Capítulo 52: Descubierto

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Miranda Fonseca continuó inquietada por el asunto de que Gonzalo hubiera estado en la casa el día de la muerte de Gustavo. Hizo memoria de todo lo sucedido esos días. Recordó entonces que Gustavo había estado investigando algo, no supo que era, pero recordó haber visto al contador salir de la oficina del hombre. 

 Decidida, comenzó a recorrer los pasos de Gustavo. Sin que nadie se diera cuenta, los próximos días se dedicó a revisar las finanzas de la empresa, y descubrió la doble contabilidad. 

 Tuvo miedo. Se le pasó por la cabeza que Gonzalo estaba detrás de todo y que al ser descubierto por su hermano lo había matado. Quiso no creerlo, pero en lo profundo sabía que era así. Solo podía hacer una cosa, ir a la policía. 

Las tan esperadas pruebas para vincular a Gonzalo Sandoval con el negocio de contrabando llegaron por fin a las manos de Rodrigo Casallas. 

 El detective le reveló todo a Miranda. El pasado criminal de Gonzalo, sus negocios de contrabando de licor, y todo lo relacionado con la muerte de Iván Darío Maldonado. 

 Al conocer tan espantosa verdad, las dudas se disiparon. Con lágrimas en los ojos le contó a Casallas sus sospechas de la muerte de Gustavo. Otro crimen que se unía a la lista. 

 Pero había más. El cadáver de Elkin Montes fue encontrado. La policía pudo vincularlo como uno de los hombres que estaban en el operativo en la bodega.

Además de ello, Estela Mantilla cumplió su promesa. Declaró en contra de su esposo, narrando los hechos que llevaron a la muerte de Iván Darío Maldonado. Gonzalo Sandoval ya no tenía como salvarse. 

Escapar, fue la salida que encontró. Acelerado, tomó el dinero que pudo de la caja fuerte junto con un arma y se precipitó a la fuga. 

Rodrigo Casallas y todo su equipo de policías llegaron a Atiko para dar captura.

 Gonzalo sacó su arma y disparó a diestra y siniestra, gracias a Dios no hubo víctimas. Sin embargo, el momento de pánico le permitió al hombre huir del lugar. 

 El detective dio un grito liberando su frustración. Se procedió a dar notificación a todos los medios, aeropuertos, terminales de buses, en fin. Gonzalo Sandoval estaba en la mira de todo un país. 

Lo único que subía el ánimo, era saber que el criminal se encontraba solo y que no tenía muchas salidas. Quedaba esperar a que diera un movimiento equivocado para apresarlo. 

 Una buena noticia fue el poder decir que Juan Camilo Maldonado estaba a salvo, en una celda cumpliendo una condena, pero a salvo. 

 El joven pudo recibir visitas. Por supuesto su abuela y su hermana fueron las primeras en estar a su lado. Un instante de abrazos y lágrimas. 

 Juan Camilo pidió perdón a su familia por todo el sufrimiento. Recibió por parte de ellas, amor y comprensión.

—Lo único que le pido mijo, es que no guarde más rencor en su corazón —le dijo Beatriz —. Dios se encarga de hacer justicia . Se lo digo yo, que hoy después de más de 20 años de espera veo como los malos pagan. Ya hizo lo que tenía que hacer, ahora sane su corazón. 

Días después, se dio el tan pospuesto encuentro entre Diego y Juan Camilo. Los medio hermanos se veían la cara por primera vez. 

 Se miraron sin decir nada por un instante. Tantos pensamientos pasaban por la mente de ambos, que no sabían cómo reaccionar. 

— ¿Qué más? —rompió el silencio Juan Camilo. 

—Bien… eh… al fin nos conocemos. 

 Hablaron por un buen rato, hasta que el tiempo de visita terminó. Ninguno de los dos tenía la culpa de lo que había ocurrido en sus vidas, aquello lo tenían claro. Decidieron dejar el pasado atrás y darse una oportunidad para conocerse.

 Diego instó a su hermano a entregar todo rencor a Dios. 

—No le voy a decir que yo ya perdoné del todo a Gonzalo —El castaño abrió su corazón —. Pero se que el odio me hace daño a mi. Así que decidí perdonarlo todos los días. 

— ¿Y no le da rabia? ¿No siente molestia ni enojo al pensar en todo lo que ese man le hizo vivir?

—Sí, para que le digo que no. Pero, he aprendido a soltar mi dolor en Dios. Yo sé que llegará el día en que no me duela recordar. 

 Diego prometió ir más seguido a la cárcel. Acompañar a Juan Camilo en su proceso de acercarse a Dios era ahora su propósito. Quería que su medio hermano encontrará la sanidad y la paz que el cielo le había dado a él. 

 La visita terminó con un emotivo abrazo.

El amor es más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora