Melodías de Verdad

El origen del deseo

El tiempo pasó y todas las Esencias continuaron con su sincera exaltación, más una de ellas fue capaz de percibir cómo algo muy dentro de sí comenzaba a surgir, mas todo parecía habitual hasta que repentinamente la Nada ante las doce nuevamente se volvió a ubicar, descubriendo que aquella a quien había tratado de corromper continuaba en tranquilidad adorando a la Existencia de El que Todo lo puede contemplar, pues pese a adorar más que las demás, ello lo realizó de buena voluntad mientras el resto continuó con habitual normalidad, sin embargo, de las doce esencias adorando ante la Existencia del Eterno Creador, otra distinta de entre todas comenzó a llamar la atención de esa corrupción, más al hablarle, ésta ninguna palabra extraña escuchó pese a manifestarse un cambio de su interior, pero toda acción fue interrumpida por la Voz del Eterno Creador que a las doce Ancestrales se dirigió con intención de agradecer su sincera adoración, destacando de entre todas las que se encontraron en ese lugar, a la que mayor exaltación llegó a realizar, siendo esto lo cual provocó que la mas reciente Ancestral dominada por la curiosidad, aquella incapaz de dejar de apreciar a su igual, finalmente comenzara a escuchar las palabras procedentes de la corrupción que continuamente le habló, aprovechando aquello extraño que creció en el interior de la creación, pues la Nada a tal Esencia un gran conocimiento le compartió, causando con su intención que lo cual hubo en el interior de la Ancestral no dejara de aumentar hasta convertirse en el deseo que a muchas llegaría a dominar, mas a pesar de esto tal anhelo se fue fortaleciendo, no por la ambición de tener lo mismo que su igual, sino algo mucho mejor en comparación a las demás, dando origen a la Codicia que por toda creación vagando en el Birkath fue, es y siempre sería conocida, la misma que pronto invadió el interior de la Ancestral tras admirar cómo su igual se había ganado el mayor agradecimiento de El que Todo lo puede contemplar, por lo cual la Nada le motivó para que aumentase su adoración, más a partir de ese momento a pesar que su intención resultó ser mayor en comparación a las demás, ésta careció de sinceridad al estar mayormente impulsada ya no por la Verdad que la Existencia del Eterno Creador siempre les compartió, pues en aquella Ancestral el deseo pronto le dominó, evitando que compartiera con El Todo lo cual sería conocido como Amor; sin embargo pese a que la Existencia todo esto fue capaz de contemplar, ninguna acción para evitarlo llegó a realizar, ya que ello formó parte de la encomienda recibida por El que Todo lo puede contemplar, Quien decidió no interrumpir la exaltación de aquella creación, pues ésta gran seguridad mostró a causa de su acción, ignorando que su esfuerzo carecía de razón, pues las palabras que emitió nunca fueron Verdad sino corrupción, fruto de la codicia invadiendo su interior.