - Si bonita, así me gusta oírte, positiva y con esperanzas, créeme, vas a estar bien amor.

  - Félix hay algo que no te dije aún, es un sentimiento profundo y quiero que lo sepas...

  - ¿Qué pasa Noah? ¿Estás bien?

  - Te amo Félix.

Él tomó su rostro entre sus grandes manos y la besó, estaba emocionado, él sentía lo mismo, pero no había querido apresurarse a decírselo y dejar que todo fluya, la confesión de Noah lo sorprendió, pero le encantó.

Después de besarse por un largo rato, la apoyó suavemente en el sillón, comenzó a quitarse su ropa sin dejar de mirarla a los ojos, como si ella fuese una delicada flor a punto de romperse, quitó la ropa de su amada y la miró, lo volvía loco, era una mezcla de pasión y sensualidad en su punto máximo lo que le provocaba esa hermosa mujer, ella lo atrajo hacia su rostro y cuando sus labios se rozaron él respondió:

  - Te amo Noah, quiero cuidarte, protegerte y amarte siempre.

Y la siguiente hora eso fue lo que pasó, dos hermosos jóvenes enamorados demostrándose con sus cuerpos todo lo que sentían el uno por el otro, una... Y otra... Y otra vez...

La siguiente mañana durante el desayuno Félix estaba serio. Noah le alcanzó las tostadas, se sentó junto a él, tomó su brazo y le preguntó:

  - Amor, ¿estás bien? Te noto serio, esa carita hermosa tan seria es un pecado.

  - ¡Ayyy qué linda sos!!! Y hablando de caritas hermosas, ¡qué linda estás hoy amor! Perdoname, estaba sumido en algunos pensamientos. Hoy se cumplen siete meses de la muerte de Blas...

  - Mi vida, estoy acá para vos, tenemos todo el día para estar juntos. Te voy a besar tanto que voy a lograr que tú tristeza no sea tan grande.

  - Leí algo que me tiene preocupado. Un tal detective Pedro Morel me busca. Yo estoy tan agotado de estar encerrado y oculto como un criminal, ¡no hice nada amor! Vos me crees, ¡sabés que soy inocente!

  - Tranquilo amor, por supuesto que te creo, siempre te creí. ¿Pero si éste tal Morel quiere decirte algo importante sobre la investigación? ¿Si hay cambios? Pasaron siete meses.

  - Tengo miedo, estoy aterrado en realidad. ¿Si me quiere encarcelar y me alejan de vos? Noooo!!! ¡No lo soportaría! Murió mi hermano, perdí todo lo que tenía, hasta mi carrera, ¡no puedo perderte Noah! ¡Sos mi vida entera!

Y la abrazó llorando desconsolado. Noah buscó su boca y apoyó sus labios en los suyos, sentía el sabor salado de sus lágrimas y él empezó a calmarse.

  - Mientras estemos juntos, todo va a estar bien, confía en mí, todo esto tiene que acabar, sos inocente, hablemos con éste detective, que venga solo, lo citamos en la escollera, escuchemos qué tiene que decir.

Odio verte tan triste y escapando todo el tiempo, no lo mereces, ¡tenés que luchar para recuperar tu vida!! ¡Quiero ayudarte en ésta lucha!! No estás solo amor.

  - Te amo demasiado, no creo merecerte.

  - Ánimo amor, nada ni nadie nos va a separar...

No hables antes de tiempo Noah, la vida da muchas vueltas y pueden ocurrir cosas demasiado inesperadas.

Arena PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora