Capitulo 36

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                                                  Anastasia 

No podía recordar haber estado tan nerviosa. Ensayé y me preparé para la presentación de Goldman's y hace treinta minutos me sentía bastante segura. Pero a medida que la reunión se iba acercando, mi corazón comenzó a acelerarse como si estuviera corriendo a través de brasas calientes. 

—Entonces, ¿te encargarás de cualquier pregunta sobre el proceso? —preguntó Christian. 

Asentí, tocando el dobladillo de mi falda mientras nos sentábamos en la parte trasera del taxi hacia el centro de la ciudad. Ojalá hubiera traído agua. Mi garganta se hallaba seca y comprimida. Tendrían agua cuando llegáramos, ¿no?

 Eran las preguntas lo que más me preocupaba. Estuve practicando para esta presentación. Puede que sea un calentamiento para la presentación de RS Stanley, pero seguía siendo importante. Había seis cifras en ganancias que perder si la cagaba. Eso podría ser una gota en el océano de Wall Street, pero me parecía mucho dinero. 

¿Mis partes de la presentación? Son mías. A diferencia de Christian, que parecía improvisar, escribí un guion y lo memoricé. Practiqué en voz alta en casa una y otra vez. Sabía exactamente cuándo hacer una pausa, cuándo pedirles a las personas que voltearan las páginas de su presentación y cuándo hacer énfasis. Mientras no haya olvidado las copias, estaría bien. Me precipité a mis pies, buscando en mi maletín de negocios para asegurarme de que los papeles estuvieran todos allí. Lo hacían. Como las últimas treinta y seis veces que revisé. 

—No te pongas nerviosa —dijo Christian, alisando su corbata—. Todo saldrá bien. El ensayo fue bueno.¿Cómo sabría si esto iba a estar bien? Seguro, vio el ensayo, pero cuando la presión estaba puesta, nadie sabía cómo iban a salir las cosas. Superaba los nervios y la presión al estar demasiado preparada, pero no podía prepararme para las preguntas, al menos no todas. 

—Es fácil para ti decirlo —le contesté. 

—Lo digo en serio —dijo, poniendo su mano sobre mi rodilla.

 La empujé. Lo último que necesitaba era pensar en él desnudo. 

—Lo siento, necesito... —No me sentía segura de lo que necesitaba. 

Miró por la ventana. 

—De acuerdo, lo entiendo. ¿Y si te pidiera un favor? ¿Eso ayudaría a despejar tu mente? —preguntó.

 No respondí, no estaba segura de nada más que mi guion. 

»Amanda quiere que la ayudes a prepararse para el baile. Dije que te preguntaría. 

Eso no era lo que esperaba. 

—¿En Connecticut? —pregunté.

 Asintió. 

—No tienes que venir, pero sé que a Amanda le gustaría que vinieras. Sugirió que cenemos juntos cuando se marche.

 —¿Trata de juntarnos? —Me reí. 

—Creo que sí. Es una gran fan tuya. —Christian sonrió—. Es de familia, aparentemente. 

Sonreí. Christian y yo no hablamos de cómo nos sentíamos el uno por el otro, así que su comentario fue inesperado. Quería alcanzarlo y besarlo, pero no lo hice. Necesitaba mantener la cabeza en el juego. 

»Me gustaría que vinieras —dijo. 

Me gustaba Amanda, pero no sabía lo que sentía con ella arreglándome una cita con Christian.

 —¿Es raro que tu hija te haya tendido una trampa?

 Christian inclinó la cabeza.

 —Debería serlo, supongo. Pero sigue hablando de que me case... salga con alguien. Estoy acostumbrado. 

El Rey de WsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora