Arena Peligrosa

Capítulo 21 ¡Ayuda por favor!

Pasaron cuatro meses desde que Lisandro comenzó su viaje. Fue una tortura, vagar por la selva, solo, con hambre y con el sentimiento de que lo buscaban por escaparse de la aldea.

Había bajado 20 kilos, parecía un vagabundo, tenía barba por la pera, la ropa muy sucia y había estado comiendo cualquier cosa que encontraba. No se reconocía el día que se encontró comiendo una cucaracha cruda.

Se acercó a la orilla del mar para refrescarse del calor agobiante y vio personas a lo lejos, no lo podía creer... Después de ciento veinte días, vio personas. Le dio esperanzas y caminó entusiasmado.

Cuando se acercó lo suficiente, las personas huyeron asustadas, él comenzó a gritarles, para darles a entender que no era un vagabundo, pero sin suerte. A los diez minutos, policías y guardias costeros lo apresaron sin darle oportunidad de defenderse.

Un policía con un bigote enorme lo interrogó.

  - ¿Su nombre?

  - Lisandro Vallejos.

  - ¿Nacionalidad?

  - Argentino.- el hombre de gran bigote lo miró fijo.

  - ¿Qué está haciendo acá?

  - Hace un año atrás, estaba de vacaciones en Playa del Carmen con mi novia y cuatro amigos. Decidimos surfear de noche, tuve un accidente y me arrastró el mar. Mis amigos creyeron que había muerto y me dejaron. Me encontraron en la aldea Sol Naciente y Jano Sin me curó.

  - El gran Jano...¿Y qué hace acá?

  - Vine porque quiero comunicarme con mi gente y volver a Argentina, a mi país.

  - ¿Tiene documentación?

  - No señor, mis amigos se la deben haber llevado cuando me creyeron muerto.

  - No creo mucho en su historia, le voy a dar una oportunidad de una llamada. Si no puede comprobar lo que me ha dicho, lo espera una dura condena en el penal .
 
Lisandro tragó saliva y realizó la llamada.

  - ¿Hola Fran?

  - ¿Si, quien es?

  - Soy yo amigo, ¡Licha!

Francisco se paró de golpe y pensó en qué broma de mal gusto era esa

  - ¡No sé quién sos!! ¡Pero no te voy a permitir que te burles de mi amigo!

  - ¡No Fran!! ¡Soy Lisandro! ¡Tu amigo! ¡Estoy vivo hermano!!!

  - ¡Dejá de hacerme perder el tiempo! Es muy doloroso...

  - ¡Fran!! ¡Fran!! ¡Escuchame!! Tu novia es Mía, mi novia es Noah, cumplís años el 13 de Noviembre, tus padres se llaman Aldo Y Adriana, tu hermano Agustín...

  - ¡Licha!!!!! ¡Licha!!!!! ¡Por Dios!!!! ¡Amigo!!!! ¡Estás vivo!! ¿Dónde estás??

  - ¡Hermano de mi alma! ¡Quiero volver a casa!

  - Te enterramos, fuimos a tu funeral, tus padres están destrozados...

  - Por eso, tenés que ayudarme. Por favor, no aguanto un día más en éste lugar.

  - Tranquilo, ¡yo te voy a ayudar a volver!!

  - Fran, no le digas a nadie. Puede ser duro. Cuando vuelva lo manejamos. Deseo tanto verlos, ver a Noah...

Noah... Cuando se entere, ella siguió adelante, tiene un gran hombre a su lado, hizo su duelo y está por casarse... Cómo iba a manejar toda la situación?
Fran estaba feliz por la noticia, pero cuando Lisandro volviera, las cosas no iban a ser como él las dejó...
Después de todo... Estaba muerto...

Fran hizo todos los trámites entre las embajadas de México y Argentina, todo estaba perfectamente.

No le dijo nada a nadie, sobre todo a Noah.

Estaba en el aeropuerto muy nervioso, estaba llegando su amigo, pero el sentimiento que tenía era como si fuera un extraño.

¿Cómo iba a tomar Lisandro la noticia de que Noah era feliz en otros brazos?
Y lo peor, de que él lo avalaba y había logrado una hermosa amistad con Félix?

Sentía traición, pero no del todo... Licha estaba muerto...

De pronto lo vio, ese chico apuesto, fuerte, con mucha presencia, alegre, de sonrisa perfecta se había convertido en un chico delgado, descolorido, con aspecto enfermo y una tristeza muy visible.

Los dos comenzaron a llorar espontáneamente, el abrazo no se hizo esperar. Tanto para contarse... ¡Habían pasado tantas cosas!!!

Se sentaron en un bar del aeropuerto y pidieron café y tostados.

Fran comenzó.

  - Amigo, no puedo creerlo, amigo ¡estás vivo!!!

  - Yo tampoco puedo creerlo, ¿todos creen que estoy muerto?

  - Si hermano, todos estuvimos en tu funeral. Tus padres ..

  - Si, quiero verlos, abrazarlos. ¡Quiero ver a Noah!!! Abrazarla, besarla, hacerla mía otra vez...

  - Licha, escuchame bien. Acá todos te lloramos, estabas muerto. Pero con nuestro duelo a cuestas, tuvimos que seguir viviendo, todos...
¿Cómo te digo ésto??

Es duro ...

Amigo Noah también tuvo que seguir viviendo, está en pareja con un pibe buenísimo, pero de primera y se casan en unos días...

Lisandro lo miró fijo. Los ojos grises increíbles de su amigo seguían intactos. Se agarró la cabeza y logró decir:

  - ¿Se va a casar? ¿Mi Noah?

  - Si hermano, ¡no sabés cómo la luchó! Es de fierro. Estuvo yendo durante mucho tiempo a la playa de noche, a mirar el mar que te llevó sin piedad, se acostaba en la arena peligrosa que atrapó todas sus lágrimas, sufrió mucho, en muchos sentidos.

Y éste chico le devolvió la sonrisa, una historia durísima la de él también, se encontraron dos almas tristes y el universo hizo su trabajo. Se aman, son felices, tenés que dejarla ir...

  - ¡No sin luchar!!!!

  - No estás entendiendo, Noah te perdió y vos la perdiste a ella. ¿Qué pensás hacer??

  - Quiero recuperar mi vida y ella es gran parte de mi vida. Encima me mandé una cagada ..

  - Tu vida va a ser muy diferente, eso tenés que entenderlo. ¿Qué hiciste?

  - Aparecí enroscado en las redes de pesca de una aldea, el líder me sanó, me salvó la vida, siempre estaré agradecido con él. Pero ahí yo era como un Dios, todos querían verme y se acercaban para que yo hable con ellos.

Apareció una chiquita aldeana hermosa, tenía una belleza natural que nunca vi. Me sedujo de inmediato, era tímida, yo de noche iba a la playa a descansar y ella me seguía.

Tuve sexo con ella, cuando estaba todo listo para volverme, me dice que estaba embarazada. No supe qué hacer, encima el anciano que me curó me dijo que era pecado hacerlo con una mujer antes de casarse, ella tenía padre y hermanos mayores, me iban a matar en serio... Escapé...

  - ¿Estás loco? Y ahora que no te funcionó la vida de aldeano ¿le querés cagar la existencia a Noah? No, te aconsejo que no. Dejala ella es feliz.

  - Voy por todo, ¡ella es mía!!!

  - ¡Lisandro!!! ¡Ella es de Félix!!!! Son el uno para el otro, olvidala, rehace tu vida, pero dejá a Noah afuera. ¡Es una orden!!

  - Félix...

  - Si sabía ésto, no te hubiese ayudado...

Francisco se levantó y se fue enojado. Le dejó plata en la mesa para que llame un taxi y fue a tratar de que la vuelta de Lisandro no se convirtiera en una tragedia...

A veces las situaciones extremas como estas pueden necesitar acciones extremas...
El aire estaba denso... Las cosas se iban a poner difíciles...