Capitulo 5

502 68 6
                                    

                                                                    Anastasia

Todo eso fue antes de conocerlo. Fui una idiota.

»Sexo —solté—. Para eso son buenos los hombres. Quizá me consiga un amante.

—¿Eso es todo? —cuestionó.

Tracé el borde de mi vaso con mi dedo.

—¿Para qué más los necesitamos?—¿Amistad?—Te tengo a ti —respondí.

—¿Apoyo emocional?

—Nuevamente, ese es tu trabajo. Lo compartes con el helado, el vino y el exceso ocasional de gastos.

—Y es un trabajo que los cuatro tomamos muy en serio. Pero, ¿qué pasará cuando quieras bebés? —preguntó.

Los niños eran lo último en mi mente. Mi madre cambió su trabajo en finanzas para convertirse en maestra, y así poder pasar más tiempo conmigo. Me sentía segura de que no podría hacer semejante sacrificio.

—Si alguna vez considero eso, iré a un banco de esperma. Funcionó para mi madre.

—Tu madre no fue a un banco de esperma.

Tomé un trago de mi vaso.

—Podría haberlo hecho. —En lo que a mí concierne, no tenía un padre.

—Dame tu iPad. Quiero volver a ver a este caliente jefe tuyo.

Gruñí.

—No. —Alcancé la tableta sobre la mesa junto al sofá y se la entregué ami pesar.

—Christian Grey, ¿verdad? 

No respondí.

»De verdad es ridículamente guapo. —Kate deslizó el dedo y movió la pantalla. Deliberadamente no miré. Él no merecía mi atención.

—Guárdalo. Es suficiente que tenga que lidiar con él de lunes a viernes. Déjame disfrutar mi fin de semana sin tener que mirar su arrogante cara. —Eché un vistazo a la portada de Forbes que Kate mencionó. Brazos cruzados,expresión severa, labios carnosos.

Imbécil.

Un estallido por encima de mí llamó mi atención y miré hacia mi techo. Labonita lámpara de cristal se balanceaba de lado a lado.

—¿Fue una bomba que explotó? —pregunté.

—Suena como si tu vecino de arriba simplemente dejó caer un y unque alcorre caminos.

Coloqué mi dedo sobre mis labios y escuché atentamente. Los ojos de Kate se abrieron de par en par cuando lo que comenzó como un murmullo incoherentese transformó en el inconfundible sonido de una mujer teniendo sexo.

Jadeando. Gimiendo. Suplicando.

Luego otro golpe. ¿Qué demonios sucedía allá arriba? ¿Había más de dos personas involucradas?

 Piel chocando contra piel seguido por el sonido de una mujer gritando. El calor se deslizaba por mi cuello y se extendió por mis mejillas. Alguien se divertía mucho más que nosotras un sábado por la tarde.

Una voz inconfundiblemente masculina gritó "joder" y los gritos de la chica se desataron rápida y desesperadamente. El golpe de una cabecera contra la pared se hizo más y más fuerte. Los gemidos sin aliento de la mujer casi sonaban aterrorizados. Mi lámpara comenzó a balancearse más furiosamente, y juro que las vibraciones de cualquier mueble que estuviera golpeando contra cualquier pared bajaban desde el techo directamente a mi ingle. Apreté mis muslos justos cuando el hombre gritó a Dios y ella lanzó un último y agudo grito que resonó através de mi apartamento lleno de cajas.

En el silencio que siguió, mi corazón atravesó mi jersey. Me sentía medio emocionada por lo que escuché; medio avergonzada por oír conscientemente algo tan personal. 

Alguien a menos de tres metros de mí acababa de llegar a América.

—Ese podría ser un chico al que debo conocer —dijo Kate cuandoclaramente las escenas sexuales se detuvieron—. En realidad sonaba como si supiera lo que hacía.

—Parecían muy... compatibles. —¿Alguna vez soné tan desesperada durante el sexo, tan hambrienta por un orgasmo? Conocía los sonidos de una mujer que exageraba en el dormitorio. La de arriba no fingió. Como saltarse las escenas de miedo de una película de terror, sus sonidos fueron involuntarios.

—Suenan como si tuvieran un excelente sexo. Tal vez deberías llamar asu puerta y sugerir un trío.Puse los ojos en blanco.

—Sí, junto con una taza de azúcar.

Pasos sonaron a lo largo del techo.

—Ella se mantuvo en pie —dijo Kate—. Bonito.

El golpeteo viajó desde mi techo hacia mi caja de mantas. La puerta del piso de arriba crujió, luego se cerró de golpe. El sonido de las pisadas desapareció.

»Bueno, consiguió lo que quería y se largó.

 No necesitarás un televisor en este lugar. Puedes simplemente sintonizar la telenovela que es tu vecino.

—¿Crees que era una prostituta? —pregunté. Una mujer que se va en menos de cinco minutos después de un orgasmo como ese no era normal.Seguramente se quedaría por oxígeno o ¿por la segunda ronda? Demonios, no estaba segura de que yo llegara en una posición vertical, y mucho menos contacones, a menos de una hora de lo que ella experimentó.

—¿Una prostituta? Es afortunada si lo es. —Se rio—. Pero no lo creo. Un tipo que puede hacer que una mujer suene así no necesita pagar por ello. —Se inclinó y colocó su vaso vacío en una de las docenas de cajas que había por el apartamento—. Bien, volveré a casa con mi vibrador.

—Esa en realidad es demasiada información.

—Pero mantenme informada sobre tus vecinos. Y si te encuentras con ellos, intenta obtener una foto.

—Sí, porque si vas a masturbarte con mis vecinos, sería mejor con imágenes. —Asentí con sarcasmo—. Eres una pervertida. Lo sabes, ¿verdad?

Se encogió de hombros y se puso de pie.

—Era mejor que el porno.

Tenía razón. Esperaba que no fuera un espectáculo regular que obtendría.Por lo menos, me sentía bastante insuficiente en el trabajo. No necesitaba tener el mismo sentimiento en casa.

.

                                                                            VM(2003)

El Rey de WsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora