Capitulo Diecinueve

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Era muy notable su incomodidad y la mía al ver como sostenía su brazo rodeado con mis piernas, se mostraba agitado y un poco adolorido por la presión en su muñeca. No estaba dispuesta a dejarlo sobrepasar las cosas nuevamente, yo también podría hacerlo ceder a las malas con todo gusto, no permitiría que se aprovechara de mi otra vez. El miedo corroe por mis venas con solo hacerme la idea de que esto se trate de acoso u obsesión por mi. Este inconveniente con Gregory ha sucedido varias veces, innecesarias veces en donde me llama como algo de su propiedad frente a mi propio novio. No es lindo para mi en ningún sentido, lo he visto muy pocas personas y es un chico grosero con todos, sin embargo, no es problemático, solo hace las cosas por su cuenta y es un total sinvergüenza coqueto con las chicas ¿Qué debería hacer? Tampoco no es difícil para mi usar la palabra con A.

–Aléjate de mi Gregory Lorer, hagamos las cosas mas fácil y comportémonos o por lo menos hagamos el papel de adultos razonables negados a tener problemas por tus terquedades, soy una chica simple, ni siquiera te gusto ¿Por qué me buscas? ¿Solo por molestar? ¿Por diversión?  —aconsejo, pero también avasallo con preguntas.

Ríe escandalosamente y me cohíbo de no retorcerle la mano hasta llegar a separarla de su lugar. Soy una chica ruda, pero no despiadada. He vivido tantas cosas que su locura no me sorprende.

>>No estoy aquí para chistes ni para actos sexuales contigo, solo dime ¿Qué quieres de mi realmente?

Permanece en un silencio angustiante que me desespera mas a mi que a él, aún cuando está totalmente convencido de que puedo romper su mano de un solo tirón.

Su mirada es un poco escalofriante aunque quiera precer inocente. 

Quiere hacer esto mas que un juego para los dos, lo quiere convertir en un pasatiempo del cual sigo indispuesta a aceptar. Hago preguntas sin obtener respuestas porque solo se dedica a reír de ellas, me exaspera, pierdo la paciencia y encorvo su muñeca hacia el centro esperando una queja de su parte, pero solo recibo un jadeo que me sorprende al instante. Libero su brazo de mis piernas y suelto su muñeca con brusquedad sacando mi cuerpo de su cama, recojo mi  mochila, pero antes me detengo para dirigirme a él.

–¿No vas a hablar?

Se incorpora mostrando una sonrisa, pero es diferente, es inocente y para nada descarada. Incluso llega a sorprenderme que exista una pisca de inocencia en él, que alguna vez llegue a ser alguien cuerdo y con un buen corazón.

>>No eres normal, no lo digo, lo afirmo y lo confirmo completamente. No eres sano ¿A caso alguien quiere estar a tú lado porque tienes algo bueno? ¿Puede alguien vivir cerca de ti sin tenerte un poco de miedo? ¡Es que no lo entiendo, cada cosa de ti no tiene buenas intenciones! Quiero saber que cosa tan mala he hecho como para tener el privilegio de tanta atención. No tienes corazón Gregory Lorer Hans.

Cambia su estado risueño a seriedad total mientras ve detrás de mi con el rostro muy rojo. Curiosa, volteo encontrándome con un chico que luce mucho mayor que él y con un gran parecido en sus rostros, él es mucho mas alto y animado, con algunos tatuajes a penas visibles en sus dedos y brazos. Si mi memoria es de mínima ayuda, Greg también usaba el cabello en color azabache, pero por razones desconocidas su cabello nos sorprendió con un color miel claro, este chico disfruta de una cabellera impresionantemente negra, sin perforaciones y pelo rizado, solo unos pocos flequillos hacia arriba.

–Por fin alguien te lo ha dicho a la cara —se dirige a Gregory.

Regreso mi vista a él.

Se tensa.

–¿Qué haces en mi casa Kyle? ¿Vienes por mas dinero? ¿Ya te cansaste de ser miserable? —espeta con veneno en su voz.

Me quedo estática. No se a donde ir, que hacer o que decir, solo los veo batallar entre ellos, confieso que Kyle, quien por cierto es el visitante, goza de una interesante paciencia hacia los insultos de Gregory.

En sus manos | +18 | ✔ ( Reeditando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora