Melodías de Verdad

El cumplimiento de la Palabra

En el inmenso Caos lleno de maravillas por contemplar, algunas fáciles de apreciar pero otras imposibles ante cualquier vista material; dos existencias prosiguieron sin aparente rumbo por la inmensidad, permaneciendo en todo momento juntas mientras todo detalle lograron apreciar sin importar la distancia que les llegase a separar, pues ni aún la lejanía ó circunstancias podrían contra la esperanza, que lentamente se fortaleció en el interior de Tavh, ello mientras la Creación por la oscuridad deambuló, ya no dudando ó con temor, sino emitiendo su figura un intenso resplandor que alejó toda penumbra conforme avanzó, siempre detrás de la Mensajera de la Verdad, aquella Esencia que le hubo acompañado desde hacía tantos tiempos atrás, y quien no se detenía al ser fiel a las Palabras procedentes de la Eternidad, esa Voz resonante en su interior que por el Caos le guió, evitando cualquier peligro que se pudiese presentar, pues a pesar de moverse por la oscuridad, ninguna Esencia tuvo duda ó temor porque sabían que eran conducidas por el Eterno Creador, que tras el pasar de incontables tiempos y después de haber recorrido un largo trayecto, finalmente lograron llegar hasta el lugar en dónde fueron concebidas Alefh y Tavh, sin embargo la brillante Creación que como Tikvah se le conoció, pronto desde la lejanía apreció cómo aquella oscuridad que el Caos conformó, completamente a los Birkath cubrió; aquellas figuras que anteriormente tanto hubo podido contemplar y las cuales lucieron en aparente soledad, habían éstas logrado cambiar desde la última ocasión cuando Tikvah les hubo podido admirar, mas a pesar que tales detalles hubiesen logrado a la Creación impresionar, fue la soledad presente en el lugar lo cual le alertó al ser incapaz de apreciar a su igual, por lo que rápidamente se aproximó al sitio en dónde en el Principio le concibió la Existencia del Eterno Creador, mas la tranquilidad que anteriormente Alefh le brindó, ésta simplemente no percibió, motivo por el cual al no tenerla comenzó a captar una agobiante soledad dominando en ese lugar, éste tan oscuro que ante la presencia de Tikvah comenzó a reaccionar, percibiendo ambas Esencias cómo a pesar de ser los Birkath simple material, de estos surgió una sutil sensación, cierta serenidad relacionada a la Verdad contenida en la mínima fracción que a los diversos Elementos conformó, actuando estos ante la presencia de ambas Esencias que con su intenso resplandor no sólo fueron capaces de alejar la oscuridad sino también brindarles a los Birkath un tiempo de prosperidad, pues tras la partida de Alefh, el Caos comenzó a perturbar los Iam, Nahar, Iama y Har, evitando que los Elementos pudiesen progresar, cayendo estos en un letargo absoluto que fue terminado por la presencia de Tikvah al ubicarse justo al centro de aquel grupo de Birkath, reaccionando éstas a su intenso resplandor, moviéndose nuevamente alrededor de la Esencia como así en el Principio sucedió; siendo alejados los Elementos de su inactividad para mostrar las grandes y pequeñas maravillas acontecidas durante la ausencia de Tikvah, la cual comprendió que todo lo habido en el Caos contenía Verdad en su interior, la misma presente en las Esencias y toda creación que de éstas surgió.
Cuanta fascinación provocó en Tikvah el contemplar a los Iam en cada Birkath, percibiendo en estos los sonidos diversos como la brisa del viento provocando ésta grandes mareas ó en la tierra intensas tormentas, cada acción admirada por Tikvah y la Mensajera de la Verdad como una Ubraia conformada por toda reacción por parte de las figuras que a través de esto exaltaron al Eterno Creador, de igual manera como así Tikvah lo realizó, al ser incapaz de percibir a su igual, por ello comenzó a emitir una Ubraia de tristeza y dolor en la cual le preguntó al Eterno Creador por la aflicción que en su interior se originó, pues desde su partida de aquel otro lugar en donde dejó a las Or alejando con su brillante resplandor a la corrupción, tuvo el presentimiento que algo sucedió y al final una sorpresa no agradable encontró, pues Tavh pronto comprendió que su igual posiblemente le abandonó, atribuyendo tal acción a la muy larga espera que Alefh al final no soportó; causando en Tikvah una serie de pensamientos que así como la imagen de su igual, paulatinamente todo aquello comenzó a olvidar, centrando su atención en la Creación que en ese tiempo le acompañó y a su lado siempre se encontró, brindandole esa seguridad que justo en ese momento tanto llegó a necesitar, siendo éste el apoyo que le ayudó para continuar, en todo instante dirigiendo diversas Ubraia a la Eternidad, sin embargo a pesar de la sinceridad que en cada melodía compartió, por parte de la Existencia del Eterno Creador no hubo consternación, causando curiosidad en la Mensajera de la Verdad, quien comenzó a exaltar a El que Todo lo puede contemplar con maravillosas Ubraia de agradecimiento por haberles guiado a ese lugar, expresando de igual manera su sorpresa por los detalles en los Birkath trasladándose alrededor de Tikvah; reaccionando a la Verdad que le conformó, así demostrando cómo los Elementos dependían de la Creación para alcanzar la prosperidad, lo cual corroboró que el surgimiento de las Or fue la mejor decisión, pues dichas figuras compartieron semejanza con la Esencia quien les concibió; motivando a Malak-Emeth para continuar adorando al Eterno Creador, sus Palabras elevándose hacia la Eternidad, mezcladas como una única melodía en conjunto a las de Tikvah, que por causa de la interesa tristeza que padeció, no dejó de exaltar a la Existencia del Eterno Creador que finalmente les respondió, hablando la Voz procedente de la Eternidad a través de Malak-Emeth para compartirles que en ese sitio debían morar, pues a la Mensajera de la Verdad pronto le sería enviada otra Creación para que fuese su igual y con la cual podría compartir la Verdad y así ambas logren prosperar; causando agradables emociones en la resplandeciente Creación que a Tikvah contempló, ésta emitiendo maravillosas Ubraia a pesar de no recibir respuesta capaz de otorgarle absoluta tranquilidad.