EPÍLOGO

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19 AÑOS DESPUÉS














A LAS AFUERAS DEL PEQUEÑO PUEBLO DE COTSWOLDS una gran casa de piedra y madera se levantaba, era grande, una mansión. Sus terrenos ocupaban desde el norte del río hasta el sur del bosque, allí los cisnes disfrutaban mojándose en la fuente del patio trasero y las mariposas de entrar y salir del invernadero. Estaba arreglado, lleno de plantas verdes y flores de miles de colores. El interior también había cambiado, las maderas ya no eran tan oscuras y los muebles anticuados habían sido reemplazados por unos más elegantes y modernos. La casa estaba perfectamente recogida, las luces que la primera hora de la mañana desprendía entraban a borbotones por las ventanas inundando el interior de luz. Reinaba la paz y el silencio en los pasillos, por ello se podía escuchar como los pájaros piaban afuera en el jardín, aunque también se podía oír los pequeños pasos de cuatro piececitos.

El gran pasillo principal tenía varias puertas blancas, casi todas cerradas, menos dos. De ellas la luz que entraba también iluminaba el pasillo lo que les hacía más fácil a las dos personitas poder llegar a la habitación principal. Delante de la puerta doble de pomo elegante una mano la abrió con sumo cuidado, cuando lo hizo esta no chirrió y el pequeño dio las gracias.

La habitación de sus padres era una de las más grandes, tenía dos grandes ventanales ahora tapados por gruesas cortinas de color crema, un baño propio así como una de las camas más grandes y una sala solo para la ropa. Como el resto de la casa de la habitación principal se sacaron los muebles anticuados para dejar hueco a muebles más nuevos y modernos.

—Camina—le susurró una vocecita detrás suya. La niña tenía el pelo revuelto, el camisón mal puesto y cara de pocos amigos.

—Pero les voy a despertar—le susurró de vuelta el niño. Era más alto que su hermana, se había peinado y el pijama abotonado lo llevaba perfectamente planchado.

THE SWAN AND THE SNAKE ↯ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora