La caída de la segunda

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El primera Ancestral al cual la Nada le habló simplemente le ignoró, pero la segunda con atención le escuchó conforme los tiempos transcurrieron de manera aparentemente normal para las demás, sin embargo todo cambió cuando la Existencia del Eterno Creador a las doce Ancestrales les habló: —Desde el Principio de su creación con ustedes he compartido la Verdad que se me brindó, permitiéndoles la posiblidad de elegir lo cual ustedes decidan realizar y esto será conocido como libertad; algo que El Todo les otorgó para que pudiesen creer de propia voluntad porque esto conlleva la sinceridad, por ello ahora entenderán que no es ciertamente a Mí que logran adorar, sino a lo cual en todo momento les he podido brindar, pues esto, la Verdad, permite que todas seamos Hejad, Una Existencia en la Eternidad, pero cuando alguna creación decide solo a sí misma llegar a considerar, entonces esto le alejará de la Verdad, ya que la corrupción separa del Eterno Creador, mientras la Verdad siempre nos unirá —En ese instante las doce Esencias detuvieron su exaltación para escuchar las Palabras que el Eterno Creador a cada una de ellas dirigió, centrándose en la Ancestral que le había adorado con mayor intensidad, mencionando a ésta que no importaba con cuánta regularidad esto hubo logrado realizar, ya que ninguna de las palabras surgidas de su interior habían sido del agrado para el Eterno Creador, ya que éstas carecieron de total sinceridad al no estar basadas en la Verdad, provocando que de su interior ya no surgiera aquello tan ameno como así en el Principio sucedió; siendo estas Palabras las que causaron gran indignación en la Ancestral, quien pronto preguntó cuál había sido su equivocación, respondiendo la Existencia del Eterno Creador que de todas fue la única que decidió escuchar otra voz, y en ésta confió al brindarle adoración, alejándose del propósito que el Eterno Creador le otorgó, esa razón que le permite existir en la Eternidad, más aquella Ancestral continuó con su manera de adorar, emitiendo ubraia distintas a la Verdad y con ello cayendo en necedad, lo cual provocó que una vez la Nada manipuló a tan ingenua creación, por medio de ésta la corrupción le brindó falsa exaltación al Eterno Creador; dirigiéndose repentinamente ante la Existencia de El que Todo lo puede contemplar para mencionar que sus intenciones no carecían de sinceridad, pues solo realizó lo mismo que su igual, más El Todo inmediatamente le aclaró y ante las demás evitó alguna posible confusión: —A pesar que la Nada a tu igual se dirigió, ella no le escuchó y esto lo demostró en su sincera acción, pues nunca me ha brindado adoración con intención de ser más que las demás, nunca permitió que ese deseo cambiase su  interior y el propósito que desde su concepción se le brindó; siendo éste el motivo que le hizo obtener mayor aprobación, pues pese a ser tentada nunca obedeció, pero tú has permitido a la corrupción dominar tu interior y ese deseo en codicia se transformó, todo por anhelar tanto el reconocimiento de mi Voz —El asunto no concluyó con una simple llamada de atención, pues aquella Ancestral poco a poco obedeció a la corrupción creciendo en su interior, siendo la Existencia del Eterno Creador que pronto a la Esencia se dirigió, y a ésta le compartió que ya no podría estar ante la Presencia de Quien le concibió, por lo cual pese a las demás, El que Todo lo puede contemplar echó delante de su Existencia a la Ancestral que aún se había mantenido adorando a la corrupción que con el pasar de los tiempos enteramente dominó su interior; preguntando aquella desafortunada creación a la Existencia que sobretodo siempre se ubicó, qué sería de su esencia tras ser echada de aquel lugar, más la Existencia del Eterno Creador prontamente le respondió: —En el Principio toda creación recibió un propósito para realizar, pues al hacer esto en Algo llegarán a prosperar, pero al carecer de una intención basada en la Verdad, provocan su unión con la corrupción y en esto se convertirán llegado su final —Esto sucedió con aquella Ancestral porque dejó de adorar a El que Todo lo puede contemplar y comenzó a honrar esa codicia que su interior logró dominar, la cual con su propia corrupción se unió y en esa misma nada que tanto adoró, al final en esto se convirtió; quedando demostrado cómo conforme los tiempos pasaron, ante las demás esa Ancestral había llegado a cambiar, disminuyendo el resplandor que en el Principio le distinguió, pues ésta sin haberlo sabido por preferir exaltar a la corrupción, jamás se percató que su brillo siempre fue superior en comparación a las demás, pero debido a tal decisión, su esencia disminuyó y toda la Luz que le conformó paulatinamente desapareció hasta que finalmente como nada terminó, porque se había vuelto una hejad con esa corrupción que a través de su codicia tanto exaltó.

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