Libro II: Capitulo 1

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Peyton Sutton









Si alguna vez quise tener la absurda idea de aprender a cocinar, no se que estaba pensando porque estaba loca. No entiendo ni los primeros pasos, me gana mas el hambre que las ganas de cocinar.

–Tienes que cortar los vegetales antes de batirlos en aceite caliente...continua luego con la carne de molida y... —dejo de escuchar a Jeremy cuando observo el plato con altas ganas de comerlo inmediatamente, de degustarlo en mi boca y saciar mi hambre —Mezclarlo bien...¡Y dejar de babear en mi mesa!

Doy un respingo al escuchar el grito frustrado.

Cierro mis ojos y llevo una de mis manos a mi pecho para calmar mi agitación.

–¡Oye, solo estaba revisando la contextura del plato! —le devuelvo con indignación.

Me va a matar por hacerlo perder el tiempo, es la tercera vez que le ruego me enseñé a cocinar algo especial para Gruñón. Aunque no le guste mucho la idea siempre me recuerda que es patético.

–Si hubiese sabido que serías tan molesta desde un principio no hubiese perdido mi tiempo.

–Solo es un favor.

–¡No estoy para favores!

–Calma —le suelto regalándome una sonrisa incomoda.

Respiro profundo antes de confesarle los planes recientes de su adorado cuñado y yo. Es una petición que me obligó prometer que cumpliría y ahora no tengo cara de echarme para atrás, se armaría una tremenda discusión entre los dos si lo hago.

>>Serás tío otra vez —al decirlo toso fingiendo inocencia y Jeremy voltea confundido. De ninguna manera podré permitir que Gregory salga vivo después de esto.

–¿Sigo dormido y no escuché lo que dijiste?

Trago grueso.

Corre el pánico y no se como hablar justo ahora. Me he olvidado de como abrir la boca, mi mente está congelada sin saber como descongelarla.

>>¿Te cortaron la lengua?

–No.

–Pues prosigue con lo que...

–Que queremos otro bebé. Volver a las náuseas, hambre incontrolable, pies hinchados, lágrimas sin explicación y hormonas desahuciadas.

Al fin un poco de valor.

Parpadeo una cuantas veces desviando mi mirada a otro lado que no sea la mano de Jeremy empuñando el mango de un cuchillo. Por eso nunca hablamos con normalidad, porque su única reacción es discutir conmigo por mis decisiones.

–Tienes dieciséis y un niño de tres años ¿No es suficiente?

Levanto mi vista y lo sorprendo apuntándome con el cuchillo mientras su ceño se frunce.

Ruedo mis ojos.

El dramatismo es lo suyo.

–Tengo veintidós y un niño de casi cuatro años, deja de apuntarme con ese cuchillo —le ordeno, se que primero se cortaría una mano antes de hacerme daño.

–Si vienes por mi permiso, lo lamento por tu querido pito pequeño...

–Gregory Lorer...

–¡Me da igual! —masculla. Se devuelve a la estufa para continuar cocinando.

Hoy es el cumpleaños de Jenna e inevitablemente he venido a estresarlo mas de la cuenta, se ha pasado la mañana entera horneando pasteles, cupcakes y galletas. Los ordenó en la mesa junto a las cosas que trajo Kiana para luego concentrarse en mi. La sala está cubierta de color morado, los globos, cortinas y manteles.

En sus manos | +18 | ✔ ( Reeditando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora