20.

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-Son bastante bueno los participantes- comentó Julián y asentí viendo los candidatos seleccionados en la IPad, los dos estábamos en la sala, hace tres horas que se dio por finalizar la primera parte del concurso. Ya todo el sistema de publicidad estaba hecho, lo restante es por parte de los demás.

-Sí, tienen el potencial- le pasé la Tablet- Iré al gimnasio necesito quitarme un poco el estrés- Julián entrecerró sus ojos y asintió mirándome con complicidad. Lo miré confundida pero decidí ignorarlo para ir hacia mi habitación y cambiarme.

Ya cambiada de ropa, tomé el pequeño maletín y fui hacia la sala para despedirme de Julián, si, somos los únicos en el departamento.

-Toma- tomó mi mano y en ella dejó un pequeño envoltorio. Reí al darme cuenta de lo que era.

-¿En serio?- él asintió.

-Se perfectamente tu manera de quitar el estrés, te conozco mejor que nadie- dejó un beso en mi frente- Ten cuidado- caminó hacia la cocina, no podía dejar de reír, pero él tiene razón nadie sabe, así que lo guardé un el bolsillo de mi maletín.

Me acerqué a la mesita de centro y tomé mi teléfono.

-¡Ya me voy!-

-¡Vaya bien!- me respondió y por el metal de su voz deduje que estaba comiendo. Seguí sin darle importancia y salí del departamento.

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Bajé de la máquina de correr y con la pequeña toalla sequé un poco mi sudor. Tomé un poco de agua de mi botella y caminé hacia las duchas. Ya era de noche y el gimnasio estaba completamente vacío, solamente quedaban unas pocas personas.

Pero antes de poder llegar a los baños una imagen completamente excitante evadió mi campo de visión.

Me acerqué más a la puerta recostándome en el marco de esta mientras veía aquel chico golpear una y otra vez aquel saco de boxeo. Su torso estaba al descubierto y los músculos de su espalda se contraían, y ni hablar de lo erótico que se veía con su espalda sudada y su cabello completamente mojado, una imagen para recordar de por vida.

-Ya casi no queda nadie- lo desconcentré de su ejercicio haciéndolo voltear a mirarme, entré por completo cerrando la puerta detrás de mí, cerrándola con seguro.

-Lo sé, solo me iba a demorar unos minutos y salía- se acercó a mí y entrelacé mis piernas para que mi sexo dejara de tener esos espasmos con solo verlo sin camisa y completamente sudado. Dios ¿Hace cuánto no tengo sexo? Creo que la última vez fue con él en la piscina y de eso hace ya como varios días.

-¿Me enseñas?- mordí mi labio y sonrió de lado pasando su lengua por encima de los suyos.

-Está bien- se empezó a quitar las gasas en sus manos- Tus manos- las extendí hacia él y empezó a envolverlas con aquellas gasas, no dejaba de comérmelo con la mirada - Bien, ahora ven- se colocó detrás de mí para acercarme al saco- Abre un poco las piernas- susurró en mi oído y acaté sus órdenes- Pon una delante, la que quieras- di un paso al frente con la izquierda- Ahora gira un poco tu torso- joder siento mis bragas completamente mojadas y lo único que estaba haciendo es tocarme y hablarme con esa ronca y sexy voz.

-Ya lo demás es ir en ritmo, un puño va y otro viene- se puso a mi lado y me hizo una demostración- Anda, inténtalo- puso sus manos por su cintura y asentí para tomar la postura que él me había indicado anteriormente.

Empecé a golpearlo, sabía perfectamente cómo hacerlo, ya antiguamente lo había hecho. Pero quería tener un motivo para poder acercarme.

-Apuesto lo que sea, que ya sabias como golpear un saco de boxeo- estaba detrás de mí, sus manos se habían adueñado de mi cintura haciéndome detener los golpes.

-¿Por qué lo dices?- divagué al sentí sus manos encima de mi piel y como una de ellas se iba acercando al elástico de mis shorts.

-La mayoría de las veces, las mujeres al ser la primera vez que golpean esos sacos se quejan un mundo, supuestamente por el dolor- nunca me cansaré de decir lo excitante que es su voz. Un suspiro salió de mis labios al sentir su mano adentrarse a mis shorts pasando mis bragas- Joder Kely estas empapada- gruñó en mi odio mientras unos de sus dedos se adentraba mi intimidad.- Abrasa el saco- así lo hice mientras mordía con fuerza mi labio inferior y cerraba los ojos.

Me había hecho abrir un poco más mis piernas quedando un poco inclinada. Restregaba su erección contra mi trasero mientras seguía estimulando mi sexo.

-Ahora si puedo tomarte del cabello como es debido- reí antes sus palabras – Respóndeme Kely ¿Quieres follar aquí o en otro lugar?- mordió el lóbulo de mi oreja mientras apretaba mi cintura con su otra mano. Hace unos segundos atrás había dejado de penetrarme con sus dedos para seguir estimulando mi clítoris.

-Pregunto lo mismo- me volteé haciendo que todos sus movimientos se detuvieran de golpe y dejándome más cachonda que antes.

-Como si cogemos en una plaza pública-reí y asentí.

-Sé que te gusta exhibirte- pronuncié cerca de sus labios.

-Demasiado- volvió a mojar sus labios, le sonreí de lado y bajé mis manos de su pecho hacia el borde de sus pantalones, jugué con ellos por esos segundos y bajé más mi mano hacia su miembro, lo apreté entre mi mano haciéndolo soltar un gemido.

-Me encantaría follar contigo, pero ya voy tarde- abrió sus ojos, pase mi lengua por encima de sus labios para luego guiñarle un ojo y pasar por su lado.

-¡Espera Kely!- reí de lado y me apresuré en salir de aquel lugar, a veces ni yo misma me entiendo, pero me encanta jugar. ¿Por qué no quemarse un poco?

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Esto no se quedara así. Me puse mi camiseta y tomé mis cosas que estaban en el suelo para salí de aquel lugar. La busqué por todos lados y la encontré bajando las escaleras con sus cosas.

-Se te está haciendo costumbre dejarme así de caliente ¿Verdad preciosa?- la acorralé entre mis brazos y el barandal de las escaleras.

-Para nada- ella y su manía de morder sus labios, haciendo que varias imágenes eróticas de nosotros dos pasen por mi mente.

-Pues bien, terminaremos lo que empezamos y no creas que seré delicado- la tomé por su nuca y la besé, beso que me siguió, ya dije que amo lo suave que son sus labios, pues tal parece que estoy besando una jodida nube- Vamos- me separé de ella haciéndola soltar un jadeo mientras trataba de recuperar el oxígeno. Tomé su mano y la arrastré conmigo hasta salir del gimnasio para ir hacia mi auto.

-Adentro- le abrí la puerta del copiloto y tomé el asa del bolso que tenía, ella sin protestar entró al auto. Fui hacia la cajuela y la abrí poniendo los maletines ahí. Abrí la puerta del piloto y de igual manera subí al vehículo. Ninguno pronuncio palabra alguna y puse el auto en marcha hacia mi casa. Quiero llegar cuanto antes.

Sus manos empezaron acariciar mis muslos y yo me contraje en mi asiento. Estas se detuvieron en mi miembro.

-Kely, detente, estoy conduciendo-

-Conduce, concéntrate en hacerlo- ignoró mis palabras e introdujo sus manos en mis pantalones liberando mi pene aún erecto desde que la tuve tan cerca

-¿Yo te pongo así de duro?- susurró en mi oído para luego morder el lóbulo de mi oreja- Recuerda chico, solo tienes que conducir- me sonrió para luego tomar mi miembro entre sus manos, mientras las subía y bajaba encima de este.

Cuando pensé que no podía estar peor, remplaza sus manos por su boca haciéndome más difícil concentrarme en conducir.

Sabor a mi ||KTH||+18|| ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora