EXTRA 16K: Nacimiento de Caramelo.

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Gregory












Estoy mas que estresado, y molesto porque mientras mas trabajo hago mas me trae mi Padre al escritorio. Pareciera que no acabará si no me apresuro en ponerle limites.

No tengo mucho espacio en mi lugar para tener todos los papeles en un esquina en especial, quería levantarme y juntarlos todos para luego tirarlos desde el quito piso.

Sería la solución mas factible hasta ahora.

Extrañaba pasar tiempo con mi mujer y mi hijo sin importar si fuese solo unas horas en un parque probando cada sabor de los helados, sabía que no existía otro mas delicioso que el de chocolate, pero aún así no me resistía. Eso sin contar que a caramelo también le gustaba al igual que a su Madre y yo.

Incluso desde la panza tenía buenos gustos, un poco caprichosa, pero lo estamos sobrellevando.

–¿Cuándo dejarán a mi nieto asistir a un partido de futbol con su abuelo paterno? —pregunta mi Padre de repente removiéndose en su asiento, encarandome —¿No te parece demasiado que el niño tenga la voluntad y tu simplemente se lo niegues?

Suspiro reacomodandome en la silla. Sigo redactando los últimos documentos que quedan mientras lo ignoro en el tiempo que nos queda.

Esperaba respuesta, aunque se la repitiera mil veces seguiría intentando conocer otra.

–Tiene cuatros años, no puedo dejarlo ir contigo así por así. No importa si eres mi Padre, no dejaré que mi hijo se acerque mas a ti de lo que no debería —recalco.

Escucho como resopla girando la silla en una especie de concentración invariable.

–Quiero compartir con él, conocerlo un poco mas. La última vez que hablé con él no estaba ni un poco disgustado por haberme conocido —dice y levanto la vista para observarlo cuando se pierde en sus pensamientos —Creo que incluso se parece un poco a mi.

–No lo creo, mi hijo es dulce y bueno, todo lo que tú no eres —dejo los papeles de lado concentrandome en él —Incluso si yo que soy su Padre soy una mierda por haberte hecho caso y abandonar a su Madre, agradezco que no sea un animal salvaje.

Papá rueda los ojos.

–Todos los Lorer son salvajes.

–Mi hijo no, y espero que mi siguiente descendencia tampoco lo sea —determino. Mis hijos no tienen que ser como yo, de ninguna manera. Tienen suficiente con cargar el temperamento de su Madre que los hace tan especiales para mi, tan únicos. Con ver a mi hijo y también verme a mí en él, es suficiente.

El que mi Padre se quede pensativo tampoco me tranquiliza, tiene sus mañas y no descarto que quiera utilizarlas en mi hijo.

Gian es inteligente, y no cuestiono lo que quiere. Tiene dos abuelos, hay que reconocerlo, pero si me dieran a elegir a quien de ellos debería querer infinitamente le daría todo el honor a John Sutton.

Mi admiración hacia él lo es todo, él es el Padre que siempre hubiese querido tener.

>>Y si no tienes algo mas coherente que decirme, te puedes largar.

–Es mi nieto, quiero compartir con él y si es posible también con el bebé que viene en camino —masculla, y aunque odio cada palabra que dice agradezco que no sepa el sexo del bebé que está por nacer.

–Si es por mi no los vas a tocar, ni en tus sueños —me levanto de la silla dispuesto a salir y él también lo hace —Ahora imagina lo que piensa y hará su Madre si tan solo los miras.

En sus manos | +18 | ✔ ( Reeditando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora