Capitulo Treinta y Tres

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Siento que todo lo que estoy haciendo es estúpido, he hecho lo imposible para ayudarle a cambiar de pensamientos y mejorar esos ánimos.

–Me preocupas ¿Por qué no quieres decirme que sucede? —le pregunto mientras acaricio su pecho con mis uñas ligeramente —Confía en mi, por una vez en tu vida hazlo. Si crees que no puedes hacerlo lo entenderé.

Entorno mis ojos hacia los suyos transmitiéndole toda la confianza necesaria.

De que vale ser una pareja sino no confiamos el uno en el otro.

Su rostro no ha dejado parar una sola lágrima, centrado en su propia burbuja de tristeza.

Nuetro cuerpos se mantienen desnudos, solo cubiertos por una sabana azul cielo en la espera del famoso segundo round, pero a penas y me ha vuelto a tocar.

>>Seguro quieres que me vaya, y yo aquí perdiendo el tiempo pensando que podría recompensar el malentendido que tuvimos con Travis —escupo decepcionada, acerco mis dedos a su rostro y limpio los rastros de lágrimas otra vez —Estoy confundida ¿Sabes? Nunca te había visto en ese estado. Ni siquiera tengo la mas mínima idea de que te han hecho, tampoco se como resolverlo, pero puedo escucharte...

No termino de mi charla.

–Soy una basura ¿verdad? si él no puede amarme, tu tampoco lo harás —dice con su voz temblorosa y casi en un susurro.

Esas son las únicas palabras que he escuchado de sus labios, repite lo mismo sin cansancio. Preocupada por la hora que pueda ser, dirijo mi mirada hacia el reloj tratando de idear un plan para hacerlo dormir de una buena vez. Esté o no esté en mis brazos no quiere decir que sentirá paz, admito que sus palabras me ponen un poco nerviosa y no dormirá hasta que reciba un si de mi parte.

Decidida a calmarlo a como de lugar, pongo mi plan en marcha.

Primero suspiro.

Coloco mi mano izquierda en una de sus mejillas preparándome para hablar. Él sujeta mi cintura con mas fuerza y cierra sus ojos llevando su cabeza a mi pecho.

Sin evitar, una sonrisa se escapa de mis labios y me permito acariciar sus rizos dorados.

–No quiero decir que se todo sobre el amor, pero algo sabré al fin. Como que amo a mi hermano y a mi mejor amiga, a mi Papá y al tío Joseph —hago una pausa para recodarla a ella, la mujer que mas amé en mi vida, por la que fui rechazada tantas veces —Amaba...a mi madre —recuerdo con la voz entrecortada, luchando por no llorar frente a él —El fin es que, se que puedo amar a mas personas sin problema alguno, como a Deilan...

Inmediatamente, me arrepiento de haber mencionado ese nombre.

Levanta su rostro viéndome con el ceño fruncido. Obviamente, mis palabras no le agradan y se ve tan tierno queriendo hacerse el duro aún con los ojos hinchados por las lágrimas.

>>Por favor...quita esa cara —le pido sin poder parar de reír. Acerco mis labios a los suyos tomándolo por la nuca —La siguiente sería Venus, pero no quieres escucharme —entonces lo beso, con pasión, con ternura, con amor, solo se que muevo mis labios sobre los suyos llevándolo lejos de sus pensamientos, liberándolo de aquel sentimiento que quiere borrar lo que hemos comenzado a construir, me permito llevar mis uñas a su espalda pasándolas ligeramente por cada centímetro, o mejor, dejando mis huellas en su cuerpo, marcándolo como mio —No digas que no puedo amarte a ti, mi corazón es tan terco, siempre se vuelve en mi contra.

Nos hemos vuelto adictos el uno al otro, sin importar lo que digan nuestras palabras, no vale de nada cuando nuestra piel gita algo diferente.

Sube encima mío sin parar de besarme, colocando mis piernas cruzadas encima de su trasero y volviendo su atención a mis pechos. Se me escapan algunos que otros gemidos acompañados de los suyos cada que lame uno de mis pechos. Los ataca sin piedad preparándose para entrar en mi.

En sus manos | +18 | ✔ ( Reeditando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora