Chris Evans

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Día de acomodar todo lo de la mudanza. La casa estaba en caos totalmente. Por donde sea que mirabas habían cajas llenas de objetos, desde cuadros de pintura, sartenes, tazas, hasta unos relojes de las princesas de Disney. La pelinegra había pasado todo el día de un lado para otro, buscando el lugar correcto para cada cosa que había en esas cajas.

Estaba agotada, demasiado. Había pasado desde las cinco de la mañana que su pareja se fue a trabajar, acomodando todo lo que había en las cajas, y todavía le faltaba poco más de la mitad.

El sonido de la puerta de un carro cerrándose captó por completo la atención de la pelinegra. Dodger fue corriendo hasta la puerta, ladrando y dando uno que otro brinco. La chica sonrió de solo imaginar la alegría con la que Evans recibiría de igual manera a su cachorro. Pero grande fue su sorpresa al escuchar gritos por parte del masculino.

—No, no, no. No hagas eso, perro malo, perro malo.

Automáticamente ____________ fue corriendo hasta la entrada. Al llegar, se encontró con el pobre perrito agachado, con sus orejas caídas y una mirada de tristeza profunda en sus ojos.

—Cariño, ¿qué pasa? -Chris levantó su dura mirada, hasta toparse con la mirada canela de su novia- ¿Por qué gritas de esa manera?

—Pasa, que llego a casa y hay un maldito desastre. ¿Qué se supone que hiciste esta horas en las que yo no estuve?

El cachorro salió del lugar a penas escuchó la voz irritada del actor. Mientras que la pelinegra se encontraba en el mismo lugar, pues jamás había visto a Evans tan molesto e irritado como ahora.

—Amor, llevo todo el día acomodando todo y...

—Pues muevete -le tronó los dedos cerca de la cara-. Quiero todo limpio ya.

—Si me ayudas será más fácil y más rápido.

—Vengo cansado y harto del trabajo, __________, ¿¡Y tú quieres que te ayude con tu puerquero!? No, eso lo haces tú.

—No tienes porqué ser tan grosero -finalmente le alzó la voz-. Si la casa está así es porque tú me pediste que me mudara contigo y...

—¡¡Entonces fue un completo error!!

En ese momento, Chris cambió la expresión de su rostro, como si finalmente entendiera el peso de sus palabras. La mirada chocolatada de la chica se inundó completamente de lágrimas.

Evans se acercó hasta ella, trató de abrazarla, pero la pelinegra se soltó de los brazos del actor.

—Cariño -dijo él.

__________ caminó hasta la puerta. La cabeza comenzaba a doler.

—Vendré por mis cosas más tarde.

Dicho esto cerro la puerta y se marchó.

—Alexa no corras tan rápido, amor, te puedes caer -gritó dulcemente a su hija, quién corría despreocupadamente junto a su gemelo

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—Alexa no corras tan rápido, amor, te puedes caer -gritó dulcemente a su hija, quién corría despreocupadamente junto a su gemelo.

Los niños fueron corriendo hasta su madre, quien estaba en una banca esperando por sus pequeños hijos con su respectivo jugo de sabor favorito. Bebieron un poco para después salir corriendo nuevamente.

______________ miraba encantada a sus gemelos jugar, hasta que un can apareció y se hizo parte del dúo que estaba jugando a la pelota. Ese perro, jamás olvidaría a un ser tan puro como ese cachorro. Volvió a escuchar esa voz, la cual hace seis años atrás había dejado.

—Hola.

—Evans -ella seguía con la mirada en sus hijos.

—Hace tiempo que no te miraba, ________. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, gracias.

—¡¡Papá!!

Los gemelos fueron corriendo hasta los brazos del castaño, quién dejó de lado su portafolios y se agachó para abrazar a su dos hijos. Ambos llenaron la cara del hombre con miles y miles de besos.

Sebastian después de jugar con sus hijos, fue hasta su esposa, depositó un suave beso sobre sus labios para después susurrar

—Hola, cariño.

—Amor, te extrañamos muchísimo -le dio un beso más. Fue entonces que el castaño se percató de la presencia del rubio-

—Evans.

—Stan.

—Evans solo iba pasando, ya se iba. Al igual que nosotros, vamos, amor. Hoy es nuestro aniversario -Stan coqueto tomó la cintura de su esposa y la acercó hasta pegarla bien contra su cuerpo, para después soltar muchos besos por su cuello, y una que otra mordida también.

—Bien, yo... me voy. Dodger, vamos.

El rubio se despidió de la hermosa familia, se fue caminando, y esos pensamientos regresaron a su mente. Aquellos en los que se preguntaba, en que si no hubieran dicho esas cosas hirientes tal vez esa familia sería la de él... pero el hubiera no existe.

One Shots. (Steve Rogers/ Chris Evans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora