Capitulo Treinta y Cinco

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Jeremy Sutton







Unos toques que provienen de mi puerta me hacen levantarme de golpe causando que Kiana también se despierte quejándose.

Después de que me fui molesto al hablar con Py y Kiana, ella me siguió hasta la habitación y en pocos minutos la tenía en frente mío con unas bragas ligeras de color rojo y sus pechos al descubierto.

¿Cómo iba a resistirme al ver a mi mujer esperando por mi si se veía apetitosa en esas bragas?

Lo único verdadero es que no lo hice, no me resistí y la tomé por la cintura subiéndola en mi para que sus piernas rodearan mi cuerpo. Dos rounds fueron suficientes para quedar rendidos. Nada me detuvo del deseo tan pecador que sostenía por Kiana, la chica de mis sueños y la mujer de mi vida.

Su cuerpo es adicto al mío, como el mío también lo es al suyo.

Somos tan diferentes el uno del otro, que nuestra química siempre se verá obligada a mezclarse.

-¡Solo un minuto y abro la puerta! -grito intentando colocarme el pantalón holgado de pijama, finalmente lo logro y salgo disparado hacia la puerta. La abro encontrándome con un Daniel bastante extasiado y con las mejillas rojizas -¿Qué sucede, hermano?

Daniel se sostiene de la puerta antes de regalarme una mirada de decepción.

-Es Travis, y...Peyton -me responde e inmediatamente lo echo a un lado.

Por lo menos se de que puede tratarse, así que me apresuro en llegar para enfrentarlo a la cara.

Seguro estuvieron discutiendo.

Estoy cansado de este show entre ellos dos, se supone que este viaje es para estar en familia y liberarnos del estrés que sufrimos por el trabajo como también del instituto, pero cada vez se me hace mas difícil mantener la armonía entre nosotros, no cuando Peyton quiere estar todo el tiempo con su supuesto novio y Travis pretende arruinar las cosas a como de lugar tratando de volver a tener una oportunidad con ella sin importarle los sentimientos. Es cierto que mi amigo no es malo como hombre para ella, lo erróneo es querer recuperar algo que perdió por su culpa y desde hace mucho no podrá recuperar.

-¿Qué diablos hiciste ahora Travis? -espeto desanimado y llego hasta él para tomarlo por uno de sus hombros.

-Hermano...yo lo siento -me responde frotándose el rostro con una mano.

Aparentan ser las tres de la madrugada, así que no me sorprende que solo estemos Daniel, Travis y yo afuera de las cabañas. Aunque lo que mas me causa extrañeza es ver la puerta de la cabaña en donde mi hermana descansa, abierta.

Prácticamente, giro mi cabeza hacia Travis mirándolo confundido.

Sin pensarlo por mucho, me muevo en dirección a la puerta para entrar desesperado. Cuando llego a su cama la encuentro sentada en el borde con Venus a su lado acariciando su espalda lentamente, ella mantiene su vista muy lejos de la mía mientras muerde sus uñas, ansiosa.

Me apuro en calmarla porque ya se lo que viene.

-Peyton -susurro tratando de tomar sus manos, pero ella me rechaza -¿Qué sucede contigo? ¿Alguien me puede explicar?

Poso mi vista en Venus buscando una respuesta. Ella niega constantemente abrazando a mi hermana.

-Que...te lo diga...él -añade y luego voltea para apuntar a Travis.

Lo miro con mis ojos entrecerrados poniendo mi total atención en él.

-¡¿Que le hiciste maldita sea, alguien puede explicarme la mierda que sucede?! ¡¿Por qué mi hermana no quiere responder?! -vuelvo a preguntar mas furioso. Comienzo a caminar hacia Travis -¡Tú! ¡Tú me vas a decir que mierda le hiciste porque eres el único que han mencionado! Habla.

En sus manos | +18 | ✔ ( Reeditando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora