De entre todas las creaciones, una nombrada Tikvah.

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Miles y miles de Birkath, mundos originados a partir de los Elementos vagando en aquella oscuridad, figuras inertes, trozos de materia invadiendo el ambiente, e iniciando tantas historias como palabras fueron mencionadas, las cuales darán confirmación a lo que en el Principio se relató, todo a través de las diversas Ubraia que las Ancestrales anteriormente llegaron a dirigir a El que Todo lo puede contemplar; Esencias que estuvieron llenas de vitalidad, quienes jamás serán olvidadas por las creaciones en los Birkath, ello al estar presente su Esencia por doquier como así lo decidió el Eterno Creador, Quien por medio de su Voz todo lo concibió, en todo tiempo observando con atención su maravillosa creación, mientras la Nada en medio del Caos deambulaba, disfrutando la libertad al ser Hejad, una Unidad con la oscuridad que dominó todo ese lugar como así se estableció desde antes de cualquier creación, al igual como sucedió con ese suceso que repentinamente todo lo cambió, pues de pronto en el Caos algo diferente surgió, ello tras la Unión de los Elementos que dieron origen a una nueva Creación, ésta distinta a los Birkath que a pesar de ser concepciones basadas mayormente en lo material, aquello fue una Esencia que todo a su alrededor comenzó a iluminar tan pronto surgió en un punto lejano de aquella soledad, rodeada por las figuras llamadas Birkath, formas diversas las cuales servirán de lugar para que incontables creaciones puedan morar en tranquilidad y exaltar a El que Todo lo puede contemplar como así las doce Ancestrales debieron realizar en la Eternidad, motivo por el que la Esencia de la Existencia se empezó a manifestar, porque si bien los Birkath también de los Elementos se llegaron a formar, en ésta nueva Creación la Esencia dominó y por ello el Eterno Creador a través de su Voz como Tikvah le nombró.
Tantas melodías se relatarán acerca del origen de Tikvah, sin embargo he aquí la Verdad, una no creada en este tiempo, sino todo hecho que a continuación se mencionará ya habían sido compartido desde el Principio en la Eternidad, antes que los cielos, los Etzah y todo Birkath, mucho antes que cualquier palabra fuese por la carne pronunciada; Tikvah había surgido de las constantes Ubraia emitidas por la última Ancestral porque así lo había permitido la Verdad, siendo éste el comienzo de Tikvah y que tuvo lugar en algún punto de aquella oscura soledad, ahora invadido por la Esencia de El que Todo lo puede contemplar, recibida la Esperanza por la Existencia de toda Verdad, ésta volviéndose materia por causa de la corrupción que antes del final permaneció dentro de la última Ancestral, surgiendo así los Elementos que al pasar de los tiempos, unieron sus diversas propiedades para originar una figura de intenso resplandor, tan fuerte que mantuvo semejanza con el Eterno Creador, esa Voz tan cálida y amena que acompañó la formación de aquella extraña Creación; figura que demasiados nombres tendría aunque su término real se perdería, mas no fue sino la Esencia misma de los Elementos que uno con otro se fueron uniendo, ello hasta formar una Luz tan radiante que fue capaz de alejar la oscuridad, pero no así con la corrupción que rápidamente le envolvió, dando origen a una mezcla entre existencia y materia que por El Todo fue llamada Esencia, un fragmento del Eterno Creador que a la última Ancestral perteneció y en ese instante sirvió para crear algo más que llegaría a prosperar dentro del Caos y su soledad.

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